miércoles, 21 de diciembre de 2011

Los dioses nos felicita en el dia de la rueda solar

Los dioses nos felicitan Yule o el Solsticio de invierno. Odin, Thor, Frey.. o sus equivalentes godos, Gauth, Tuistion, Tyz, Inguz. Nos recuerdan que año tras año desde lejanas épocas, un nuevo sol renace en Europa.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Los malismos o trolls castellanos

Seguramente estamos ante uno de los cientos de miles de espíritus naturales relacionados con el mundo ancestral, que pueblan las leyendas y mitologías de Castilla, y que son totalmente desconocidos por el 100% de los castellanos. El malismo, es un ser de pequeño tamaño, no mas alto de 140cm, o quizás los mas grandes de 160cm. De feas facciones, babeantes, llenos de pelos que le cubren todo el cuerpo de piel grisácea, largas y grasientas melenas, y muy agresivos a la par que mal intencionados. Son criaturas nocturnas, relacionadas directamente con los lugares lúgubres y oscuros. Bosques húmedos otoñales, frías y solitarias montañas, profundos valles de perpetuas nieblas... o áridas y desamparadas mesetas donde una cueva o grieta en tierra, permita que el malismo se esconda y salga a determinadas horas a realizar sus maldades. De ahí le viene el nombre, de las maldades que realiza.
Estos duendes trogloditas o espíritus elementales de la naturaleza, están estrechamente relacionados con los trolls germánicos. Siendo por tanto muy posible, que su introducción en Castilla llegara de manos de los godos. Y no de los romanos o celtas, que suelen ser los pueblos a los que normalmente se atribuye cualquier ser elemental que puebla nuestra mitología.
Los godos eran un pueblo arriano cuando llegó a Hispania. Y es sabido que su principal foco de influencia étnica se estableció en la meseta central. Prácticamente un área que coincide con la totalidad de la Castilla del norte, y Toledo. Pueblo supersticioso y anclado en creencias ancestrales paganas a pesar de su fe católica. Creían en faunos de los bosques, en la brujería de los hunos, en las lamias, en unas criaturas demoníacas femeninas a las que llamaron Alirumnias. En la trasmutación de las almas en animales salvajes, en el simbolismo del oso y el lobo como seres totémicos. No es de extrañar que junto a ellos llegaran las creencias populares de unos trolls que con el tiempo y bajo otras influencias culturales, llegaron a ser llamados por su nombre actual de Malismos.
Habitantes de lúgubres cuevas o antros oscuros, se encargan de guardar tesoros ocultos bajo tierra según algunas leyendas. Otras dicen que jamas acuden a la superficie ya que la luz del sol los consume y mata. Otros piensan que solo salen en las horas crepusculares y durante la noche, o los días en los que el sol esta bajo, hay niebla o el bosque es tan oscuro y lúgubre que permite que esta criatura pueda trastear y molestar a la gente sin ningún temor.
Otra de las características que vinculan a estos duentes con los trolls nórdicos, es la capacidad que tienen para realizar sortilegios y brujería Cosa que nos recuerda muchísimo a las sagas germánicas, donde los enanos en las minas realizan artes mágicas para proteger espadas, o maldecir el oro de los nibelungos en las aguas del Rhin

sábado, 26 de noviembre de 2011

Deidades Ctónicas - Los cultos mágicos olvidados de Alcalá de Henares

Los cultos mágicos olvidados de Alcalá de Henares.
Alcalá de Henares, cuna de Miguel de Cervantes, patrimonio histórico de la humanidad, es bien conocida por ser el asentamiento romano más importante de la comunidad de Madrid: Complutum.
¿Pero que se conoce realmente de los pobladores anteriores a la colonización romana? ¿Cuales fueron los cultos religiosos que se oficiaban en esta zona?¿A que tipo de deidades? Y lo más importante, ¿donde exactamente?
Se han encontrado distintos asentamientos anteriores a la romanización de la actual Alcalá de Henares, que comprenden desde el Paleolítico, el Neolítico y el Calcolítico hasta la edad de Bronce. Estos distintos asentamientos tanto en espacio como en tiempo se han dado en las inmediaciones de las terrazas del río Henares dándose a conocer por diversos yacimientos como el del arroyo Camarmilla, Campus Universitario, Rivera del Henares o el más reciente del Soto del Henares.
Pero el primer grupo poblacional urbanístico se dará en forma de castro por una tribu carpetana en el Cerro de San Juan del Viso.

Un castro mítico sin nombre
La primera referencia histórica sobre el castro del Cerro del Viso nos viene de la mano de los historiadores antiguos Ptolomeo y Plinio quienes vendrían a mitificar la población castrense, diciendo que su fundación fué realizada por el rey fenicio Tehuero y su pueblo, al huir de la guerra de Troya, dándole estos el nombre de Iplacea.
Sobra decir que tanto Ptolomeo como Plinio dán este nombre al castro del cerro del Viso tal vez para mitificar a sus pobladores por haber mantenido una resistencia feroz a la llegada de los primeros romanos a la zona del corredor del henares, pues esta resistencia se dará en casi todas las tribus que frecuentan el paso natural comprendido entre los ríos Tajo, Duero y Ebro, culminando con el famoso asedio Numantino dentro de la campaña comandada por Marco Porcio Catón en lo que vendrá a ser la conquista de la Carpetanía, iniciada en el 195 ac. y terminada con la conquista del castro de Numancia en el 133 ac.
Pero si no es Iplacea, ¿cual es el nombre de este castro mítico?

La teoria del origen semítico para el lenguaje Ibero
La escritura ibérica, legado de la tartésica, a día de hoy se sigue manteniendo entre la bruma del conocimiento al haber distintas teorias que discuten entre si son ideogramáticas o si es un alfabeto o alefato, es decir, todos sus signos son alfabéticos.
Según Antoni Garcia mediante distintas publicaciones en internet de su estudio personal haciendo una relación entre los distintos signos ibéricos con los caracteres del hebreo clásico, la lengua Ibera estaría identificándose con los signatarios hebreos de Mesa y Ahirám y otros fenicios de su misma época. Las lenguas semíticas son lenguas de flexión y se acompaña a cada signo de ocho vocalizaciones posibles. La lectura de las monedas según la hipótesis y el criterio de Manuel Gómez Moreno, que descifró el valor de los signos de la escritura ibérica levantina en 1922, mediante un silabario o semisilabario, queda borrada de un plumazo y además es acusado "de haber provocado un gran daño y confusión en la la numismática ibérica".
Según Antoni Garcia todo esto es debido a una especie de conspiración contra el pueblo judío, citando a la Ahnenerbe de Himmler como heredera directa de los estudios arqueológicos modernos alemanes, entre otras ocurrencias (Los estudios del Ibero con relación al Vascuence se remontan al siglo XVI por poner un ejemplo, pero como en este siglo no había Nazis, este tipo de datos los omite ...)

La epigrafía ibérica según Manuel Gómez Moreno
La solidez de las propuestas del siglo XIX, (de Gómez Moreno) és más que discutible hoy en día, todo hay que decirlo, ya que su método es una especie de acto no demasiado concluyente de interpretación de signos (Igual que el del propio Antoni Garcia). Así lo acepta cuando habla de que "...en lo ibérico hace falta una piedra roseta". Que esta teoría no pueda borrarse de un plumazo como se ha intentado al enraizar directamente al Ibero con el Hebreo, se debe a las traducciones que se han podido realizar a partir de la comparación lingüística con el Vascuence patrimonial y el Aquitano tanto fonética, morfológica y sintáctica, como léxicamente sin mencionar los distintos antropónimos...
La teoría del VascoIberismo volvería a tener peso gracias a los distintos estudios y relaciones antes citadas por Koldo Mitxelena . Tampoco hay ninguna lengua semejante en la historia de la humanidad (tres sílabas vocalizadas con cinco vocales = 15 signos, + 5 vocales + alguna consonante).Pues los silabarios más pequeños (en número de signos) conocidos, como el de Creta, pasan de 60 signos, y los signatarios con 22 signos aproximadamente suelen corresponder a abecedarios, alfabetos o alefatos, no a silabarios.
Teniendo en cuenta ya las distintas teorias que hay sobre las traducciones del Ibero, ¿Como surge la aceptación de "Ikesankom Kombouto", el supuesto nombre para el castro del cerro del Viso, que se dará equívocamente a raíz del hallazgo de un denario encontrado en lo que se ha venido a llamar el "tesorillo de la cuesta de Zulema"?...

El tesorillo de la cuesta de Zulema
Se desconoce la ubicación exacta de este hallazgo, efectuado en los años 30 del siglo XX por obreros que estaban extrayendo arcilla para una fábrica de cerámica. Será cuando el Museo Arqueológico Nacional, el día 3 de julio de 1935, dé un lote de 51 denarios de plata de los cuales 24 eran ibéricos originarios de la ceca de Bolscan (Osca, Huesca) y 27 pertenecían a la República romana, cuando ya se tenga una constancia fechada oficialmente del hayazgo.
Siguiendo la teoría de Gomez Moreno, una de las monedas, un denario del peso de un As, se le dió como lectura al anverso y reverso de la moneda como "Ikesankom Kombouto" llegando incluso a interpretarse erróneamente la palabra "Kombouto" con el latin "Complutum", dándose así el nombre de Ikesankom Kombouto al castro encontrado en el cerro del Viso.
Para Antoni Garcia, dentro de su teoría propia de relacionar directamente el Ibero con el hebreo clásico, el nombre ibérico del castro no solo no es este, si no que en la moneda vendría a poner, leyéndose de derecha a izquierda en alfabeto semítico, Elqafarnay soka taqop: Santuario del tesoro de la aldea de la Nava (o también Santuario del tesoro del Prado), haciendo referencia a la ceca donde se acuñó la moneda y no donde se encontró.
Tenemos entonces, no solo una mala interpretación de la escritura ibérica, si no una terminología erronea para el castro, que sigue sin tener un nombre propio en el dialecto carpetano anterior a la romanización.

Un castro especial en un enclave mágico
Saliendo de Madrid, al coger la nacional dos dirección Barcelona, cuando uno llega a la altura de la localidad de San Fernando de Henares, puede ver en el horizonte cercano algo que llamará poderosamente la atención.
La silueta entrecortada del cerro de San Juan del Viso se hará más inquietante según nos acerquemos a Alcalá de Henares, dándonos cuenta de que no solo es un simple cerro. Estamos ante una deidad viviente, que junto con su cerro hermano, el Ecce Homo, situado casi de forma paralela tanto en distancia como en altura, hacen de toda la zona un sitio único y mágico.
Mágico ya no solo por encontrarnos con estos dos cerros, dos deidades femeninas, las conocidas posteriormente por los romanos como "Magna Mater" (La advocación a la Diosa Cibeles con cornucopia y todo, la podemos encontrar todavía hoy en día en la catedral magistral de Alcalá en la capilla del este saliendo de la cripta de los santos niños martires Ivxto et Pastor) sino por el legado mistérico que han dejado aquellos pobladores de este castro místico y mítico, sin nombre, del que todavía hoy en día quedan ecos de estos cultos, en distintos enclaves que se pueden recorrer, ver y palpar, aunque para ello debemos iniciarnos y adentrarnos (físicamente) en los misterios de dos Diosas que representan la esencia del propio ser humano. Dos Diosas que aunque son representaciones opuestas, son una misma y única. La vida, la regeneración, el día, la luz, el calor, representado atraves de la Diosa Ataecina... y en contrapartida para cerrar este circulo místico, la muerte, el paso de los muertos de este plano al de los difuntos, la noche, la oscuridad, el frío, todo ello vertido en la figura de la Diosa Calacux...Deidades Ctónicas un tanto olvidadas, tan oscuras como el inframundo de donde provienen...

