Pese a la infinidad de estudios realizados a lo largo del siglo XX que han tratado de una manera mas o menos directa el origen étnico de los antiguos cántabros, todavía es fácil encontrar errores de bulto que por ejemplo pueden atribuir a este pueblo un supuesto origen "ibérico" o preindoeuropeo. Esto hace que, aunque en principio hablar de su carácter céltico pueda parecer redundante, en ocasiones sea necesario recordar lo que se ha escrito en los últimos 75 años.
El primer estudio sobre la lengua de los antiguos cántabros lo realizó Antonio Tovar en 1955 y ya destaca claramente el elemento indoeuropeo (celta y "antiguo europeo precelta") de su lengua. Solana Sáinz, Martín Almagro-Gorbea, Gonzalo Ruiz Zapatero, Joaquín Gonzalez Echegaray, Eduardo Peralta, Jose Luis Ramirez Sabala, Javier de Hoz, J. Unntermann, J. Gorrotxategui y Juan Manuel Sobremazas, entre otros, confirman este carácter indoeuropeo céltico y la existencia de algunos restos de tipo precéltico, de tipo "antiguoeuropeo".
La tésera de hospitalidad de Monte Cildá (publicada recientemente en la revista "Complutum") y una inscripción epigráfica hallada en las inmediaciones de Retortillo (Julióbriga, Cantabria) escritas en antiguo celta, así como los nombres indígenas que nos han llegado a través de la epigrafía de época romana parecen dejar bastante claro esto. Nombres como Ambato, Danuvio, Bodo, Bovecio, Cadus, Lugua (femenino de Lug, dios supremo de los celtas), Brigetino, Segaida... son de claro origen celta y muchos de ellos aparecen frecuentemente entre otros pueblos célticos peninsulares e incluso extrapeninsulares.
El mismo término étnico "cántabros" esta formado por la raiz celta *kant- (roca, piedra, peñasco) y el sufijo abr- (presente en los artabri de Galicia, los velabri de Irlanda y los galabroi de Iliria) común en varias lenguas indoeuropeas y que significa "tribu, pueblo". Por tanto, los cantabros son "el pueblo que habita en las peñas", o los "montañeses".
El nombre de las gentilidades (subdivisiones tribales), también son celtas. Por ejemplo los "orgenomescos", compuesto por las raíces célticas org-no-: golpear, matar, destruir (escocés argnachadh: pillaje, saqueo, robo; irlandés argain: destrucción, saqueo; gaélico antiguo orgun: razzia, matanza, destructivo; bretón argadiñ: atacar, hacer incursiones, gritar, invadir; galo Orgenos, Orgetorix) y mesk-: embriaguez, borrachera; por los tanto podemos interpretarlo como "los que se embriagan con la matanza".
Los topónimos prerromanos son igualmente célticos. Monte Vindio (del celta *uindos: blanco), Monte Medulio (*medio: lugar o punto central, como Mediolanum, capital de los insubres -galos cisalpinos-)... y los nombres de ciudades con terminaciones en -briga, son algunos de los muchos ejemplos.
Adolf Shulten en su obra "Cántabros y astures y su guerra con Roma" afirmó que los cántabros eran un pueblo céltico dominado por una élite social de tipo ibérico. Esta élite supuestamente hubiera llegado desde la costa mediterránea a través del Valle del Ebro. Estas "invasiones" ibéricas fueron fruto de una historiografia, hoy completamente superada, que postulaba que los celtiberos eran una mezcla étnica de celtas e iberos que habria surgido fruto de este tipo de "dominación ibérica". Pero la presencia en Celtiberia de elementos culturales de origen mediterráneo se puede (y se debe) explicar mediante otras razones.
Shulten se basó en datos bastante dudosos para afirmar esta ibericidad, como el supuesto uso de un arma como la falcata (supuestamente "ibérica"), que aparece representada en las acuñaciones romanas conmemorativas a la victoria sobre este pueblo. No obstante, tal y como señala Fernando Quesada Sanz en su obra "La Falcata ibérica: arma y símbolo", no existe ninguna prueba arqueologica del uso de este arma en el norte peninsular, por lo que el haber sido representada en las monedas de Carisio puede obedecer a otras razones. Y en todo caso, en la antiguedad no existia una relación directa entre el origen étnico de un pueblo y el uso de un determinado arma, que obedecia a otras muchas razones.
