lunes, 31 de mayo de 2010

Tarraco viva 2010

Un año mas concluyo el Tarraco viva 2010. Por unos días, la ciudad Catalana de Tarragona, revive en sus calles el modo de vida de los pueblos mediterráneos. Iberos, griegos, romanos... reaparecen en las calles, demostrando en la actualidad, como se vivía en los siglos antes de cristo.

Mitos y leyendas de Cantabria. Cristianismo y mitología, un singular sincretismo

Como hemos podido comprobar en numerosas semanas, la mitología no es una estructura monolítica sino que al igual que la propia mente del hombre evoluciona, gira, retrocede, se estanca y cambia, adoptando un sin fin de formas; es algo vivo y sujeto a continuos cambios.
La mayor parte de lo que actualmente consideramos como religiones, llenas de dogmas, ritos, símbolos y de connotaciones mistéricas, en un principio fueron simplemente supersticiones que encontraron arraigo en los diversos pueblos del mundo antiguo. Es bastante difícil encontrar el punto de separación que existe entre la mitología y la religión; en muchas ocasiones la línea divisoria es realmente fina, casi imperceptible. Sin embargo, desde el principio de los tiempos los hombres tuvieron creencias, dudas, miedo ante el futuro y sorpresa frente a los elementos, de una u otra manera éste fue el origen de lo que conocemos como religiones y que compone gran parte de los mitos y ritos de las sociedades antiguas y modernas. Actualmente casi todos los que investigamos sobre ese mundo antiguo lo hacemos desde una perspectiva que dista mucho de ser objetiva. En gran medida estamos influenciados, sin apenas percibirlo, por todo un complejo mundo cultural que nos nubla con gran fuerza. El mundo occidental, que actualmente ejerce su poder hegemónico sobre el resto del globo, está teñido por el barniz de una visión del planeta que tiene mucho que ver con el cristianismo, en cada una de sus diversas variantes.
Las religiones o las concepciones mitológicas antiguas fueron perdiendo su vigencia a medida que su poder social, político y militar fue decayendo, todo ello provocado en cierto modo por la mano del imperio romano, que poco a poco adoptó el cristianismo como religión oficial. Aquello que no era cristiano se denominó pagano, y fue considerado signo de incivilización y barbarie. Todo lo que es desconocido o lo que no se entiende es en muchos momentos rechazado por el mundo dominante. Un buen ejemplo lo encontramos en una palabra que acabamos de mencionar: bárbaros; éste es un término que se aplicaba en un primer momento por parte de los griegos a aquellos que eran extranjeros. En principio no era despectivo sino que indicaba a aquellas gentes que hablaban otra lengua no helénica y que los griegos asociaban con el fonema -b-, una de los primeros sonidos en ser articulado por los niños. Es decir, bárbaros eran los que hablaban con -ba-, lo cual con el tiempo se transformó, adquiriendo un sentido de carencia de civilización y de salvajismo, al prevalecer la visión del mundo de la civilización grecorromana. Algo muy similar sucedió con el cristianismo, el cual triunfó en una sociedad como la romana que ejerció su dominio sobre Europa durante largo tiempo. Pero este éxito del cristianismo tiene otros muchos secretos, algunos de los más importantes son los que le enlazan con el mundo mitológico de pueblos como el cántabro. Las creencias ancestrales de un pueblo como el nuestro no podían ser aplastadas de la noche a la mañana sin que quedara ningún rastro. El cristianismo fue mucho más sutil e inteligente, no intentó en un principio aniquilar el resto de creencias, sino que utilizó el sincretismo como vehículo para ganarse la adhesión del pueblo. Así el cristianismo fue absorbiendo ritos, fiestas y tradiciones autóctonas presentándolas como propias y evitando el rechazo de los lugareños. De todos es sabido que la nueva religión tardó bastante tiempo en abrirse paso en nuestra región, al contrario que en otros lugares. Esta difícil incorporación fue causada, principalmente, por el profundo arraigo de las creencias tribales que aún tenían lugar en Cantabria en aquel tiempo medieval y que en cierto sentido no se han perdido del todo. En el ambiente rural cántabro, la superstición y el paganismo están presentes en numerosos momentos de la vida cotidiana actual.
Muchas de las fiestas que al día de hoy tienen lugar en nuestra región y que poseen una denominación que la asocian con un santo o una virgen no son más que una máscara bajo la que se esconde un ritual pagano y realmente antiguo. Más de lo mismo ocurre con la reutilización que se hizo de elementos de otras religiones que fueron incorporados a las nuevas creencias. Como hemos comentado, no son sagrados los templos sino que lo son los lugares, por ello no es de extrañar que en aquellos enclaves en los que existió un lugar de culto cántabro o un posterior templo romano se elevara una iglesia o ermita cristiana: Julióbriga o las ermitas de Barros o Lombera dan testimonio de esta reutilización de los elementos paganos. Como también hemos comprobado las montañas recibieron culto durante mucho tiempo y posteriormente fueron el lugar en el que venerar a los dioses celestes. Y no es por tanto una casualidad las numerosas ermitas que se elevan sobre las cumbres de la región, así como las profusas cruces que coronan estas cimas. Como podemos observar las creencias de los hombres varían en cuanto a forma, pero se conservan en esencia.
Durante un largo periodo de tiempo las diferentes creencias convivieron en una unión sin demasiados sobresaltos. Así encontramos en algunas iglesias de Cantabria dos simbólicos árboles que se sitúan junto al templo, un olivo símbolo del cristianismo y un tejo, inequívoco representante de las creencias autóctonas de la montaña. Uno de los templos que mejor reflejan esta constante dicotomía es el de Santa María de Lebeña, el cual merece ser visitado. En el camino de entrada al templo podemos observar el enorme tejo que se eleva hacia las cumbres europeas; un poco más adelante y a mano derecha se emplaza el olivo que nos ubica frente a la cristiandad. Como es lógico pensar, esta cristianización no es exclusiva de nuestra región, sino que extiende sus tentáculos por todo el universo europeo, prestando especial interés a aquellos aspectos que el universo celta consideraba más importantes. Tanto es así que existen corrientes destinadas a dar una explicación lógica a acontecimientos como son las invasiones míticas de Irlanda o la mismísima creación. Toda esta elucubración tiene a un interesante personaje como iniciador, Evemero, y a esta corriente que incluso intenta poner fecha a los acontecimientos míticos como evemerismo.
La semana que viene haremos un alto especial entorno a la celebración de San Juan, fiesta que encarna especialmente esta unión entre el paganismo y la cristiandad, y que ostenta un impresionante cúmulo de símbolos que son verdaderamente curiosos e imprescindibles para un disfrute global de la llegada del Solsticio de Verano.
Juan Carlos Cabria