Diosas olvidadas, Diosas oscuras
No es dificil imaginar el castro amurallado recortando con su silueta la caida natural que se conoce hoy en día como "Salto del cura" aunque por desgracia y por los intereses económicos que movieron a construir chalets en la zona a finales de los años 70, ya no queda ni rastro de nuestros antepasados, tan solo la explanada donde estaría en parte la fortificación (Estudios recientes confirmarían que el castro sería de los más grandes de la zona del corredor del Henares, ocupando en superficie una hectárea)
Los cultos religiosos no se darían dentro del propio castro, los pobladores, con la casta guerrera y los nobles a la cabeza, realizarían un peregrinaje hasta la zona donde los sacerdotes chamanes vivían, en lo que sería la actual zona del Soto del Henares. Allí durante varios días llamarían a Ataecina, convocando su presencia mediante hecatombes de cabras en su honor, la Diosa Cabra, señora de la vida y la fertilidad. Tanto este pequeño grupo poblacional de pequeñas chozas donde vivían los chamanes, como las hecatombes de cabras, se han descubierto en las recientes excavaciones en lo que se conoce como el hayazgo del Soto del Henares, donde puede verse en parte en el museo de historia de Torrejón de Ardoz.
Los cultos a la muerte, se realizarían también en un peregrinaje que se daría en dirección al cerro hermano, el Ecce Homo, adentrandose en las entrañas mismas de la tierra, al mismísimo inframundo, en lo que se conoce como "La cueva de los gigantones".(Cueva donde distintos radiestesístas han comprobado el alto índice de energia telúrica)
Esta cueva, utilizada desde el Neolitico, serviría para rendir los cultos al inframundo. La prueba de ello nos llega hasta nuestros días gracias al culto que quedaría vigente en el interior de dicha cueva, a la efígie de San Pedro martir, "el pescador de hombres", siendo este culto al rostro de San Pedro no solo una reminiscencia al culto de la cabeza como conocimiento, en su vertiente semítica del famoso "Baphomet", si no el culto directo al craneo, a la calvera. Cultos de suma importancia en toda la zona como se puede ver en el legado directo que queda reflejado en los santos mártires Iuxto y Pastor, quienes fueron decapitados.
Este tipo de cultos, muy extendidos dentro del ámbito celta, se daría en el interior de la "cueva de los gigantones" llamando a la Diosa Calacux, nombre que proviene de los famosos "Calacús" gallegos que imitan craneos, siendo este nombre gallego un pariente semántico de la Diosa Irlandesa Cailleach, señora del invierno y de la muerte.
Su cristianización no sería de extrañar teniendo en cuenta que el papa Gregorio Magno en el siglo XIII hace la siguiente recomendación a Agustín en respuesta a la carta que este le hace al llegar a Inglaterra preguntándole que debía hacer con los santuarios paganos:
"No suprimáis los festines que celebran aquellas gentes en los sacrificios que ofrecen a sus dioses. Trasladarlos al día de las fiestas de los santos mártires, con el fin de que, consintiendo algunas groserías, alegrías de la idolatría, se predispongan más fácilmente a acoger las costumbres espirituales de la fe cristiana"
New Order post relativismo cultural

miércoles, 23 de noviembre de 2011

viernes, 18 de noviembre de 2011

DRUIDAS Y ESOTERISMO CELTA, según Guénon

Nota Previa: Como ha señalado Roger Maridort, "lo que en la obra de Guénon concierne al Celtismo se ha integrado en el libro titulado `Símbolos Fundamentales de la Ciencia agrada´: son los estudios sobre `El Santo Grial´ (cap. III y IV de dicha obra), sobre `El triple recinto druídico´ (cap. X), sobre `La Tierra del Sol´, (cap. XlI) y sobre `El Jabalí y la Osa´ (cap. XXIV)" . Lo que incorporamos son algunas referencias de Guénon al celtismo y druidismo en otros de sus ibros. Al igual que él, no creemos en "neodrudismos", es decir, en la pervivencia tradicional de una orden iniciática regular celto-druídica contemporánea, o la de una iglesia celta tradicional. Los grupos que campean por Francia, Irlanda y en torno a Stonehenge, no son sino "ismos" modernos sin que exista eslabón iniciático regular con el druidismo. Pasamos, a continuación, a recoger lo escrito por Guénon, al respecto.

INTRODUCCIÓN GENERAL AL ESTUDIO DE LAS DOCTRINAS HINDÚES

"El Celtismo no existe ya más que en estado de recuerdo histórico..."

"Se sabe, por ejemplo, que la enseñanza de los Druidas permaneció siempre exclusivamente oral, aun en una época en que los Galos conocían con seguridad la escritura, puesto que se servían corrientemente de un alfabeto griego en su relaciones comerciales; de modo que la enseñanza druídica no dejó ninguna huella auténtica, y como mucho se pueden reconstruir con más o menos exactitud algunos fragmentos muy limitados.."

APRECIACIONES SOBRE EL ESOTERISMO CRISTIANO
"No nos parece dudoso que los orígenes de la leyenda del Grial deban remitirse a la transmisión de elementos tradicionales, de orden iniciático, del Druidismo al Cristianismo; habiendo sido esta
transmisión operada con regularidad, y cualesquiera hayan sido por lo demás sus modalidades, esos elementos formaron desde entonces parte integrante del esoterismo cristiano ...".
"La leyenda, por otra parte, no dice dónde ni por quién fue conservado el Grial hasta la época de Cristo, ni cómo se aseguró su transmisión; pero el origen céltico que se le reconoce debe
probablemente dejar comprender que los Druidas tuvieron una parte de ello y deben contarse entre os conservadores regulares de la tradición primordial. En todo caso, la existencia de tal centro espiritual, o
inclusive de varios, simultánea o sucesivamente, no parece poder ponerse en duda, como quiera haya de pensarse acerca de la localización; lo que debe notarse es que se adjudicó en todas partes y
siempre a esos centros, entre otras designaciones, la de "Corazón del Mundo", y que, en todas las tradiciones, las descripciones referidas a él se basan en un simbolismo idéntico, que es posible seguir hasta en los más precisos detalles. ¿No muestra esto suficientemente que el Grial, o lo que está así representado, tenía ya, con anterioridad al Cristianismo, y aun a todo tiempo, un vínculo de los más estrechos con el Corazón divino y con el Emmanuel, queremos decir, con la manifestación, virtual o real según las edades, pero siempre presente, del Verbo eterno en el seno de la humanidad terrestre..".
" Por otra parte, en lo que a los celtas se refiere, hemos cuidado recordar qué precauciones se imponen cuando quiere hablarse de ellos, en ausencia de toda documentación escrita ..".
"Asimismo, la copa, en una u otra forma, desempeña, al igual que el corazón mismo, un papel muy importante en muchas tradiciones antiguas; y sin duda era así particularmente entre los celtas, puesto que de éstos procede lo que constituyó el fondo mismo o por lo menos la trama de la leyenda del Santo Grial. Es lamentable que no pueda apenas saberse con precisión cuál era la forma de esta tradición con anterioridad al Cristianismo, lo que, por lo demás, ocurre con todo lo
que concierne a las doctrinas célticas, para las cuales la enseñanza oral fue siempre el único modo de transmisión utilizado; pero hay, por otra parte, concordancia suficiente para poder al menos estar seguros sobre el sentido de los principales símbolos que figuraban en ella, y esto es, en suma, lo más esencial..".

FORMAS TRADICIONALES Y CICLOS CÓSMICOS
"El hecho de que esta misma figura se encuentre en otros lugares además de entre los celtas indicaría que en otras formas tradicionales hubo jerarquías iniciaticas constituidas sobre el mismo modelo (que la jerarquía druídica), lo cual es perfectamente normal...".
"En cuanto a la cuestión de anterioridad, habría que saber primero a qué época precisa se remonta el Druidismo, y es probable que se remonte mucho más allá de lo que se suele creer, tanto más que los
druidas eran poseedores de una tradición de la que parte notable era indiscutiblemente de procedencia hiperbórea...".
"Una gran dificultad, para determinar el punto de unión de la tradición atlante con la tradición hiperbórea, proviene de ciertas substituciones de nombres que pueden originar múltiples confusiones;
pero la cuestión, a pesar de todo, quizá no es del todo insoluble.Al hablar de ese "punto de unión", pensábamos sobre todo en el Druidismo...".

AUTORIDAD ESPIRITUAL Y PODER TEMPORAL
"Se ha señalado que, entre los celtas, los símbolos que figuraban en las monedas no pueden explicarse más que si se los refiere a conocimientos doctrinales propios de los druidas, lo que implica una intervención directa de estos en tal dominio..".
"El nombre de los druidas, se lee "dru-vid", en el que la primera raíz significa la fuerza, y la segunda la sabiduría (1); y la reunión de ambos atributos en ese nombre, como la de los dos elementos de la Esfinge en un solo y mismo ser, además de indicar que la realeza está
implícitamente contenida en el sacerdocio, es sin duda un recuerdo de la lejana época en que los dos poderes estaban todavía unidos, en estado de indistinción primordial, en su principio común y supremo...

(Nota 1. Este nombre tiene por lo demás un doble sentido, que se refiere a otro simbolismo: "dru" o "deru", como el latín "robur", designa a la vez la fuerza y el roble (en griego "drus"); por otra parte, "vid" es, como en sánscrito, la sabiduría o el conocimiento, asimilada a la visión, mientras que también es el muérdago; así, "dru-vid" es el muérdago del roble, que en efecto era uno de los principales símbolos del Druidismo, y al mismo tiempo es el hombre en quien reside la sabiduría apoyada sobre la fuerza. Además, la raíz "dru", como se ve en las formas sánscritas equivalentes "dhru" y "dhri", implica la idea de estabilidad, que por otra parte es uno de los sentidos del símbolo del árbol en general y del roble en particular; y este sentido de estabilidad corresponde aquí muy exactamente a la actitud de la Esfinge en reposo).

Debemos decir por otra parte que los dos símbolos del jabalí y el oso no siempre aparecen forzosamente como estando en lucha o en oposición, sino que también pueden representar a veces los dos poderes espiritual y temporal, o las dos castas de los Druidas y los Caballeros, en sus
relaciones normales y armónicas, como se ve especialmente en la leyenda de Merlín y Arturo, que, en efecto, son también el jabalí y el oso..".

EL REINO DE LA CANTIDAD Y EL SIGNO DE LOS TIEMPOS
¡Hay una observación que es muy fácil de hacer y para la cual basta con tener «ojos para ver»: las monedas antiguas están literalmente cubiertas de símbolos tradicionales, escogidos incluso entre aquellos que presentan un significado especialmente profundo. Así ha podido comprobarse sobre todo que, entre los Celtas, los símbolos que figuran en las monedas no pueden explicarse más que si se ponen en relación con los conocimientos doctrinales propios de los Druidas, lo que por añadidura implica una intervención directa de éstos en el campo de la acuñación. Naturalmente cuanto es cierto en este aspecto para los Celtas conserva su validez al ser referido a otros pueblos de la Antigüedad, habida cuenta, como es lógico, de sus propias modalidades y de sus respectivas organizaciones tradicionales. Ello concuerda muy exactamente con la inexistencia de un punto de vista profano en las civilizaciones estrictamente tradicionales: allí donde existía, la moneda no podía ser esa cosa profana en la que se ha convertido posteriormente ..".

Nazgul - Under the barbarian swords

jueves, 17 de noviembre de 2011

Federación de ANtiguas Religiones Hispánicas

Federación de las Antiguas Religiones Hispánicas, se ha creado para representar a las entidades religiosas paganas españolas ante el Reino de España, con la finalidad exclusiva de obtener la declaración de religión de notorio arraigo para poder ejercer plenamente los derechos legales que como religión le corresponden, y ejercer ante el Reino de España la representación y responsabilidades que de dicha declaración pudieran derivarse. A tal efecto esta Federación se inscribe en el Registro de Entidades Religiosas a fin de tener personalidad jurídica propia.

El fin de la FARH es la representación de las entidades religiosas practicantes de las Antiguas Religiones Hispánicas, a los efectos expresados en él, para impulsar y facilitar su práctica.