Julio Caro Baroja en su obra "Los Pueblos del norte..." destacó una serie de elementos paleo-euskéricos (o protovascos, una serie de lenguas que mas tarde evolucionarian hasta conformar el vasco moderno) sobre los que se superpodrían los puramente indoeuropeos célticos, lo cual fue seguido por algunos autores, entre los que figuraba, en menor medida, el propio Tovar. No obstante, en su parte lingüística, este supuesto sustrato se fundamenta en estudios sobre la toponimia moderna que en demasiadas ocasiones se dejan llevar por la mera semejanza fonética.
Por ejemplo, se ha relacionado el topónimo Selaya con el término vasco "zelai", aunque en realidad procede de "Sel de la Haya" (así aparece en escritos del siglo XVI). Un "sel" es un término montañés (dialecto romance de tipo leonés que se ha hablado en Cantabria hasta finales del siglo XIX y cuyos restos castellanizados se conservan hoy en dia en las zonas rurales mas apartadas) con el que se designa a prados cultivados: Sel deriva del céltico sedl-: sembrar, cultivar. Sel de los Tojos, Sel de la Carrera... son ejemplos claros que se repiten en la zona.
Otros argumentos para tratar de respaldar el origen preindoeuropeo de los cantabros que se nos presente luchando con pueblos celtas (los vacceos) y apoyando a pueblos preindoeuropeos (los aquitanos). Esto obliga a hacer un pequeño repaso a los acontecimientos bélicos en los que participaron.
Pese a que la primera referencia a los cántabros la hace Catón en sus escritos sobre su campaña contra los celtíberos del año 195 a.C., es en la campaña de Lúculo en el año 151 a.C. cuando se les nombra tomando parte en un conficto bélico (si se obvia su participación en las Gueras Púnicas), es esta ocasión en apoyo de los vacceos.
Posteriormente, en el año 137 a.C. cundió el pánico entre el ejército de C. Hostilio Mancio que asediaba Numancia, al difundirse la noticia de que un ejército de vacceos y cántabros acudía en socorro de los numantinos, por lo que este cónsul inició una retirada nocturna con fatales resultados (para el, claro).
En las Guerras Sertorianas los cántabros tomaron parte de Quintio Sertorio junto a celtíberos y vacceos, mientras que autrigones y berones se decantaron por el bando romano. Años después, en la conquista romana de la Galia se nos presenta en el año 56 a.C. a los cántabros ayudando a los aquitanos en su lucha frente al legado Publio Craso. Mas tarde, en el transcurso de las Guerras Civiles Petreyo recluta tropas auxiliares de entre los celtiberos, lusitanos, vacceos y cantabros, siendo derrotados en Ilerda en el año 49 a.C. junto al resto de su ejército.
Por último, en el año 29 a.C. los cántabros, junto a los vacceos y los astures, protagonizan lo que se considera el inicio "oficial" de las Guerras Cántabras. Este seria el ultimo episodio de lucha de los vacceos, tras 200 años de enfrentamientos frente a púnicos y romanos.
Como vemos, las fuentes clásicas nos presentan a los cántabros como aliados tradicionales de vacceos, astures y céltiberos, pueblos todos ellos de origen céltico que fueron, junto a los lusitanos y galaicos, los que mas dura resistencia opusieron al imperialismo romano. Por contra, si que aparecen en bandos opuestos a autrigones, turmogos y vascones, tradicionales aliados romanos.
El párrafo inicial que nos citan las fuentes sobre las Guerras Cántabras (Lucio Annio Floro, Paulo Orosio y Dión Casio) que nos presentan a los turmogos, autrigones y vacceos sufriendo las incursiones bélicas cántabras, constituyen claramente la "justificación oficial" que da Augusto para iniciar la invasión del territorio de los cántabros y astures y por tanto no debe ser tenida en cuenta, pues tal vez tan solo se trataban de ataques a intereses romanos.
