Al contrario que los solsticios, los equinoccios no son plenamente festividades de simbolismo solar, sino de las cosechas y los campos. Como tal hay que entenderlas, y como tal las entenderemos.
Tanto en otoño como en primavera, el bosque, el monte y el campo dan frutos a los hombres. Esto bien lo saben los abuelos y gentes de pueblo. En otoño se recogen las setas, bellotas, castañas etc. Y en primavera, se recogen los frutos silvestres de los árboles, los campos y sus cosechas. Astrológicamente los equinoccios representan la igualdad entre la noche y el día.
Como será fácil de entender, los equinoccios serán el tiempo del dios Enguz y de la tierra. Por un lado el equinoccio de Otoño, simbolizara la siembra y recogida de la cosecha. Y por otro el de primavera, simbolizara igualmente la recogida y siembra de las cosechas.
Al igual que los solsticios, son festividades de festejo y conmemoración simbólica. En otoño bendeciremos la siembra al dios Enguz, y en primavera agradeceremos la recogida al dios Enguz.
Ritualizacion
Entre los viejos pueblos del norte europeo, se solía identificar los equinoccios con las siembras, y para tal existía un ritual, mediante el cual se representaba una siembra de las semillas.
Nosotros tomaremos el simbolismo de la siembra y recogida de las cosechas, para celebrar unas festividades cuyo valor simbólico será precisamente eso: la siembra y la recogida de las cosechas. Identificaremos el equinoccio de primavera con la primera de las cosechas, y el de otoño con la segunda. Realmente casi todos los pueblos han celebrado y siguen celebrando, festividades populares relacionadas con el campo. Así pues, aun hoy en gran parte de Europa, se celebra con festejos tradicionales, la llegada de la siembra, o la elaboración de las primeras cervezas de la temporada. Por ejemplo en el popular Oktober Fest.
En España mucho mas popular la siembra y vendimia del vino, y anteriormente las populares y crueles matanzas del cerdo. Todos estos festejos tenían una raíz ancestral que unía al hombre con el pasado vinculado a los ciclos naturales. Quizás comprendamos ahora mucho mejor la importancia de los equinoccios y su equivalencia con los tiempos fértiles de la tierra.
A mi modo de ver, la Wicca se pierde en exceso en simbolismos románticos, vinculando los equinoccios con una igualdad de diosa y dios. Una época de amor vinculando la igualdad del día y la noche. No voy a entrar al trapo del tema. Pero a buen seguro nuestros antepasados, criados en una sociedad violenda y prácticamente dedicada a la guerra, no tendrían una visión tan idílica de esos tiempos y conceptos.
Para nosotros, el tiempo de los equinoccios, será un tiempo para celebrar entre camaradas, los símbolos de las recogida. Celebrando al igual que en los solsticios y por influencia directa de las descripciones que hicieron los textos clásicos de estas festividades; reuniones, brindis, y banquetes. Todos ellos dedicados al dios godo Enguz.
Para tal fin, los nuevos paganos, se reunirán en su Alhs Gothorum, donde como es tradición, el Ufargauta preparara su “altar” o mesa de trabajo con todos los utensilios. En esta ocasión y como símbolo de las cosechas, recuperaremos la tradición histórica de los godos, del sacrificio de parte de las mismas a los dioses.
Así pues, los asistentes, traerán diferentes frutas tales como: uvas, peras, manzanas, castañas, naranjas etc. Las cuales serán arrojadas a un recipiente a los pies del altar. Simbolizando así el sacrificio de parte de la siembra a los dioses, que los antiguos campesinos y guerreros godos realizarían en sus diferentes tribus.
Tras ello, y con la totalidad de los asistentes reunidos. El Ufargauta, procederá a dar un discurso ritual de apertura ceremonial.
Enguz dios de los campos y las cosechas
Fertiliza la tierra que da sus frutos como cada año
Acepta la ofrenda de las mejores frutas en agradecimiento
Nerthus diosa de la tierra
Que tu vientre alimente las semillas y las proteja del frío y el viento
Acepta la ofrenda de las mejores frutas en agradecimiento
Dioses de la raza, orgullosos en las montañas
Proteger con la espada a los hijos de vuestro pueblo
Defended la siembra y las recogidas
La fecundidad y los nacimientos
Aislar a los enemigos del pueblo godo de sus campos
Aceptar la ofrenda de las mejores frutas en agradecimiento
Antiguos gigantes que fuisteis el principio del mundo
Alzar un muro que defienda de nieve y escarcha
Las rubias espigas y los árboles frutales
Aceptar la ofrenda de las mejores frutas en agradecimiento
Posteriormente al discurso ritual, el alto sacerdote sacara su cuchillo ritual (scram), y con la ayuda de los asistentes excavará un hoyo donde enterrara a modo de siembra simbólica, las frutas ofrendadas. Con la esperanza de que estas alimentes la tierra; plantas, helechos o árboles que crecen en el campo, colinas y montañas.
Por ultimo, una vez mas se dirigirá a los dioses diciendo:
Acompañadnos Oh dioses del pueblo, señores de la raza, al banquete que ofrecemos en vuestro honor.