Condiciones de ingreso de nuevas entidades religiosas en esta Federación:

1.- Estar debidamente registradas en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia del Reino de España.
2.- Practicar los ritos de alguna de las Antiguas Religiones Hispánicas Paganas.
3.- Rechazar de forma total y plena a todo tipo de acto violento, discriminatorio o delictivo.
4.- Ser avalada por al menos dos entidades religiosas ya federadas.

Facultades del Secretario General.

1.- La Plena representación legal de la Federación.
2.- Velar por el cabal cumplimiento del fin de la Entidad.
3.- Representará legalmente a la Entidad en la celebración de cuantos actos jurídicos y contratos se deriven de los acuerdos del Asamblea General, salvo que en el momento de adoptarse el acuerdo se hubiera delegado la representación en algún miembro en particular.
4.- También, previo acuerdo de la Junta Directiva, representará a la Entidad en cuantos litigios, cuestiones y asuntos administrativos, gubernativos, judiciales y extrajudiciales, resulte interesada la Entidad como demandante o demandada, o por cualquier otro título, hallándose facultado para otorgar poderes a abogados y procuradores para que representen a la Entidad ante toda clase de autoridades u órganos jurisdiccionales.
5.- Abrir y cancelar cuentas bancarias o cartillas de ahorro, pudiendo disponer de fondos de las mismas, librar talones y, en general, cuantas operaciones se deriven de la existencia de tales cuentas y cartillas, con la firma mancomunada de cualquier otro miembro de la Junta Directiva.
6.- La firma social en cuantos asuntos le incumban.

Contacto:

federacion@antiguareligion.es

martes, 8 de noviembre de 2011

lunes, 7 de noviembre de 2011

jueves, 3 de noviembre de 2011

El MEH de Burgos nos acerca la historia y la vida de los neandertales

Hasta el próximo 25 de marzo una interesante exposición nos mostrará en Burgos la vida de los neandertales, una de las especies humanas que nos precedió.

Tras las exposiciones "Cómo se hizo...", "La Dieta que nos hizo humanos", "Revolución" y "La Joya del Silo", la Junta de Castilla y León presenta la quinta exposición temporal del Museo de la Evolución Humana: Neandertales, desde Iberia hasta Siberia, que estará abierta al público hasta el 25 de marzo de 2012.
La muestra reúne los principales fósiles originales de Neandertales hallados en Castilla y León, además de piezas depositadas en el Museo Arqueológico Nacional, en el Museo Geominero, y reproducciones realizadas expresamente para el Museo de la Evolución Humana de piezas expuestas en el Neanderthal Museum de Alemania, el Musée Tautavel de Francia, el IPHES de Tarragona y del Área de Prehistoria de la Universidad de Burgos.
La Consejería de Cultura y Turismo ha organizado esta exposición con el objetivo de acercar al público la visión global de la historia de los neandertales, explicar su lugar en el proceso evolutivo y su escenario territorial, ubicado fundamentalmente en Europa. La exposición desarrolla un discurso divulgativo sobre la historia de los descubrimientos de este linaje, su contexto filogenético, las peculiares características anatómicas, el medio natural en el que se desenvolvieron, cómo vivían y lo que supuso la llegada de los cromañones para terminar abordando su extinción.
Como parte de la exposición, el Museo de la Evolución Humana exhibe por primera vez en España una reproducción de un bebé neandertal realizado a partir del molde del cráneo de la Roc-de-Marsal, uno de los yacimientos más importantes ubicado en Dordoña (Francia). Esta reproducción es obra de Elizabeth Daynés, escultora francesa especializada en reconstrucciones antropológicas y autora de las piezas que se exhiben en la Galería de los Homínidos del Museo.
Los visitantes que acudan a la exposición también tendrán la oportunidad de contemplar los únicos fósiles humanos encontrados en Castilla y León de Neandertales, procedentes de la cueva de Valdegoba en la localidad burgalesa de Huérmeces, y muestra la industria lítica encontrada en la Cueva de la Ermita en Hortigüela, en Burgos.

El hombre del neandertal
El hombre del neandertal fue el primer fósil humano identificado a mediados del siglo XIX tras los descubrimientos en Bélgica, Gibraltar y en el valle del Neander en Alemania. En 1863 ya se propuso el nombre de Homo neanderthalensis, poco después de la publicación del libro de Darwin El origen de las especies.
En 1996 se extrae por vez primera restos de ADN de un humano fósil, precisamente de un neandertal, y los resultados, publicados en el primer borrador del genoma neandertal en 2010, apuntan a una posible hibridación con los sapiens.
La península Ibérica es un referente internacional para entender la historia evolutiva de los neandertales. La colección de fósiles humanos de la Sima de los Huesos y restos de Galería en la sierra de Atapuerca son los mejores ejemplos de ancestros neandertales en Europa. Se conocen unos treinta yacimientos que han conservado fósiles neandertales clásicos.
Los últimos neandertales vivieron en el sur de la Península Ibérica, donde desaparecieron hace alrededor de 30.000 años. Su territorio se extendió desde las costas de Portugal hasta Siberia Occidental pasando por el próximo Oriente, y desde las penínsulas del sur de Europa hasta casi rozar el círculo polar ártico. Los neandertales eran eminentemente carnívoros y recientemente se ha conocido que su dieta en Gibraltar incluía el consumo de animales marinos como crustáceos, moluscos o delfines. Usaban el fuego de forma regular y diversificada y son los primeros humanos que enterraron de forma intencionada sus muertos. También está demostrada la práctica del canibalismo en algunos yacimientos.
En la exposición han colaborado el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Geominero, el Museo de Burgos, el Museo Numantino de Soria, el Museo de Palencia, el Museo de Salamanca, el Museo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes, el Museo de Valladolid, el Museo de Fauna Salvaje de Valdehuesa de Boñar, la Universidad de Burgos, el Grupo de PaleoAntropología MNCN-CSIC, el equipo de investigación de El Sidrón, el equipo de investigación de Atapuerca, el CENIEH, SierrActiva y el IPHES de Tarragona.

sábado, 29 de octubre de 2011

Samhain 2011

lunes, 17 de octubre de 2011

¿De filo o de punta?. La Antigüedad hispana.

PLANTEAMIENTO
"Praeterea non caesim sed punctim ferire discebant", "además enseñaban a herir no de filo sino de punta". Así describía FlavioVegecio Renato (Epitoma Rei Militaris 1, 12) la esencia del entrenamiento con la espada de los legionarios romanos. Vegecio continúa explicando que los romanos sometieron con facilidad a quienes se enfrentaron con ellos empleando armas diseñadas para golpes tajantes, porque éstos, incluso los de mayor fuerza, rara vez matan, dado que los órganos más vitales del cuerpo están protegidos tanto por huesos como por armaduras. El tratado de ciencia militar de Vegecio fue escrito en una fecha indeterminada entre 383 d.C. y 450 d.C., en plena crisis del Imperio Romano, y, más que de la ciencia militar de su propia época, es un resumen -a menudo caótico- de textos muy anteriores, la mayoría hoy perdidos, junto con datos contemporáneos al autor.
La tradición romana de preferir los golpes de espada dados de punta frente a los de filo se remonta muchos siglos atrás, al menos a la época inmediatamente anterior a las Guerras Púnicas. Así, ya Polibio (c. 200- c. 118 a.C.) escribía en el contexto de las campañas contra galos boyos e insubres de 224-222 a.C. que "por su construcción, las espadas galas sólo tienen eficaz el primer golpe, después del cual se mellan rápidamente, y se tuercen de largo y de ancho de tal modo que si no se da tiempo a los que las usan de apoyarlas en el suelo y así enderezarlas con el pie, la segunda estocada resulta practicamente inofensiva [...] Los romanos, en cambio, que utilizan sus espadas no de filo, sino de punta, porque no se tuercen, y su golpe resulta muy eficaz, herían, golpe tras golpe, pechos y frentes, y mataron así a la mayoría de enemigos..." (Polibio, 2, 33; también interesantes 2, 30, 8, Dionisio de Halicarnaso, 14, 10, 17 y Polieno, Estratagemas 8,7,2).
Cuando narra Polibio la batalla de Cannas (216 a.C.), en la que el ejército cartaginés de Aníbal contaba con contingentes galos e hispanos, además de los africanos, insiste en la misma idea: "los iberos y los galos tenían el escudo muy parecido, pero en cambio las espadas eran de factura diferente. Las de los iberos podían herir tanto de punta como por los filos; la espada gala, en cambio, servía sólo para herir de filo, y ello aún a cierta distancia" (3, 114, 3). Parece evidente que Tito Livio, autor posterior a Polibio, seguía a éste cuando en su narración de la misma batalla de Cannas escribía: "Los galos y los hispanos tenían escudos de casi idéntica forma, mientras que las espadas se diferenciaban en forma y tamaño: las de los galos, muy largas y sin punta; las de los hispanos, manejables por lo cortas y con punta, pues estaban acostumbrados a atacar al enemigo clavando más que dando tajos" (Livio, 22, 46, 5). Por cierto que la propia redacción del original latino de Livio hace sospechar que pudo ser la fuente del texto tardío de Vegecio con que abríamos estas páginas: "Hispano, punctim magis quam caesim adsueto petere hostem, brevitate habiles et cum mucronibus".
Contamos pues, hasta ahora, con tres datos: los antiguos romanos preferían las espadas punzantes a las tajantes por su inherente superioridad; las espadas galas eran sólo tajantes, y las empleadas por los iberos eran mixtas, punzantes y tajantes. A esto hay que añadir una cuarta información: según las propias fuentes antiguas, en un momento indeterminado, pero probablemente entre el 225 y el 200 a.C., los romanos adoptaron una espada de origen ibérico, que denominaron gladius hispaniensis. La fuente más explícita (aunque hay otras varias) es un manuscrito bizantino del s. X d. C., la Suda, que en este caso recoge un texto de Polibio (fr. 96) "los celtíberos difieren mucho de los otros en la preparación de las espadas. Tienen una punta eficaz y doble filo cortante. Por lo cual los romanos, abandonando las espadas de sus padres, desde las guerras de Aníbal cambiaron sus espadas por las de los iberos...". Fragmento éste que enlaza con la descripción que de la espada romana de su época hace Polibio: "la espada, que llevan colgada sobre la cadera derecha y que se llama 'española'. Tiene una punta potente y hiere con eficacia por ambos filos, ya que su hoja es sólida y fuerte" (6, 23,6-7).