En todo caso, si algo caracteriza a la historia de los pueblos célticos son las continuas disputas que hubo entre ellos mismos(al igual que en infinidad de otros pueblos con una organizacion social gentilicia, como germanos, eslavos...). Por lo que intentar sustentar una adcripción cultural en base a este tipo de datos me parece un sinsentido.
El primer estudio sobre la lengua de los antiguos cántabros lo realizó Antonio Tovar en 1955 y ya destaca claramente el elemento indoeuropeo (celta y "antiguo europeo precelta") de su lengua. Solana Sáinz, Martín Almagro-Gorbea, Gonzalo Ruiz Zapatero, Joaquín Gonzalez Echegaray, Eduardo Peralta, Jose Luis Ramirez Sabala, Javier de Hoz, J. Unntermann, J. Gorrotxategui y Juan Manuel Sobremazas, entre otros, confirman este carácter indoeuropeo céltico y la existencia de algunos restos de tipo precéltico, de tipo "antiguoeuropeo".
La tésera de hospitalidad de Monte Cildá (publicada recientemente en la revista "Complutum") y una inscripción epigráfica hallada en las inmediaciones de Retortillo (Julióbriga, Cantabria) escritas en antiguo celta, así como los nombres indígenas que nos han llegado a través de la epigrafía de época romana parecen dejar bastante claro esto. Nombres como Ambato, Danuvio, Bodo, Bovecio, Cadus, Lugua (femenino de Lug, dios supremo de los celtas), Brigetino, Segaida... son de claro origen celta y muchos de ellos aparecen frecuentemente entre otros pueblos célticos peninsulares e incluso extrapeninsulares.
El mismo término étnico "cántabros" esta formado por la raiz celta *kant- (roca, piedra, peñasco) y el sufijo abr- (presente en los artabri de Galicia, los velabri de Irlanda y los galabroi de Iliria) común en varias lenguas indoeuropeas y que significa "tribu, pueblo". Por tanto, los cantabros son "el pueblo que habita en las peñas", o los "montañeses".
El nombre de las gentilidades (subdivisiones tribales), también son celtas. Por ejemplo los "orgenomescos", compuesto por las raíces célticas org-no-: golpear, matar, destruir (escocés argnachadh: pillaje, saqueo, robo; irlandés argain: destrucción, saqueo; gaélico antiguo orgun: razzia, matanza, destructivo; bretón argadiñ: atacar, hacer incursiones, gritar, invadir; galo Orgenos, Orgetorix) y mesk-: embriaguez, borrachera; por los tanto podemos interpretarlo como "los que se embriagan con la matanza".
Los topónimos prerromanos son igualmente célticos. Monte Vindio (del celta *uindos: blanco), Monte Medulio (*medio: lugar o punto central, como Mediolanum, capital de los insubres -galos cisalpinos-)... y los nombres de ciudades con terminaciones en -briga, son algunos de los muchos ejemplos.
Adolf Shulten en su obra "Cántabros y astures y su guerra con Roma" afirmó que los cántabros eran un pueblo céltico dominado por una élite social de tipo ibérico. Esta élite supuestamente hubiera llegado desde la costa mediterránea a través del Valle del Ebro. Estas "invasiones" ibéricas fueron fruto de una historiografia, hoy completamente superada, que postulaba que los celtiberos eran una mezcla étnica de celtas e iberos que habria surgido fruto de este tipo de "dominación ibérica". Pero la presencia en Celtiberia de elementos culturales de origen mediterráneo se puede (y se debe) explicar mediante otras razones.
Shulten se basó en datos bastante dudosos para afirmar esta ibericidad, como el supuesto uso de un arma como la falcata (supuestamente "ibérica"), que aparece representada en las acuñaciones romanas conmemorativas a la victoria sobre este pueblo. No obstante, tal y como señala Fernando Quesada Sanz en su obra "La Falcata ibérica: arma y símbolo", no existe ninguna prueba arqueologica del uso de este arma en el norte peninsular, por lo que el haber sido representada en las monedas de Carisio puede obedecer a otras razones. Y en todo caso, en la antiguedad no existia una relación directa entre el origen étnico de un pueblo y el uso de un determinado arma, que obedecia a otras muchas razones.