Tanto en otoño como en primavera, el bosque, el monte y el campo dan frutos a los hombres. Esto bien lo saben los abuelos y gentes de pueblo. En otoño se recogen las setas, bellotas, castañas etc. Y en primavera, se recogen los frutos silvestres de los árboles, los campos y sus cosechas. Astrológicamente los equinoccios representan la igualdad entre la noche y el día.
Como será fácil de entender, los equinoccios serán el tiempo del dios Enguz y de la tierra. Por un lado el equinoccio de Otoño, simbolizara la siembra y recogida de la cosecha. Y por otro el de primavera, simbolizara igualmente la recogida y siembra de las cosechas.
Al igual que los solsticios, son festividades de festejo y conmemoración simbólica. En otoño bendeciremos la siembra al dios Enguz, y en primavera agradeceremos la recogida al dios Enguz.
Ritualizacion
Entre los viejos pueblos del norte europeo, se solía identificar los equinoccios con las siembras, y para tal existía un ritual, mediante el cual se representaba una siembra de las semillas.
Nosotros tomaremos el simbolismo de la siembra y recogida de las cosechas, para celebrar unas festividades cuyo valor simbólico será precisamente eso: la siembra y la recogida de las cosechas. Identificaremos el equinoccio de primavera con la primera de las cosechas, y el de otoño con la segunda. Realmente casi todos los pueblos han celebrado y siguen celebrando, festividades populares relacionadas con el campo. Así pues, aun hoy en gran parte de Europa, se celebra con festejos tradicionales, la llegada de la siembra, o la elaboración de las primeras cervezas de la temporada. Por ejemplo en el popular Oktober Fest.
En España mucho mas popular la siembra y vendimia del vino, y anteriormente las populares y crueles matanzas del cerdo. Todos estos festejos tenían una raíz ancestral que unía al hombre con el pasado vinculado a los ciclos naturales. Quizás comprendamos ahora mucho mejor la importancia de los equinoccios y su equivalencia con los tiempos fértiles de la tierra.
A mi modo de ver, la Wicca se pierde en exceso en simbolismos románticos, vinculando los equinoccios con una igualdad de diosa y dios. Una época de amor vinculando la igualdad del día y la noche. No voy a entrar al trapo del tema. Pero a buen seguro nuestros antepasados, criados en una sociedad violenda y prácticamente dedicada a la guerra, no tendrían una visión tan idílica de esos tiempos y conceptos.
Para nosotros, el tiempo de los equinoccios, será un tiempo para celebrar entre camaradas, los símbolos de las recogida. Celebrando al igual que en los solsticios y por influencia directa de las descripciones que hicieron los textos clásicos de estas festividades; reuniones, brindis, y banquetes. Todos ellos dedicados al dios godo Enguz.
Para tal fin, los nuevos paganos, se reunirán en su Alhs Gothorum, donde como es tradición, el Ufargauta preparara su “altar” o mesa de trabajo con todos los utensilios. En esta ocasión y como símbolo de las cosechas, recuperaremos la tradición histórica de los godos, del sacrificio de parte de las mismas a los dioses.
Así pues, los asistentes, traerán diferentes frutas tales como: uvas, peras, manzanas, castañas, naranjas etc. Las cuales serán arrojadas a un recipiente a los pies del altar. Simbolizando así el sacrificio de parte de la siembra a los dioses, que los antiguos campesinos y guerreros godos realizarían en sus diferentes tribus.
Tras ello, y con la totalidad de los asistentes reunidos. El Ufargauta, procederá a dar un discurso ritual de apertura ceremonial.
Enguz dios de los campos y las cosechas
Fertiliza la tierra que da sus frutos como cada año
Acepta la ofrenda de las mejores frutas en agradecimiento
Nerthus diosa de la tierra
Que tu vientre alimente las semillas y las proteja del frío y el viento
Acepta la ofrenda de las mejores frutas en agradecimiento
Dioses de la raza, orgullosos en las montañas
Proteger con la espada a los hijos de vuestro pueblo
Defended la siembra y las recogidas
La fecundidad y los nacimientos
Aislar a los enemigos del pueblo godo de sus campos
Aceptar la ofrenda de las mejores frutas en agradecimiento
Antiguos gigantes que fuisteis el principio del mundo
Alzar un muro que defienda de nieve y escarcha
Las rubias espigas y los árboles frutales
Aceptar la ofrenda de las mejores frutas en agradecimiento
Posteriormente al discurso ritual, el alto sacerdote sacara su cuchillo ritual (scram), y con la ayuda de los asistentes excavará un hoyo donde enterrara a modo de siembra simbólica, las frutas ofrendadas. Con la esperanza de que estas alimentes la tierra; plantas, helechos o árboles que crecen en el campo, colinas y montañas.
Por ultimo, una vez mas se dirigirá a los dioses diciendo:
Acompañadnos Oh dioses del pueblo, señores de la raza, al banquete que ofrecemos en vuestro honor.
Siendo por ultimo realizado nuevamente una reunión banquete en honor a las deidades del pueblo godo
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