PRIMERA CUESTIÓN: LA SUPERIORIDAD DE LA PUNTA SOBRE EL FILO.
Por lo que se refiere a la primera cuestión (la supuesta superioridad inherente de las espadas punzantes frente a las tajantes), los tratados modernos tienden a confirmarla, aunque con matices. En lo que hay acuerdo general es que las heridas punzantes son más peligrosas que las tajantes (Quesada, 1992:68-69; Clements, 1997:8-9). El notable personaje que fue Richard F. Burton, aventurero, viajero, lingüista, militar, escritor y esgrimista, publicó en 1884 una obra, The book of the Sword, en la que, muy en la línea de las concepciones etnográficas y raciales de su tiempo, atribuía características 'raciales' a los tipos de armas: "He dado precedencia a la hoja curva porque el golpe cortante es más natural para el hombre que el punzante. La naturaleza humana tiende al golpe 'curvo' hasta que un entrenamiento severo le enseña a golpear directo desde el hombro. [...] Y sin embargo no hay duda sobre la superioridad del golpe punzante sobre el cortante. Como muestra el diagrama, A, que ataca de punta, tiene ventaja en tiempo y distancia sobre B que usa el filo. [...] Las gentes de las latitudes meridionales (por ejemplo, las que habitan alrededor del Mediterráneo, el foco de la civilización antigua, donde la espada ha jugado su papel más brillante y dominante) son razas activas y ágiles de constitución ligera y poder muscular comparativamente reducido. En consecuencia han preferido habitualmente, y todavía prefieren, el arma de punta, cuya estocada mortal puede darse sin necesitar fuerza o peso. Por la razón inversa los hijos del Norte han elegido el Espadon propiamente dicho, la hoja larga, recta, pesada, de doble filo, que se adecuaba con su superior estatura y poder de momento. Esta es una visión geográfica y etnológica de la distribución de la espada, una regla sin embargo tan general que deben esperarse multitud de excepciones..." (Burton, 1884, 126-128).
No sería prudente sonreír con superioridad ante la aparente ingenuidad de Burton: hay mucho en la arqueología y en las fuentes literarias antiguas que tiende a apoyar su visión etnográfica. Y en todo caso, todos los tratadistas en esgrima y estudiosos de las armas blancas más recientes mantienen la superioridad de la espada punzante o mixta sobre la exclusivamente tajante, más primitiva dado que la tendencia general del hombre es a tajar (así por ejemplo Oakeshott, 1963:33-35; Clements, 1997:13-14; Bridgfoot, 1997:113).
Por otro lado, también debe tenerse en cuenta que la ciencia de la esgrima con armas exclusivamente punzantes, que alcanzó su carta de naturaleza sólo en el s. XVI (Clements, 1997:5 ss.) y su plenitud sólo en el s. XVIII (Oakeshott, 1963:34), es realmente útil sólo en duelos individuales (Clements, 1997:8, 11-13), en defensa personal en la ciudad (ibidem pp. 21-22) y en especial cuando se enfrentan combatientes sin protección corporal (Bridgfoot, 1997:113).
En circunstancias de batalla, cuando el combatiente debe esperar ser atacado desde varias direcciones y por distintos enemigos protegidos con corazas, cascos y escudos, la situación puede ser muy diferente. Entonces una espada ropera (o rapière) sólo punzante puede ser menos útil que una espada sólo tajante: la segunda tiene al menos la oportunidad de herir el hombro, brazo o cabeza del rival e incapacitarle; el estoque, en teoría más peligroso, debe primero encontrar puntos débiles en la protección del enemigo para poder penetrar (la axila, el cuello o el bajo vientre), y esta selección del blanco es problemática en el caos del combate. Mientras que una punta de flecha o un pilum, lanzados con gran impulso, pueden penetrar una coraza, la espada estoque, impulsada sólo por la fuerza del brazo (y con suerte, del cuerpo entero), encuentra más problemas. Por eso la gran mayoría de las espadas de guerra a lo largo de la historia (hasta la generalización de las armas de fuego y consecuente desaparición de las corazas) han sido, o bien puramente tajantes, o de uso mixto; no estoques puros, caracterizados por su hoja estrecha y muy aguda y que no se encuentran en la Antigüedad o Edad Media. Incluso la corta y ancha espada griega hoplita (xiphos) y la romana imperial (gladius), de la que las fuentes enfatizan su uso punzante, eran armas de uso mixto, aunque en el contexto de una táctica de formaciones cerradas se emplearan sobre todo pero no exclusivamente para punzar, en una secuencia que incluía primero empujar con el escudo al enemigo para desequilibrarle, y luego tratar de herirle en el vientre.

SEGUNDA CUESTIÓN: LAS ESPADAS GALAS.
Por lo que se refiere a las espadas galas, la arqueología confirma en buena parte las afirmaciones citadas de Polibio. Aunque las primeras espadas celtas (del periodo de La Tène I, hacia el s. IV a.C.) son piezas de hoja recta y punta aguda, de uso mixto tajante-punzante, hacia el s. III a.C. habían evolucionado hacia un tipo de espada más larga, de hasta un metro de hoja, con filos paralelos y rectos, únicamente utilizables para asestar grandes golpes de sable (Dionisio de Halicarnaso, 14, 10, 17). En cambio, y aunque no se puede negar que algunas espadas de mala calidad se doblaran con facilidad, los estudios recientes permiten afirmar que muchas espadas de La Tène II-III son de buena calidad metalúrgica (Pleiner, 1993:159ss.). En todo caso, esta cuestión no nos afecta ahora porque, aunque en Iberia aparecen numerosas espadas rectas de tipo de La Tène I y derivados locales, apenas si existen, salvo en Cataluña, espadas tajantes de La Tène II-III.

LA TRADICIÓN DE LAS ESPADAS DE IBERIA Y EL 'GLADIUS HISPANIENSIS' ROMANO.
Las cuestiones tercera y cuarta son para nosotros de la mayor importancia: según Polibio y Livio, las espadas de los hispanos eran muy eficaces, por su doble capacidad de herir de filo y de punta; tanto que fueron adoptadas por el ejército romano republicano como gladii hispanienses, espadas hispanas que causaron terror entre otros enemigos de Roma, como los macedonios en 199 a.C. (Tito Livio, 31, 34).
Planteada así la cuestión en sus términos de significado histórico, es como como podemos pasar a examinar la tradición formal y funcional de las espadas de la Pnínsula Ibérica desde el final de la Edad del Bronce y hasta la llegada de los romanos a fines del s. III a.C., para averigüar si efectivamente hay una tradición homogénea, y cuál pudo ser la espada que los romanos copiaron.
Aunque en el Bronce Pleno (en torno al s. XV a.C.) surgieron, por ejemplo en el Egeo, esapdas de bronce aparentemente diseñadas como estoques, hay suficientes pruebas arqueológicas de que a menudo se empleaban de otro modo: la empuñadura no es integral con el arma, sino que consiste de una pieza independiente remachada a la hoja. Los desgarros laterales que a menudo presentan los orificios de remaches en los hombros de estas espadas indican claramente que fueron -mal- utilizadas en golpes tajantes: su carácter punzante era pues resultado de su debilidad estructural (Oakeshott, 1963:34; contra Godon, 1953:74); incluso se han planteado dudas sobre su misma funcionalidad (Drews, 1993:198 con más referencias; Harding, 1999:162 ss.). En el Bronce Final de la Península Ibérica, como en el resto del Mediterráneo, se popularizaron después espadas de hoja más o menos pistiliforme y empuñadura de lengüeta solidaria con la hoja, de función mixta, tajante y punzante, aunque el ensanchamiento de la hoja en el tercio distal (hacia la punta) implica un mayor énfasis en los golpes tajantes. Algunas de las espadas de este tipo se cuentan entre las mejor diseñadas, sólidas y equilibradas de la historia de las armas blancas. Con todo, en el Bronce Final del Mediteráneo Occidental y en el Bronce Final Atlántico, hacia los siglos X-IX a.C. se produjo una novedad curiosa consistente en la aparición de unos tipos de espada (llamadas 'de lengua de carpa' y sus evoluciones 'Vénat' y 'Sa Idda'), con nervio marcado, en las que la punta se aguza y estrecha considerablemente, todo lo cual implica un nuevo énfasis hacia la función punzante, aunque la tajante no se pierde del todo. La composición del bronce, binario, es buena, con una media del 10% de estaño (Rovira, 1995); la tecnología parte de la fundición en un molde de piedra.
Con la extensión del uso de la metalurgia del hierro en Iberia, hacia los ss. VII-VI a.C., asitimos a un fenómeno notable: los artesanos tartésicos y los del área levantina trataron de imitar la vieja tradición de espadas broncíneas largas de hoja recta y punta aguda del Bronce Final pero en hierro forjado, primero copiando exactamente los modelos de bronce (espada de Cástulo) y luego ensayando otros derivados (Palmarón en Huelva, Can Canyis en Tarragona, La Solivella en Castellón). Al tiempo, en la zona nororiental aparecen espadas de hoja larga y recta y empuñadura de antenas (alguna, como la de Camallera, de hasta 73 cm. de hoja). Sin embargo, estas dos tradiciones de armas de larga hoja recta murieron en el s. VI a.C., probablemente porque la metalurgia inicial del hierro todavía no estaba bien adaptada a forjar hojas sólidas y que a la vez fueran largas y estrechas. En todo caso, cuando tras un cierto hiato en nuestra información volvemos a contar con espadas en yacimientos arqueológicos, ya a fines del s. V a.C., la situación ha cambiado por completo: la tradición de largas espadas ha desaparecido para siempre, sustituida por otra basada en las espadas cortas (Quesada, 1997:194-203).
En el ámbito de la Cultura Ibérica (a grandes rasgos, Andalucía, Sureste y Levante) desde el s. V y hasta el I a.C. encontramos básicamente dos tradiciones de espadas: la famosa falcata (Quesada, 1992) y las de hoja recta, corta y ancha. El área catalana responde a una tradición armamentística diferente, de tipo galo.
La falcata ibérica procede de un prototipo itálico del s. VI a.C., muy modificado hasta el punto de constituir un arma diferente. Las machairas itálicas son sables largos y curvos, de un sólo filo, con una media de 64,5 cm. de longitud de hoja, y de función exclusivamente tajante. Los artesanos ibéricos modificaron este arma para convertirla en una espada mucho más corta (hoja de 48,5 cm. de media), y sobre todo de doble uso, tajante-punzante. Esto se aprecia sobre todo en la aparición de un contrafilo en el dorso de la hoja que abarca en torno a un tercio de la longitud de la misma, y en una menor curvatura de la espada. Así, la falcata se convierte en una espada cortante y punzante pero de hoja muy ancha, adecuada para un combate tanto en orden cerrado, al modo romano o griego (donde se usarían golpes de punta hacia el vientre del enemigo, tal y como se observa en el caso del relieve de Osuna en Sevilla), como para un combate algo más abierto, con golpes cortantes laterales o verticales desde el hombro. Este último empleo es el documentado por un texto de Séneca (De Beneficiis, 5, 24): "Recuerdas, César, aquella ocasión en la campaña de Hispania?. Te habías torcido el tobillo, no podías andar, y estabas sediento. Uno de tus soldados recogió agua en su casco y te la trajo... tú crees que podrías recordar perfectamente a aquel hombre que te ayudó. Y sin embargo no me reconoces, porque en aquel entonces yo era todavía un hombre completo; después, en la batalla de Munda, perdí un ojo y parte de los huesos de mi cabeza... Tampoco reconocerías el casco que llevaba, porque una falcata hispana lo partió por la mitad".
Aunque la falcata fue, con diferencia, la espada de más éxito entre los antiguos ibéricos, entre otras cosas por sus connotaciones simbólicas (Quesada, 1992:201 ss.; 1997:162 ss.), durante los siglos V y IV a.C. aparece a menudo acompañada de espadas de hoja recta simétrica, de dos tipos diferentes. Uno es la espada de frontón, de origen mediterráneo, con hoja muy ancha y ligeramente pistiliforme y una peculiar empuñadura rematada en un pomo curvo en forma de frontón (de ahí su nombre). Es un arma mediana, con una hoja de en torno a los 40 cm., pesada y de funcionalidad muy similar a la de la falcata. El otro tipo, menos frecuente, es de fabricación ibérica pero de origen distinto, pues procede de la Meseta: son espadas con pomo rematado en 'antenas atrofiadas', de empuñadura redonda o facetada, a menudo decorada con damasquinados en plata o cobre. Aunque tipológicamente son muy diferentes, y tienden a ser aún más cortas, su función es también mixta, aunque probablemente se emplearan más en función punzante dada su corta longitud. La gran anchura de las hojas de todas estas espadas (falcata, frontón y antenas) hace que no sean demasiado eficaces como armas punzantes contra enemigos muy protegidos con corazas metálicas, pero lo cierto es que todo lo que sabemos sobre la guerra en la Iberia prerromana indica que el armamento defensivo se limitaba sobre todo escudos y cascos, mientras que la coraza, cuando existía, era sobre todo de cuero o material orgánico acolchado, más fácil de perforar; además, el muslo y el bajo vientre estaban mal protegidos, probablemente en aras de la movilidad.
A lo largo de toda la Segunda Edad del Hierro, el área catalana adoptó una panoplia esencialmente distinta, de tipo galo, basado en la espada recta de tipo de La Tène I, de mayor longitud (hoja en torno a los 60 cm.), pero también de función mixta tajante-punzante. A lo largo del tiempo, estas espadas evolucionaron en la misma línea que sus vecinos al Norte de los Pirineos, alargándose y enfatizando la función cortante, aunque probablemente sin llegar al extremo del mundo galo.
En el interior peninsular, y en especial en la Meseta Norte, la evolución del armamento siguió líneas diferentes. Aquí la tradición mayoritaria y casi exclusiva es la de espadas de antenas atrofiadas de origen norpirenaico, aunque mucho más cortas, de en torno a los 30 cm. de hoja, hasta el punto que, para los estandares centroeuropeos, las espadas peninsulares serían casi puñales. En todo caso, a lo largo del tiempo se aprecia una cierta -y sólo parcial- tendencia a la aparición de tipos ligeramente más largos (longitud media de la hoja, 35cm. ) y con hoja pistiliforme, como el tipo Quesada VI (1997:221 ss.), que podría indicar un empleo de filo más frecuente. De todos modos, resulta difícil visualizar una función tajante para armas de hoja tan corta. En todo caso, debe recordarse que el arma principal en toda la Península durante toda la Edad del Hierro es la lanza y la jabalina, mientras que la espada sólo debía emplearse como último recurso.
Junto a las espadas de antenas, a partir de fines del s. IV se extendieron por la Meseta las versiones locales de la espada de La Tène I galas, modificando sobre todo la vaina y el sistema de suspensión, más que la espada en sí misma. Estas armas perduraron y alcanzaron gran popularidad durante los ss. III-II a.C., mientras que en la propia Galia habían sido sustituidas por los largos espadones ya comentados. Estas espadas de unos 60 cm. de hoja son mucho más útiles como armas de empleo mixto (Quesada, 1997:248 ss.).
Volvemos así, por fin, a una de las cuestiones que planteábamos al principio: ¿cuál es el prototipo del gladius hispaniensis romano?. Esta es una cuestión que ha sido muy discutida desde principios del s. XX pero, a la vista de recientes descubrimientos arqueológicos de espadas romanas de este tipo sólo cabe una respuesta (Quesada, 1997b): de entre todos los candidatos, sólo la versión celtibérica tardía modificada de la espada de La Tène I gala es adecuada como prototipo; más aún, es prácticamente imposible distinguir estas espadas de necrópolis meseteñas relativamente tardías como Arcóbriga o La Osera, o incluso quizá en algunos yacimientos ibéricos como Puntal dels Llops (Valencia), de las espadas romanas republicanas halladas desde La Rioja en España hasta Delos en Grecia, pasando por el sur de Francia o Eslovenia.
En cuanto a los puñales, exigirían un estudio aparte dada la gran variedad de tipos y variantes que existe tanto en el ámbito mediterráneo como en el interior de la Península. En todo caso, y aunque hay algunos tipos perfectamente funcionales como armas, la mayoría, por su pequeño tamaño, por la forma de la hoja (por ejemplo los puñales de hoja triangular andaluces y murcianos), y por las peculiaridades decorativas (por ejemplo los puñales 'Monte Bernorio' del Alto Ebro), debieron ser objetos de prestigio, símbolos de status más que armas proipiamente dichas, y por tanto su análisis funcional resulta aún más resbaladizo que en el caso de las espadas.
Fernando Quesada

