viernes, 20 de abril de 2012

Religión de los carpetanos

El politeísmo era la característica principal de las religiones prerromanas en Hispania. Los carpetanos eran devotos de las fuerzas de la naturaleza y de los elementos relacionados con la tierra (ríos, montes, mares, tormentas), dioses con los cuales realizaban pactos. Posiblemente la religión de los carpetanos, pueblo indudablemente céltico aunque con una innegable carga ibérica, presenta a grandes rasgos los condicionantes de la religión céltica europea, con algunas variaciones. La religión de raíz céltica en Hispania presenta gran arcaísmo, al igual que la lengua, lo que puede deberse a que los celtas hispanos procedían de una corriente indoeuropea más antigua que los celtas de la Galia. Los celtas hispanos estaban atrasados si los comparamos con sus vecinos de allende los Pirineos. Los celtas de Hispania procedían de antiguas estirpes ancestrales cuyas costumbres se habían fosilizado en la Meseta, mientras evolucionaban al otro lado de los Pirineos.
En la religión carpetana desempeñaban un papel muy importante los árboles y los bosques, así como las fuentes de agua. Es de destacar que, al contrario que en la Galia, en Hispania no existe la figura del druida. En los santuarios hispanos no hay imágenes de dioses, que eran más bien entes abstractos que no se podían precisar.
Los carpetanos rendían cierto culto o veneración al caballo, y en regiones limítrofes como la arévaca Segontia (Sigüenza) se ha documentado una diosa llamada Epona, protectora de los caballos, lo cual hace suponer que los carpetanos también veneraran a esa diosa.
Ignoramos por completo los teónimos específicamente carpetanos, aunque los cultos de pueblos limítrofes debieron influir grandemente en la religión carpetana, como la diosa Iscallis, versión hispana de la diosa romana Diana, o como Ataecina, diosa de la primavera, la fertilidad y el renacer, presente en una inscripción en Caleruela, zona de los vettones. El animal característico de Ataecina era la cabra. Era venerada por lusitanos, vacceos y celtíberos, por lo cual parece inexcusable que también los carpetanos (situados en medio) le rindieran culto.
Por otra parte el agua en los pueblos prerromanos era un poderoso agente terapéutico y mágico, hogar de la divinidad. En Uclés (Cuenca), zona carpetana, se ha encontrado una inscripción cerca de Fuente Redonda, dedicada al dios Airón, dios del inframundo, pero también de la vegetación y el agua, por lo que por otra parte también es considerado dios de la vida. Cara y cruz de la misma moneda, que refleja la propia existencia del ciclo vital para todos los seres humanos.
También se ha documentado por las fuentes clásicas la existencia en la Carpetania de olivares sagrados, que eran concebidos como templos al aire libre por sus gentes.
José Manuel Sanz

jueves, 19 de abril de 2012

Los últimos carpetanos. El oppidum de El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid)

El proyecto de investigación liderado por el Museo Arqueológico Regional en el oppidum carpetano de El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid) comenzó en 2001. Los importantes resultados obtenidos en estos años son los que propician la celebración de esta exposición, que tiene como objetivo el conocimiento detallado del grupo carpetano que lo habitó y un acercamiento a la identificación de la Carpetania.

Autor: Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid. Comisarios: Gonzalo Ruiz-Zapatero, Gabriela Märtens Alfaro, Miguel Contreras Martínez y Enrique Baquedano
Fecha: Del 18 de abril al 25 de noviembre de 2012
Hora: Martes a sábados, de 11.00 a 19.00 horas
Domingos y festivos, de 11.00 a 15.00 horas

A lo largo de nueve unidades temáticas, la exposición nos muestra importantes aspectos de la vida de la Segunda Edad del Hierro en el centro peninsular, tomando como paradigma el yacimiento de El Llano de la Horca. El recorrido comienza situando a los visitantes en la Hispania prerromana, entre los siglos III y I a.C., y mostrándoles algunas de las piezas más destacadas de yacimientos de diversos grupos prerromanos –sus vecinos los íberos, celtíberos, oretanos, vacceos y vettones– prestadas por los museos de Ávila, Monográfico de Cástulo (Linares, Jaén), Numantino de Soria, Santa Cruz de Toledo, de Prehistoria de Valencia, Arqueológico de Valladolid y Museo de Teruel.
Tras una breve incursión por la Carpetania, nos adentramos en una visión global de la investigación que ha desarrollado el MAR en estos once años de trabajo científico, en los que se ha excavado, se ha procesado la documentación, se han realizado numerosos análisis de laboratorio, se han conservado y restaurado estructuras y piezas y se han dado a conocer los resultados de la investigación.
Una vez situados en el espacio y en el tiempo, nos ocupamos de El Llano de la Horca, presentamos sus características como oppidum (ciudad en altura bien protegida) y explicamos con detalle este bloque central, que es la columna que vertebra la exposición y de la cual inferimos los datos que nos ayudan a explicar la vida cotidiana en este rincón de la Carpetania: las estructuras urbanas. Como parte de esta trama urbana, la exposición se centra en las casas o espacios habitados, porque contienen los restos más importantes que se han encontrado en el yacimiento. Mostramos cómo era la organización interna de estas áreas, cómo se distribuían en ellas las estructuras para el mejor aprovechamiento del espacio, del calor y de la luz, a la hora de realizar las tareas habituales y necesarias para el mantenimiento del grupo.
En las siguientes unidades se presenta una forma de economía que va más allá de la autosubsistencia y que genera excedentes suficientes para que la artesanía, el intercambio o el comercio jueguen un importante papel en las actividades de los habitantes de El Llano de la Horca. Este sistema económico, basado en la agricultura, en la ganadería y en la obtención de productos secundarios, tiene su reflejo en la reconstrucción del ciclo agropecuario que, además de ser la base de la supervivencia, fundamenta y fortalece una sofisticada red de creencias e ideas.
El recorrido por el mundo ideológico de los carpetanos gira en torno a la exposición de algunas de las piezas más destacadas encontradas en todo su territorio. Piezas que tienen un doble significado; por un lado, son excepcionales por sí mismas, porque son únicas y son la materialización del mundo simbólico de este grupo prerromano. Y, por otro lado, imprimen un sentido alegórico y metafísico al objeto al que acompañan o al lugar en el que son depositadas. Son el Vaso de los caballos, la Placa broncínea, la Pátera de Titulcia, etc.
El final de la exposición supone una reflexión sobre el pasado, el presente y el futuro de la investigación en El Llano de la Horca, hasta el momento, el yacimiento carpetano mejor conservado y conocido, punto de referencia imprescindible para el estudio de los últimos Carpetanos y, en general, de las comunidades de finales de la Edad del Hierro.