Julio Caro Baroja en su obra "Los Pueblos del norte..." destacó una serie de elementos paleo-euskéricos (o protovascos, una serie de lenguas que mas tarde evolucionarian hasta conformar el vasco moderno) sobre los que se superpodrían los puramente indoeuropeos célticos, lo cual fue seguido por algunos autores, entre los que figuraba, en menor medida, el propio Tovar. No obstante, en su parte lingüística, este supuesto sustrato se fundamenta en estudios sobre la toponimia moderna que en demasiadas ocasiones se dejan llevar por la mera semejanza fonética.
Por ejemplo, se ha relacionado el topónimo Selaya con el término vasco "zelai", aunque en realidad procede de "Sel de la Haya" (así aparece en escritos del siglo XVI). Un "sel" es un término montañés (dialecto romance de tipo leonés que se ha hablado en Cantabria hasta finales del siglo XIX y cuyos restos castellanizados se conservan hoy en dia en las zonas rurales mas apartadas) con el que se designa a prados cultivados: Sel deriva del céltico sedl-: sembrar, cultivar. Sel de los Tojos, Sel de la Carrera... son ejemplos claros que se repiten en la zona.
Otros argumentos para tratar de respaldar el origen preindoeuropeo de los cantabros que se nos presente luchando con pueblos celtas (los vacceos) y apoyando a pueblos preindoeuropeos (los aquitanos). Esto obliga a hacer un pequeño repaso a los acontecimientos bélicos en los que participaron.
Pese a que la primera referencia a los cántabros la hace Catón en sus escritos sobre su campaña contra los celtíberos del año 195 a.C., es en la campaña de Lúculo en el año 151 a.C. cuando se les nombra tomando parte en un conficto bélico (si se obvia su participación en las Gueras Púnicas), es esta ocasión en apoyo de los vacceos.
Posteriormente, en el año 137 a.C. cundió el pánico entre el ejército de C. Hostilio Mancio que asediaba Numancia, al difundirse la noticia de que un ejército de vacceos y cántabros acudía en socorro de los numantinos, por lo que este cónsul inició una retirada nocturna con fatales resultados (para el, claro).
En las Guerras Sertorianas los cántabros tomaron parte de Quintio Sertorio junto a celtíberos y vacceos, mientras que autrigones y berones se decantaron por el bando romano. Años después, en la conquista romana de la Galia se nos presenta en el año 56 a.C. a los cántabros ayudando a los aquitanos en su lucha frente al legado Publio Craso. Mas tarde, en el transcurso de las Guerras Civiles Petreyo recluta tropas auxiliares de entre los celtiberos, lusitanos, vacceos y cantabros, siendo derrotados en Ilerda en el año 49 a.C. junto al resto de su ejército.
Por último, en el año 29 a.C. los cántabros, junto a los vacceos y los astures, protagonizan lo que se considera el inicio "oficial" de las Guerras Cántabras. Este seria el ultimo episodio de lucha de los vacceos, tras 200 años de enfrentamientos frente a púnicos y romanos.
Como vemos, las fuentes clásicas nos presentan a los cántabros como aliados tradicionales de vacceos, astures y céltiberos, pueblos todos ellos de origen céltico que fueron, junto a los lusitanos y galaicos, los que mas dura resistencia opusieron al imperialismo romano. Por contra, si que aparecen en bandos opuestos a autrigones, turmogos y vascones, tradicionales aliados romanos.
El párrafo inicial que nos citan las fuentes sobre las Guerras Cántabras (Lucio Annio Floro, Paulo Orosio y Dión Casio) que nos presentan a los turmogos, autrigones y vacceos sufriendo las incursiones bélicas cántabras, constituyen claramente la "justificación oficial" que da Augusto para iniciar la invasión del territorio de los cántabros y astures y por tanto no debe ser tenida en cuenta, pues tal vez tan solo se trataban de ataques a intereses romanos.
En todo caso, si algo caracteriza a la historia de los pueblos célticos son las continuas disputas que hubo entre ellos mismos(al igual que en infinidad de otros pueblos con una organizacion social gentilicia, como germanos, eslavos...). Por lo que intentar sustentar una adcripción cultural en base a este tipo de datos me parece un sinsentido.
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