El dio Céltico Sucellus ("el que golpea bien") y la Hispania preromana

Tras la pista del Dios celta SUCELLUS en la Península Ibérica y otros posibles paralelos indígenas celto-hispanos.
En Hispania no se conoce ninguna inscripción dedicada a SUCELLUS. Sin embargo en Azaila (Teruel) existen representaciones sobre cerámica en las que aparecen figuras humanas armadas de martillo, atributo de este Dios galo-celta, que podrían ser representaciones de SUCELLUS. También tenemos tres figuras de bronce hispano-romanas que representan a SUCELLUS, dos proceden de la provincia de Badajoz y otra de Almería. En ellas el Dios barbudo cubre su cabeza y hombros con una piel de lobo, como los heraldos celtíberos que mencionan los testimonios romanos. Posiblemente en época romana el Dios celta SUCELLUS se sincretizó con el HÉRCULES grecolatino, también barbudo y cubierto con una piel de animal (en este caso de león) y armado de un robusto garrote con el que vencía a sus adversarios (en el caso de SUCELLUS es un martillo o mazo, también tenemos el caso del Dios germánico THOR portador de un martillo).
Estaríamos, tal vez, ante varias versiones de un mismo y antiguo Dios (semidios en el caso heleno) indoeuropeo, que habría tenido diversas facetas, mitos y funciones según el momento y la cultura europea de que se tratase: HERAKLES-HÉRCULES-SUCELLUS-THOR, aunque a estos dos últimos –SUCELLUS y THOR- también se les identifica con el Dios celeste indoeuropeo del rayo, el trueno, el roble (y encina), la lluvia, el cielo diurno, la soberanía, etc del tipo IUPPITER-ZEUS-TARANIS-CANDAMIUS-TÎWAZ-PERUN-PERKUNAS ).
SUCELLUS sería pues una especie de HÉRCULES céltico relacionado también con el mundo de ultratumba. Hay que tener en cuenta que el LOBO en el ámbito ibero y celta está directamente vinculado con el Más Allá y con las cofradías o hermandades de guerreros que se identificarían plenamente con este animal que caza y combate formando agrupaciones regidas por el jefe de la manada o “macho dominante” (como los guerreros arcaicos europeos seguían al caudillo de su hermandad de combate (mannerbünde) con fidelidad hasta más allá de la muerte –DEVOTIO-), así como con las cualidades características de los lobos: inteligencia, jerarquía, disciplina, aguante, agilidad, arrojo, coordinación, valor, ferocidad , etc .
El lobo mitificado , según algunos testimonios arqueológicos, en determinados casos, sería también el que condujese al guerrero muerto al mundo de ultratumba (existen representaciones en bronce y plata en la Hispania prerromana en las que un lobo con las fauces abiertas (simbolización de la muerte) devora literalmente una cabeza de guerrero que simboliza el difunto: recordemos que para los celtas el alma de la persona residía en la cabeza, miembro especialmente sagrado y simbólico del cuerpo humano.
En la provincia de Ávila, en el centro de la Meseta hispana, conocemos el santuario de POSTOLOBOSO, consagrado al Dios vettón VAELICO. En torno a este santuario rural aparecieron alrededor de una veintena de aras votivas consagradas a ese Dios cuya raíz en celta, *uailo, significa LOBO según diversos autores y cuya función tal vez fuese la de conducir las almas de los difuntos a las praderas de la otra vida, como en el caso del SUCELLUS galo-celta.
En el ámbito cántabro tenemos la conocida estela de Zurita (Santander) , en la que aparecen guerreros, alguno de ellos cubierto con una PIEL DE LOBO, junto a un camarada (o enemigo) caído y rodeado de BUITRES, otro de los animales sagrados encargados de guiar, tras la ingesta del cadáver, las almas de los muertos al “Walhala” hispano en la escatología de la Iberia prerromana, según nos cuentan varios autores grecorromanos.
Tenemos también en Cataluña el caso de la ciudad prerromana de Iltirta (la hispano-romana Ilerda , la actual Lleida-Lérida) cuyo emblema sagrado (así aparece en las monedas prerromanas acuñadas por esa ciudad) era un LOBO, tal vez con ese mismo carácter simbólico guerrero-funerario.

Ya en el ámbito céltico extrahispano el Dios SUCELLOS aparece en más de una ocasión acompañado de la Diosa NANTOSUELTA (cuya raíz significa “arroyo” y uno de cuyos símbolos es un ave , tal vez un mirlo). En un altar procedente de Saarburg (Norte de Francia) aparece un relieve con la representación del Dios SUCELLUS portando su mazo en la mano izquierda y en la derecha un vaso u olla, junto a él hay una figura femenina de largo vestido , entre las dos figuras un ave, el atributo de la Diosa. Encima de las figuras se puede leer una inscripción dedicada a las dos Divinidades: DEO SVCELLO NATOSVELTE (“(consagrado) al Dios SUCELLUS y a NANTOSUELTA”).
En un altar encontrado próximo a este apareció sólo la imagen de la Diosa junto con su ave simbólica (¿mirlo?¿cuervo?..) .

Esta relación de pareja entre el Dios SUCELLUS y la Diosa NANTOSUELTA en el ámbito celta continental lleva a pensar a J. C. Olivares Pedreño, en su magnífica obra “LOS DIOSES DE LA HISPANIA CÉTICA” (2002), en un posible paralelismo entre los relieves de SUCELLUS y su pareja divina, con el relieve en forma de templete o capilla de la FONTE DO IDOLO (Braga, Portugal) en el que aparece en su interior el busto del Genio de la fuente o Dios del manantial TONGOE NABIAGOI, y en el friso de la capilla en relieve se observa un mazo y un ave, símbolos de la pareja sacra SUCELLUS-NANTOSUELTA.
Junto a la capilla en relieve aparece una figura de pie que según varios autores ( Vasconcelos, Blázquez) representa un hombre maduro y barbado con larga túnica y portando un recipiente ritual en su mano, una pátera de libaciones o una cornucopia. Tal vez fuese la representación un devoto del Dios de la fuente o un sacerdote luso-romano realizando un ritual, pero debido al desgaste de la piedra en la que apenas se distinguen los rasgos de la cabeza es posible que dicho relieve representase en realidad una Diosa, la pareja del Dios, cuyo símbolo, el ave, aparece en el friso del templete, y que formarían una pareja semejante a la ya mencionada de los Dioses SUCELLUS-NANTOSUELTA.
A mi me llama poderosamente la atención el término NABIAGOI que aparece junto a TONGOE, pues la raíz es la misma que la de la Diosa de la mitad occidental de Hispania NABIA ( existen testimonios de la Diosa NABIA o NAVIA en Portugal, Galicia, y Extremadura), que tal vez tuviese la misma función y atributos (se la relaciona con la aguas ) que la gala NANTOSUELTA,( recordemos que significa “arroyo”, curso de agua ) y en España aun tenemos un río llamado Navia, entre Galicia y Asturias. El ave lo identificaría yo con un mirlo más que con un cuervo, a pesar de la opinión de algún autor, pues el mirlo es un pájaro habitual en las riberas de los arroyos y en lugares umbríos y húmedos de Europa y no hay datos para justificar que sea un cuervo, que por otro lado está íntimamente relacionado con LUGH (LVGVS).
Hispano Romano

miércoles, 5 de octubre de 2011

Esvasticas en Hispania. 1400 años como icono del paganismo solar

¿Qué es el paganismo?

