De hecho, no solo los cantabros eran claramente un pueblo céltico, sino que todo parece indicar que sus vecinos orientales (várdulos. casistios y autrigones, e incluso los vascones), que tradicionalmente se vienen considerando paleoeuskericos (o protovascos), se hubiesen encontrado dentro del area linguistica celtica, o al menos en parte.
En el territorio de los vascones (que habitaban aproximadamente lo que actualmente es Navarra) aparecen restos de lengua paleuskérica, pero son mucho mas importantes los vestigios del uso de lenguas celtibéricas e ibéricas.
Donde sí se documenta ampliamente el paleoeuskera en época prerromana y romana es en Aquitania, en el suroeste francés (en una zoma mas cercana a la península y mas reducida de lo que sería la provincia romana homónima). Esto ha llevado a varios investigadores, como el alemán Jürgen Untermann, a pensar que existió un desplazamiento de población en épocas posteriores a la romana desde el sur de Francia hacia lo que actualmente es el País Vasco, posiblemente debidas al empuje que produjeron las invasiones de los francos. De hecho, es en época visigoda cuando los várdulos y los caristios desaparecen y pasan a ser denominados vascones y cuando las crónicas visigodas hacen referencias a incursiones vasconas y merovingias por la zona.
La arqueologia ha ido poco a poco respaldando estas hipótesis, tal es el caso de la espectacular necropolis merovingia de Alaieta (Nanglares de Gamboa, Alava).
Otros investigadores, como Joaquín Gorrotxategui no comparten esta opinión, pues aunque no niega las invasiones celtas en esa zona, opina que el uso de nombres célticos era una cuestión de prestigio social entre una población paleoeuskaldún que es dominada por una élite social de tipo indoeuropea. Y por otra parte, tal y como dice el mismo: "intentar establecer los límites precisos del antiguo vasco en la península es empresa hoy por hoy, a falta de materiales, imposible, y el intentar establecerlos con exclusividad en oposición a otras lenguas de la zona, un error".
En resumen se puede decir que al realizar una aproximación sobre el idioma vasco y al ser este preindoeuropeo, siempre se ha cometido un error metodológico. Y es pensar que al ser esta lengua propia de unos pueblos que se encontraban en Europa antes de las invasiones indoeuropeas, la presencia cronológica de este idioma en el territorio donde aparece en la época moderna ha de ser anterior a ellas.
En el territorio de los vascones (que habitaban aproximadamente lo que actualmente es Navarra) aparecen restos de lengua paleuskérica, pero son mucho mas importantes los vestigios del uso de lenguas celtibéricas e ibéricas.
Donde sí se documenta ampliamente el paleoeuskera en época prerromana y romana es en Aquitania, en el suroeste francés (en una zoma mas cercana a la península y mas reducida de lo que sería la provincia romana homónima). Esto ha llevado a varios investigadores, como el alemán Jürgen Untermann, a pensar que existió un desplazamiento de población en épocas posteriores a la romana desde el sur de Francia hacia lo que actualmente es el País Vasco, posiblemente debidas al empuje que produjeron las invasiones de los francos. De hecho, es en época visigoda cuando los várdulos y los caristios desaparecen y pasan a ser denominados vascones y cuando las crónicas visigodas hacen referencias a incursiones vasconas y merovingias por la zona.
La arqueologia ha ido poco a poco respaldando estas hipótesis, tal es el caso de la espectacular necropolis merovingia de Alaieta (Nanglares de Gamboa, Alava).
Otros investigadores, como Joaquín Gorrotxategui no comparten esta opinión, pues aunque no niega las invasiones celtas en esa zona, opina que el uso de nombres célticos era una cuestión de prestigio social entre una población paleoeuskaldún que es dominada por una élite social de tipo indoeuropea. Y por otra parte, tal y como dice el mismo: "intentar establecer los límites precisos del antiguo vasco en la península es empresa hoy por hoy, a falta de materiales, imposible, y el intentar establecerlos con exclusividad en oposición a otras lenguas de la zona, un error".
En resumen se puede decir que al realizar una aproximación sobre el idioma vasco y al ser este preindoeuropeo, siempre se ha cometido un error metodológico. Y es pensar que al ser esta lengua propia de unos pueblos que se encontraban en Europa antes de las invasiones indoeuropeas, la presencia cronológica de este idioma en el territorio donde aparece en la época moderna ha de ser anterior a ellas.
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