Hoy inauguro este blog con el objetivo de expresar mis pensamientos y reflexiones en torno al paganismo, su teología, su filosofía y su función en la sociedad.
La intención de dar a conocer lo que pienso y siento no es otra cosa que intentar enriquecer un poco el panorama filosófico pagano actual, más allá de las reflexiones repetidas y sobadas que existen en torno a las diferentes religiones paganas. Mi objetivo principal es hacer incapié en el fondo filosófico y espiritual del pensamiento pagano, mostrando al mundo que, al igual que todas las creencias, el paganismo tiene mucho que aportar al mundo, al pensamiento actual y a las personas.
La primera pregunta que lanzo a los paganos que me leen es la más básico y la que debe ser la primera en responderse: ¿Qué es el paganismo?
El paganismo, proviene etimologicamente de la palabra latina pagus, que significa aldea o pago. Los paganos eran los que vivían en los pagos, y la palabra era una designación romana para los campesinos. La palabra, en un principio secular y exenta de sentidos religiosos, adquirió un nuevo sentido con la llegada del cristianismo, que convirtió la palabra pagano en sinónimo de politeísta, gentil, infiel y cualquiera no cristiano. Esta atribución religiosa a la palabra pagano ha sido la que ha derivado en diversos significados y, finalmente en nuestro siglo, pagano ha pasado a ser un sinónimo de secular.
Con el nacimiento del romanticismo y a principios del siglo XX el placer de mirar hacia el pasado resurgió y diversos grupos reclamaron la herencia precristiana europea y se tildaron de "paganos". Estos grupos, más o menos reconstruccionistas, buscaban el retorno a la identidad espiritual europea y aspiraban a devolver el sentido a unas religiones ya olvidadas. Es entonces, cuando la palabra paganismo adquiere otro sentido, el sentido que nosotros, la mayoría, le damos. Se empieza a entender el paganismo como el conjunto de religiones nativas europeas precristianas, incluyendo en este conjunto las distintas prácticas de brujería antiguas y modernas. Quedan así entonces enmarcadas las diferentes religiones nativas europeas bajo el término "paganismo", y todo aquel que sigue una es un "pagano".
Hasta aquí, todo era una simple explicación más o menos histórica de la evolución de la palabra paganismo y su uso entre aquellos que nos enmarcamos, queramos o no, en él.
Ahora viene la reflexión que comporta el término paganismo y el motivo por el que algunos se aferran a este concepto como una bandera que defender y otros lo rechazan.
Ser pagano, acogiéndonos a la definición histórica de gentiles, inevitablemente lo somos. Somos en nuestra mayoría politeístas o biteístas, no seguimos al dios judeo-cristiano y tenemos unas festividades y costumbres diferentes a las abrahámicas. En este sentido, somos paganos y nadie nos lo puede negar.
No somos paganos si nos acogemos a la definición hecha por los católicos en el último siglo, puesto que los paganos no somos seculares, somos religiosos y creyentes, y muchos de nosotros practicantes y activos, así que por lo tanto no se nos puede catalogar como tales.
En cuanto a la definición que el mismo colectivo se otorga de conjunto de religiones nativas europeas, es cierto que practiquemos la religión que practiquemos, seremos paganos si ésta es nativa de Europa y precristiana.
Pero, siendo este último significado sólo un término aglutinador, ¿por qué hay gente que rehuye de este término y otros que lo adoran?
Ser creyente de una religión nativa europea te convierte parte de un colectivo aparentemente existente pero sin ningún tipo de orden que es el colectivo pagano. El haber creado la definición ha permitido que se haya establecido una supuesta hermandad inexistente entre todos aquellos que siguen una religión nativa de Europa. Esto ha llevado a crear grupos que agrupan a paganos de distintas religiones bajo la bandera del término "paganismo", siendo este una definición realmente amplia que abarca creencias de todo el continente. El conjunto de paganos se ha sentido a gusto con este término y se ha quedado con él como algo identificativo. Pero esta comunidad pagana (que en términos ontológicos es inexistente, tan sólo podríamos hablar de los diferentes grupos y asocaciones paganas) ha sufrido rencillas por el mismo motivo que lo une, la universalidad. El hecho de ser personas las que conforman el grupo ha permitido de manera inevitable que las discusiones por motivos religiosos, históricos, personales, ideológicos, políticos, sociales y culturales se vean reflejados en el colectivo, creando problemas de los que muchos han preferido apartarse, y por ende, renunciar a la etiqueta de pagano. Estos individuos o grupos les suele gustar más identificarse por el término concreto de su religion: wiccano, asatruar, druida, celtista...
El paganismo, además, ha sido usado como término nacionalista en algunas ocasiones, puesto que representa la identidad espiritual europea. En otras ocasiones, algunos grupos y organizaciones de más o menos calidad se han hecho con esta palabra para fines lucrativos que tan sólo han desvirtuado aún más la visión que los paganos dan de cara al mundo enseñándolo como algo mercantil y pasajero como las modas. Por último, otros grupos y colectivos han hecho del paganismo sinónimo de magia y ocultismo, ensuciando el término en el sentido religioso que se le ha querido dar y dando una mala imagen de cara al público.
El término pagano, lo queramos o no, es lo que nos identifica de cara al mundo. El mundo nos conoce como paganos y nos conocerá como paganos puesto que, de manera histórica, lo somos. Somos politeístas y creemos cosas que muchos han olvidado ya. Por ese motivo, considero que la palabra paganismo debería ser una palabra cuidada y mimada, que debería cuidarse desde el interior de los grupos paganos y debería apartarse de todo fin comercial y publicitario.
El colectivo pagano no existe, pero el paganismo y su profundo y ancestral significado sí. No dejemos que nuestra alocada era haga de las suyas con nuestra herencia. Es nuestra responsabilidad.
Carlos Sanchez - Celtica Hispana

sábado, 24 de septiembre de 2011

La Cosmología en el mundo celta hispánico

Todas las culturas y religiones a lo largo de la historia han tenido una manera de ver el mundo y de situar en él a los dioses, los muertos y los vivos. La visión que se tiene del mundo implica el comportamiento que se tiene en él, los valores, las crencias y prácticas que se llevan cabo, así como la manera de interactuar en todas las esferas de la vida.
La cosmología de la céltica peninsular siempre ha sido una cosmologíaa misteriosa, de la que no hemos sabido mucho y todo lo que hemos podido extraer de ella ha sido a partir de restos arqueológicos y algunas constancias históricas y folclóricas. Pues bien, todos estos vestigios, aunque desordenados y aparentemente difíciles de ordenar, tienen una lógica y sentido y conforman toda una forma de ver el mundo propia de los celtas nativos de la península ibérica.
Antes que nada, haremos un pequeño repaso cosmológico a otras culturas celtas e indoeuropeas de sus cosmologías. Veremos los puntos en común en toda la céltica y el mundo indoeuropeo y la forma de ver el mundo de nuestros antepasados será un poco más clara a partir de lo que nos dicen los restos y la comparación con la Céltica y el mundo indoeuropeo.

Cosmologías en el mundo céltico e indoeuropeo:

Cosmología irlandesa:
Los celtas de irlanda tenían un mundo dividido en tres reinos: el reino del cielo, de la tierra y del mar. Los dioses habitaban el cielo y el sidhe, el submundo existente bajo las colinas. Los antepasados atravesaban el mar e iban a parar a una de las islas del Otro Mundo: Tir na n’Og, Tir na mBeo,Tir na mBan, Tir fo Thuinn, el reino del mar. Los fomorianos habitaban en lo más profundo del océano tras su expulsión por los Tuatha Dé Dannan. El reino de la tierra es el que habitamos nosotros.

Cosmología gala:
Por desgracia, la romanización no nos ha permitido conocer en su totalidad la cosmologíaa de los pueblos galos, pero a partir de lo escrito y los restos podemos suponer lo siguiente.
Existía un mundo celestial habitado por dioses, como Taranis y Teutates, entre otros. Este mundo celestial es común en todas las culturas indoeuropeas, y teniendo en cuenta el carácter celeste de muchos dioses celtas, este mundo es probablemente existente en la cosmología gala.
Del Otro Mundo para los galos conocemos que creían que se llegaba tras un viaje a través del agua, y podemos deducir que existía un inframundo al que iban a parar las almas.

Cosmología escandinava:
Los pueblos del norte creían en la existencia de nueve mundos conectados por el árbol Yggdrasil, un fresno que constituía el axis mundi de esta cosmología. Los germanos creían que ellos habitaban Midgard (literalmente, tierra del medio), que los dioses habitaban en el cielo, en los reinos del Asgard, Vanaheim y Alfheim y que bajo ellos existían los mundos de Jotunheim, Niflheim, Helheim, Svartalfaheim y Muspelheim.
Los muertos caídos en batalla de manera gloriosa iban a parar al Valhalla junto a Odín o al Folkvangr, junto a Freyja, en el Asgard. Estos muertos eran considerados einherjar, los guerreros que batallarán junto a Odín el día del Ragnarok. Los muertos de vejez o enfermedad iban a parar al Helheim, un inframundo frío que era parecido a esta vida del que nadie podía volver, pues lo rodeaba un intrasitable río, el Gjoll.

Cosmología grecorromana:
Los griegos, y luego por sincretismo los romanos, creían en la existencia de tres mundos: el Olimpo, donde habitan los dioses; la tierra, donde habitan los humanos; y el Inframundo, donde van a parar los muertos.
Los muertos, tras cruzar la laguna Estigia, era juzgado y se le enviaba a un lugar dependiendo de la vida que tuvieron: los que caían de manera gloriosa les esperaban los Campos Elíseos, el resto irán al Asfódelos, un lugar donde vivirán una vida similar a la que ya tuvieron. Los malvados y deshonrosos van a parar al Tártaro, un abismo sombrío lleno de tormentos.

La cosmología en el mundo celta hispano:
¿Qué conocemos a partir de lo que nos ha llegado de la cosmología de los celtas peninsulares?
La cosmología de los pueblos célticos hispanos parece un misterio y parece poco indagable, aún así, a partir de lo que nos ha llegado podemos establecer una cosmología común a todos los pueblos célticos hispanos.

La división trina del mundo céltico hispánico.
Los celtas peninsulares creían en una división trinitaria del mundo, creían en la existencia de un mundo celestial, de un mundo terrenal y un submundo. Esta creencia, común en todos los pueblos indoeuropeos, la podemos observar en la península a partir de la arqueología y la historia. A continuación dividiremos los tres mundos que podemos barruntar en la península ibérica a partir de lo que nos ha llegado y justificaremos su existencia a partir de lo que tenemos.

El mundo celestial: morada de dioses y los ancestros caídos en batalla.
Los celtas peninsulares tenían la creencia en un mundo celestial habitado por dioses y al que iban a parar los muertos que caían en batalla.
La existencia de un más allá astral viene atestiguada por la costumbre extendida entre vacceos y celtíberos de exposición de los cadáveres de los guerreros muertos en batalla para que los devoraran los buitres. El buitre es un animal de carácter psicopompo que supone un medio de comunicación entre el mundo de arriba y este. El buitre devoraba al muerto y permitía que este ascendiera a los cielos. Este hecho se llama consecratio, y era común en otras culturas indoeuropeas como la romana, que creían que a las grandes personas, sobretodo emperadores, un águila los llevaba al Olimpo junto a los dioses. Los muertos caídos en batalla gozaban el honor de ser ascendidos junto a los dioses mediante la acción de un buitre. Esta creencia nos recuerda al mundo germánico, donde las valquirias recogían a los guerreros caídos en batalla para llevarlos al Asgard, morada celestial de los dioses.
Esta creencia en un mundo astral habitado por dioses puede verse también en la creencia en dioses astrales como la Luna, el Sol, los dioses de las tormentas, los montes elevados…

El mundo terrenal: morada de dioses de la tierra y los humanos.
El mundo terrenal no guarda muchos misterios aparentemente, pero es donde nosotros vivimos y donde los celtas peninsulares creían que compartíamos con algunos dioses, espíritus y, algunas veces, los mismos muertos. Los lusitanos tenían la creencia que los dioses habitaban la tierra y los vestigios en el folklore sobre la existencia de seres que habitan por nuestro mundo es muy común. Respecto a los muertos y el mundo terrenal podemos ver su interacción los días en los que consideraba que el velo que separa el mundo de los muertos y el de los vivos es más fino, como la noche de la fiesta de Samhain. Existe también la creencia común por casi toda la península de lo que se ha denominado la caza salvaje, una procesión de muertos que va de un lugar a otro, normalmente capitaneados por un espíritu o dios, y que se llevan a todo aquel que se cruza en su camino. En Galicia ésta recibe el nombre de la Santa Compaña, Güestia en Asturias…

El Inframundo: morada de dioses, espíritus y el Más Allá.
El Inframundo céltico, llamado sidhe en Irlanda, está también presente en la península ibérica. Sabemos de la existencia de este submundo a partir de los vestigios que nos han llegado en el folklore de seres que habitan cuevas, ríos y las profundidades de la tierra, lugares de conexión con el Inframundo. También tenemos constancia de él gracias al carácter infernal que possen algunos dioses como Endovélico y Ataecina.
El Inframundo céltico es un lugar donde el tiempo y el espacio no tienen el mismo sentido que el mundo terrenal, un lugar habitado por dioses y espíritus feéricos antiguos al que se puede acceder a partir de los diferentes “portales” existentes: cuevas, grutas, ríos… Existe una leyenda asturiana de un procurador que se perdió y sin quererlo entró en este mundo y al salir se dio cuenta que habían pasado más de cien años.
Existen en la peninsula, al igual que en otros lugares célticos, la creencia que hay determinadas noches que el velo que separa nuestro mundo del Inframundo y el Más Allá desaparece permitiendo el contacto directo con los espíritus feéricos y los dioses, e incluso, con los muertos.
Hemos hecho una diferenciación entre el Inframundo y el Más Allá, y esto tiene su motivo justificado. Tenemos constancia de la creencia en un submundo donde habitaban los espíritus y los dioses, pero no los muertos. El más allá céltico peninsular es, al igual que en Irlanda, un lugar al que se accede tras cruzar unas aguas, elemento comunicador entre mundos y presente en todas las religiones indoeuropeas. Es un lugar al que se accede tras cruzar el agua, al igual que pasa en Irlanda y al igual que creían los galos.
La constancia de cruzar el agua para acceder al Más Allá nos viene dada por distintas fuentes. La arqueología nos ha dejado muestras en la diadema de Moñes. En ella se observa lo que para muchos es una escena de transición hacia el más allá. Vemos peces que se han considerado salmones, animales de gran importancia en toda la céltica; vemos un personaje cornudo con dos calderos, también de gran importancia en toda la céltica y son arquetipo de la regeneración. Vemos también en la escena pájaros, animales que en la céltica se asocian a mensajeros del Más Allá y encarnación de criaturas feéricas. Las figuras montadas a caballo probablemente representen personas destacadas accediendo al Más Allá, siendo el caballo un símbolo de poder en la Hispania prerromana. Toda la escena es acuática y tiene claras similitudes con el caldero de Gundestrup.
Vemos la representación de elementos acuáticos asociados al Más Allá entre celtíberos, donde muchas tumbas presentan peces y pájaros, los primeros como conexión con el agua, transportadora al más allá y los segundos como mensajeros del Otro Mundo.
En el folklore encontramos numerosas referencias semblantes a los immrama irlandeses. En los relatos de San Amaro y Trezenzonio, en el que ambos llegaron a un paraíso terrenal tras atravesar el Océano.
El hecho de que consideremos el Más Allá céltico dentro del Inframundo se debe a que, al igual que pasa en el caso irlandés, el Más Allá es considerado parte del Inframundo y forma parte de un mundo que convive con el nuestro.

Conclusión:
Podemos considerar que los celtas peninsulares mantenían unas creencias cosmológicas trinitasrias, dividirían la realidad en tres mundos: el celeste, el terrestre y el Inframundo/Más allá. En los tres mundos habitaban dioses y había espíritus y podían llegar los muertos. Esto define claramente lo poco estrictas que eran las separaciones entre mundos en la realidad celta. Los velos pueden desaparecer y permitir dejar pasar a las otras realidades. Es una cosmología que fluye y que no establece barreras claras, pero sí que tiene sus partes diferenciadas.
Carlos Sanchéz García - Celtica Hispana

viernes, 23 de septiembre de 2011

sábado, 17 de septiembre de 2011

Celtiberia

SALVEMOS DEÓBRIGA

EL PRÓXIMO MÉS DE OCTUBRE DEL 2011 LAS EXCAVADORAS COMENZARÁN CON LA DESTRUCCIÓN DE LAS RUINAS DE LA MÍTICA CIUDAD CELTIBÉRICA DE DEÓBRIGA, PARA CONSTRUIR UNA NUEVA CARRETERA


Parece que la Junta de Castilla la Vieja, perdón, León, ha decidido ya mandar a casa a los arqueólogos que llevan tiempo excavando en las ruinas prerromanas de Arce-Mirapérez, cerca de Miranda de Ebro (Burgos), porque se impone construir una carretera que una dos polígonos industriales. La vida sigue y hay que dejar a los muertos que entierren a sus muertos, según el Nuevo Testamento.
De modo que hétenos de nuevo aquí ante las dos Españas (de entre las miles que hay): la España que quiere saber de sí misma, de sus orígenes, que quiere documentarse para no ir de ignorantona por ahí y la España del progreso, capaz de arrasar cuanto encuentra a su paso, más aún si hay un buen negocio de por medio, que no sé si es el caso.
El burgalés, Pedro García Cuartango, periodista y hombre culto, ha dado la voz de alarma en una modesta columna en la sección de cultura del diario El Mundo del día del Pilar. “Si el tiempo o la autoridad competente no lo impiden –empieza su llamada Cuartango-, las máquinas de excavar empezarán a demoler las ruinas de la antigua Deóbriga el próximo viernes”. O sea, ya mismo.
No es un chigre arqueológico de un grupo de amigos, se trata de la antigua ciudad autrigona de 250.000 metros cuadrados, descubierta hace tres siglos, donde coexisten vestigios ibéricos, quizás celtas, con restos romanos que dan fe de una civilización de la que ya hablan Estrabón yTito Livio, como detalla el periodista y amigo. Y Plinio el Viejo y Ptolomeo. Y hasta Azorín se refirió a La Bureba, la región donde se encuentran, como el corazón de la tierra de Burgos.
Andan vascones y autrigones a palo limpio por la tierra y el poder entre los surcos que atraviesan la vieja ciudad excavada en la tierra. Historias de conquistas y batallas y también pequeñas historias. Ya sé que de esto podría salir una de esas novelas. Pero lo mejor que podría salir es la decisión del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, de encontrar una solución de carretera que no tenga que volver a enterrar la historia arqueológica que tanto ha costado sacar a flote.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Mutina Boica 2011

Recreación histórica, la IIIª edición del "Mutina Boica", celebrada este pasado fin de semana, esta vez en Ferrara, Italia, recreando una batalla de celtas contra romanos.

Sucellus en Hispania

No conocemos ninguna inscripción dedicada a Sucellus en la Península Ibérica pero sí tenemos sin embargo imágenes sobre su aspecto y atributos, hallados en lugares tan dispares como el centro de Portugal, Mérida, Azaila (Teruel), Ampurias y Almería, es decir, en zonas tanto célticas como íberas. El origen de esta divinidad lo encontramos en la Galia así que podemos suponer que su culto fue importado por los celtas hispánicos, al igual que pasó con el de Taranis o el de Epona. Las figuras identificadas con Sucellus aparecidas en Hispania se muestran barbudas, cubiertas con una piel de lobo y un martillo en la mano, atributos de la divinidad. Sabemos, además, que los heraldos celtibéricos se cubrían con una piel de lobo cuando iban a entregar sus mensajes. Es probable que Sucellus sea una de las representaciones de una divinidad indoeuropea relacionada con la soberanía, el rayo, el trueno, el roble y la encina, etc... siendo sus compañeros el celtibérico Candamio, el nórdico Thor, el heleno Zeus y el romano Júpiter, entre otros. García y Bellido lo hace descender del latino Sylvannus, dios de los bosques y la vida salvaje, o incluso con la figura del Dis Pater. En este sentido, también podríamos relacionarlo con el lusitano Endovelico.
Teniendo en cuenta además el carácter funerario y psicopompo del lobo, podemos darle a Sucellus una función de ultratumba en cuanto a los guerreros. ¿Podría ser Sucellus quien guiase a los guerreros muertos hasta el mundo de ultratumba? Existen representaciones en la Península Ibérica en la que lobos con las fauces abiertas devoran literalmente la cabeza de un guerrero. Para los celtas, el alma estaba en la cabeza y no en el corazón, así que esta imagen es bastante simbólica. En cuanto a esto, encontramos en Ávila, en tierras vettonas, un santuario dedicado al dios Vaelico, a quien se identifica también con el lobo y que quizá tuvo muchas semejanzas con Sucellus.
En Braga, Portugal, ha aparecido la figura de Sucellus acompañado de una divinidad femenina, Nantosuelta (significa “arroyo, curso de agua”) con la que se le ha relacionado también en ámbitos extrahispanos en base a diversas imágenes halladas en diferentes excavaciones. Nantosuelta aparece sosteniendo en su mano una pátera o algún tipo de recipiente para hacer libaciones y acompañada de un ave (¿un mirlo?), aunque hay algunos estudiosos que afirman que no es una diosa sino que se trata de un sacerdote. La piedra, en cualquier caso, está desgastada y los rasgos de la cabeza no se aprecian bien como para poder decir algo definitivo al respecto.
Laura Diaz - Celtica Hispania

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El cántabro dios de la Guerra

Si algo ha sido considerado como característico del pueblo cántabro y ha sido transmitido a las sociedades futuras, es su gran belicosidad y su profundo apego a la guerra. Es cierto que la lucha ha caracterizado a este pueblo, al menos así se deduce de los testimonios de muchos autores antiguos, aunque no todo era guerra y salvajismo. Los apelativos que nos remiten a nuestra sociedad antigua no dejan dudas del fervor y ardor del cántabro en todos los aspectos que configuran la vida cotidiana, pero muy especialmente en lo tocante a la guerra.
La apelación a la belicosidad que los antiguos atribuían a nuestro pueblo es constante; si bien ésta parece ser verdadera, su resistencia y perseverancia no nos sitúan ante un pueblo salvaje, guerrero y sin instrucción, mas bien parece que nos encontremos con una sociedad bastante bien definida y en la que el ejercicio de la guerra no estaba sujeto al azar o la improvisación. La sociedad antigua que encontramos en Cantabria, sin duda estaba provista de un panteón divino acorde con un pueblo como el nuestro. Dentro de la triple división que un autor como Dumézil establece para el contexto social indoeuropeo, nos encontramos con sacerdotes, guerreros y agricultores. La presencia del guerrero es transpolable a la división triple de la funcionalidad divina. Este dios sería fuerte, poderoso, importante y muy venerado; dependiendo tanto del tipo de sociedad en la que nos encontremos o de la situación del pueblo en un momento determinado, es evidente que cada dios tiene una función bastante bien delimitada. Por tanto, un dios guerrero sería muy venerado en momentos de guerra o lucha. Sin duda, las guerras cántabras constituirían uno de los puntos álgidos de este dios. Esta sociedad estaba profundamente marcada por la guerra, al estilo de la edad de bronce que encontramos en la sociedad griega, donde los hombres luchan de contínuo y no comen pan, como signo de barbarismo y desprecio por la agricultura. Este tradicional salvajismo vinculado a nuestro pueblo parece estar alejado de nuestros antepasados. Esto no quiere decir que no se aplicaran con contundencia en la defensa de un determinado estilo de vida.
No contamos con ninguna representación de esta divinidad guerrera, sin embargo a tenor de los elementos que portaban los guerreros podemos imaginarnos los pertrechos del dios, ya que como estamos viendo semana tras semana cada sociedad crea su propios dioses a su imagen y semejanza. Es evidente que la iconografía no era demasiado apreciada por los montañeses, pues los restos son más que exiguos.
A este dios de la guerra se le tributaban numerosos sacrificios en su honor, fundamentalmente de animales, machos cabríos y caballos. Cabe también la posibilidad de que la conocida práctica de los concanos de beber sangre de caballo, fuera en realidad un ritual sacrificial que teniendo como elemento de ofrenda al équido, se venerara a una divinidad como la guerrera. Es ésta sin duda una teoría, no una certeza, aunque no descartable. La tradición celta y celtíbera nos invita a pensar en el sacrificio de humanos entre los propios cántabros, ya que estos se llevaban a cabo entre lusitanos, galos, caledonios, germanos..., aunque esto no significa que aquí también tuvieran lugar, es conveniente dejar esa posibilidad abierta.
Desconocemos el nombre que este dios recibía, si bien parece claro que sí pudiera poseerlo, pues los pueblos cercanos cultural y geográficamente así lo atestiguan. Es muy posible que se perdiera a raíz de la invasión romana, a partir de ese momento se habla de Marte. No sería el nuestro un caso aislado. Los romanos, poco amigos de usar la terminología indígena, eran más proclives a asimilar los dioses de los conquistados, otorgándoles su propia nomenclatura. Del ara del pico Dobra, que ya hemos mencionado en alguna ocasión, sacamos la divinidad de nombre indígena Erudino, asociada por algunos autores con una deidad guerrera, lo cual no se puede asegurarse de manera clara, al menos de momento.
El divino Marte de los cántabros contaría con la gran parte de los atributos que conocemos de los dioses de los pueblos vecinos. Un dios que es invocado en la batalla, con armas contundentes, astucia, crueldad e inteligencia. Sin duda protegería al guerrero, quien en ocasiones podemos considerar como una ofrenda para el dios. Es decir, la muerte del guerrero en el combate no es algo nefasto y terrible, sino que supone la inmolación y el sacrificio del hombre por su pueblo, por un estilo de vida y por un dios que ha de abrirle las puertas del Más Allá.
De nuevo es la epigrafía la que acaba por constatar lo que los sesudos estudios intuyen. En esta línea encontramos en la Comunidad de Madrid una inscripción en la que Marte es venerado por un cántabro:

CANTABER/ ELGUISM/IO, LUCI(I) P(VER)/MARTI/MAGNO/V(OTUM)S
(OLVIT) A(NIMO) L(IBENS).

El cántabro Elguismio, esclavo de Lucio, cumplió el voto con el gran Marte de buen grado.
Se habla en esta inscripción de una divinidad profundamente romana, la cual tenía consagrada el mes de Marzo, tiempo en el que se iniciaba la guerra, aplazada en la antigüedad durante la época invernal; algo ciertamente curioso, ya que en nuestro mundo, supuestamente civilizado, no se para nunca la guerra. A Marte se le representa con majestuosidad, pertrechado de escudo, lanza, casco y luciendo una larga melena patrimonio de los guerreros, lo cual no nos aleja en exceso de la estampa de nuestros esforzados antepasados. Nombres como Ares, Teutates o Tyr nos remiten a divinidades guerreras de pueblos de la antigüedad cercanos en el tiempo y el espacio a nuestras ancestrales montañas.
La pervivencia de algunos de estos dioses como el germano Tyr o el Marte romano la encontramos una vez más en el calendario, ya que el tercer día de la semana está consagrado al dios de la guerra. Así este día encuentra las siguientes denominaciones. Meurzh en bretón, Dienstag en alemán, Mardi en francés, Tuesday en inglés, Ziestac en antiguo alto alemán, Tiwesdaeg en anglosajón, Tysdarg en antiguo nórdico o Dies Martis en latín.
Como todas las semanas, ponemos ante vosotros dos libros que os abrirán las puertas del conocimiento a este maravilloso espectáculo que es la mitología y todo lo que la rodea.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Ritual FRS verano 2011

Como indicamos en la entrada anterior, a esta reunión de la FRS, tenían previsto acudir unos 10 componentes, de los cuales dos eran nuevos. Tristemente, por diferentes problemas muchos compañeros no pudieron acudir en la fecha señalada, y dado que no podíamos retrasar los días acordados, nos vimos obligados a realizar el ritual y la reunión simplemente los que pudimos.
No obstante este nuestro segundo año de reunión, nos cundió bastante en actividades a realizar. Máxime cuando pudimos reunirnos dos veces en el mes de Septiembre.
Este año realizamos unas marchas por la montaña, realizamos recetas de cocina tradicionales, entrenamos una mezcla de ataques defensas de esgrima medieval con esgrima china sacada del Kung Fu. Entrenamos golpes y defensa de artes marciales, y naturalmente.. ofrecimos un ritual conmemorativo en agradecimiento a los dioses al cumplirse el segundo año de reunión.
En el aspecto religioso / identitario pagano, realizamos un rezo conjunto al dios celta hispánico Lugoves (lugh). Quien como ya vimos, en la península ibérica se le ha representado comúnmente con dos cabezas. Lo que viene a significar que es omnipresente (el que todo lo vé).
Seguidamente ofrendamos de sangre (vino) al dios de la propiedad, y protector del clan Baraecus. Pidiendo a la deidad que protegiera y bendijera nuestra asociación y hermandad, a cambio de ofrecerle una ofrenda de sangre (vino) cada vez que nos reuniéramos anualmente.
Como tercer acto, y tras despedir a las deidades, comenzamos una charla sobre la necesidad de defender la identidad pagana europea en estos días. No tanto como vinculación religiosa, sino como símbolo de identidad propia y símbolo de distinción nativo ibérico En un mundo globalizado la defensa de las identidades nativas propias de los diferentes pueblos del mundo, se hacen muy necesarias. De lo contrario en unos cuantos años toda diferencia indígena mundial habrá sido barrida de la tierra por el multiculturalismo y la globalización. Aclarando que indígenas son tanto los pueblos y tribu nativos del amazonas, como los diferentes pueblos y etnias nativas de Europa, sus culturas, tradiciones, folclore, herencia historia y espiritualidad.
Retirándonos ya a nuestro lugar de descanso con las primeras horas de la tarde noche. Comenamos nuestro banquete ritual, igual que antaño nuestros antepasados realizaban tras sus ceremonias. Una barbacoa exquisita sirvió de cena, y un delicioso vino de la tierra de bebida. Dando paso después a unas interesantes charlas debate espontáneas a la luz de la luna, donde expusimos diferentes puntos de vista y preocupaciones actuales. Reafirmando nuevamente nuestra intención de acudir el año que viene a una concentración pagana en Lituania, por lo cual quizás no se realice la reunión de estos dos últimos años, y en cambio viajemos a una ceremonia en Europa.
Por este año todo terminó, simplemente esperamos que el próximo año los que no pudieron acudir, acudan. Y que todo nos salga a titulo personal, igual de bien que nos ha salido este año que damos por terminado tras la caída del verano.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Candamuis, dios del trueno, las montañas y las tormentas

Todo parece indicar que la deidad llamada Candamio o Candamius, era un dios de la zona norte peninsular relacionada con el cielo, las tormentas y el trueno. Fue dios de los astures y los cántabros, y muy posiblemente de los pueblos cercanos a estos en su área geográfica.
A Candamius se han encontrado referencias en León, Candela de Ferrar, documentado como Iuppiter Candamius. En el monte Cilda de Palencia, también por influencia dentro del área cántabra, se documenta Iuppiter deus Candamius. Y en Galicia hay un Iuppiter Candiedo, también por influencia cántabra, ya que el firmante de la dedicación al dios fue un cántabro llegado a Galicia del pueblo de los Saleni. En Asturias hay un pueblo llamado Candamo que se supone pudo tomar el nombre de la deidad celtibérica del trueno.
La raíz del nombre de Candamio parece tener el significado en el indoeuropeo Kand “brillar, arder, resplandeciente”. Lo que nos pudiera dar una indicación de su relación con las tormentas, rayos, relámpagos. O según otra interpretación con las cumbres de las montañas nevadas en invierno.
Teniendo en cuenta que era un dios de astures y cántabros, y que las fronteras geográficas y étnicas de estos, no fueron las de las actuales regiones autonómicas de España. Es muy posible que el culto a Candamius se extendiera por buena parte de la provincia de León, y las zonas nortes de Castilla la vieja, antiguas tierras de astures y cántabros respectivamente. Inclusiva puede que fuera una deidad relacionada igualmente con otras tribu del área indoeuropea peninsular aun cuando no se han encontrado aras votivas en su honor. Tal cosa puede ser interpretada siguiendo los topónimos de algunos de los pueblos existentes hoy, como por ejemplo en Avila, donde nos encontramos con un Candeleda. Cuya raíz esta emparentada con Candanedo (Santander), Candiano (laredo), Candanedo, Candán, Candano etc etc.
Sea como fuere su área geográfica de influencia y culto, lo cierto es que parece evidente que Candamius fue una deidad celeste que los romanos emparentaron con el propio Jupiter, su dios padre. Esto nos puede dar a entender que fue la deidad mas importante del panteón de cántabros y astures, quizás asimilándolo en comparativa con una versión primitiva de Odin, Zeus, Júpiter, o Wotan.
Eduardo Peralta Labrador nos comenta el sincretismo entre Júpiter y Candamius:

Según J.M. Blázquez los hispanos indoeuropeos suponían que el cielo era la morada de los muertos y el dominio de la divinidad suprema -representada por el sol-, lo que indica una concepción astral de la otra vida. En la Galia la rueda y la rosácea hexapétala eran el símbolo del Júpiter galo (Taranis). A este respecto R. Lefort des Ylouses y J. J. Hatt han demostrado la ambivalencia de la rosácea, la svástica y la espiral como símbolos del sol y del rayo empuñado por Taranis, divinidad del cielo y de la tormenta. J. M. Blázquez mantiene que las svásticas y las rosáceas que coronan las estelas hispano-romanas representaban también al sol y al rayo, estando asociadas al culto a Júpiter, dios supremo de los cielos y de la tormenta que, por el fenómeno del sincretismo religioso, se asocia al dios supremo de los cielos al que los indígenas daban culto con diferentes nombres en las cumbres de las montañas, tratándose probablemente del Júpiter-Candamio que conocemos por la epigrafía. En el territorio de los astures y de los cántabros se tiene constancia de la existencia de un Júpiter Cantábricus y del culto a Taranis.

Como hemos leído, no solo Candamius era una deidad del cielo y las cumbres de las montañas, sino que ademas era una deidad de las tormentas y los fenómenos de poder asociadas a ellas, los truenos. Es por ello que se le compara o emparenta con la deidad de los galos Taranis, de quien en Asturias y Soria (Numancia) existen representaciones. Siendo así seguramente una versión indoeuropea primitiva del dios Taranis y el romano Júpiter
Es por tanto el dios Candamius un dios celeste, padre, relacionado con la fuerza del trueno, la potencia de las tormentas, la furia celestial, la ira, la energía vital, y la rueda solar como símbolo de energía primaria heroica y salvaje.
Por otro lado, la relación que Candamius tiene con las montañas, no es bajo mi punto de viesta mas que una simple similitud nativa con un elemento sagrado. Candamius vive en las cumbres de las montañas conocidas, por que están próximas a lso cielos. Por que todas las mañanas amanecen cubiertas de nubes, por que en ellas nacen las tormentas, por que son zonas inaccesibles en esos tiempos, y por que en invierno las nieves blancas nunca desaparecen. Lo sagrado de la montaña es lo que vinculo al espíritu de Candamius con las montañas. No significa que el dios viviera en ellas, ya que era una deidad celeste que a buen seguro en la mitología desconocida viviría en algún lugar del lejano y sagrado cielo. Significa que su espíritu, el espíritu del dios, vivían en las montañas ya que estas mostraban parte de los atributos asociados al dios, por ello eran lugares sagrados vinculados al dios del trueno de los astur cántabros.
Respecto al área geográfica de su devoción, como ya hemos dicho queda demostrada únicamente en la zona del norte cantábrico; Asturias (antigua) y Cantabria (antigua). Pero seguramente pueblos limítrofes con estas naciones celtas, y de las que poco o nada conocemos sobre sus deidades, conocían igualmente a Candamius, sino lo tenían entre sus deidades. Turmogos, Autrigones, Bardulos, caristios... fueron pueblos fronterizos y de cultura muy semejante a la de los cántabros Es muy posible que los dioses de ambas naciones fueran semejantes, dado que todos ellos dejaron en país vasco por ejemplo la tradición de estelas decoradas con ruedas solares (lauburu). Símbolos indoeuropeos ajenos al pueblo étnico vasco, y que a su vez utilizaron los cántabros como símbolo celestial del dios Candamius (según Blázquez).