Salida de los godos de Escandía y asentamiento en Escitia

Se cuenta que en otro tiempo los godos salieron con su rey, llamado Beng, de esta isla de Escandía, a la que se puede considerar una fábrica de razas o un vivero de pueblos. Tan pronto como desembarcaron de sus naves y tocaron tierra dieron su nombre al territorio que hoy, según se dice, se llama Gotiscandia1. Desde allí marcharon al territorio de los ulmerugos, que por entonces ocupaban las riberas del Océano, acamparon allí y, tras entablar combate con ellos, los expulsaron de sus propias tierras. Más tarde sometieron a los vándalos, vecinos de aquéllos, y los añadieron al número de sus vencidos. Pero como su población aumentó notablemente, después de que aproximadamente cinco reyes hubieran sucedido a Beng, Filimer, hijo de Gadanco, nada más comenzar a reinar, decidió salir de allí al frente del ejército de los godos al que acompañaban sus familias.
Mientras buscaba territorios y lugares convenientes y apropiados para establecerse, llegó a las tierras de Escitia, que en su lengua se llamaban «Oium», donde se quedó maravillado por la riqueza de estas regiones. Pero se cuenta que el puente por el que cruzaban un río se derrumbó cuando tan sólo la mitad del ejército lo había atravesado y no hubo manera de repararlo, de modo que ni los unos pudieron volver atrás ni los otros continuar adelante, pues este lugar, por lo que se cuenta, está cerrado por un abismo rodeado de pantanos con arenas movedizas y al que la Naturaleza ha convertido en un lugar inaccesible por la mezcla de estos elementos. Sin embargo, hoy todavía se pueden escuchar allí las voces de los rebaños e incluso distinguir rastros humanos, según testimonio de los viajeros, a los que se puede creer aunque sólo las hayan oído desde lejos. Así que la parte de los godos que se cuenta que llegó junto a Filimer a las tierras de «Oium» después de atravesar el río tomó posesión del suelo deseado.
Sin demorarse lo más mínimo llegan ante el pueblo de los espalos, trabaron combate y consiguen vencerlos. Desde allí, ya como vencedores, se dirigen rápidamente hacia los últimos territorios de Escitia, limítrofes con el mar del Ponto. Así se narra comúnmente en sus más antiguos poemas, escritos a modo de historia; así lo atestigua también Ablavio, que describe admirablemente al pueblo godo en su verídica Historia, y algunos otros escritores antiguos se muestran también partidarios de esta opinión. Ignoro por qué Josefo, autor de anales muy digno de crédito, cuando siempre es fiel a la verdad e investiga las últimas causas de los hechos que narra, ha omitido lo que yo he contado sobre los orígenes remotos de la nación goda; tan sólo menciona a este pueblo desde que se asentó en este lugar y asegura que esta denominación de escitas se refiere tanto a su nombre como a su raza. Pero, antes de pasar a otros asuntos, es preciso que señalemos los límites de esta tierra tal y como se encuentran fijados.
Jordanes - Origen y gestas de los godos

sábado, 29 de mayo de 2010

Arte godo

Plata Visigothic broche de plata visigodo
Siglo VI D C, Serbia
Mas informacion en: www.odinsvolk.ca/fylfot.htm

viernes, 28 de mayo de 2010

Guerrers ibers de Ibercalafell


Así vivían los pueblos del Mediterráneo en los tiempos de la invasión romana y guerras punicas. El grupo Ibercalafell, es el encargado de recrear y mostrarnos como vivían esas tribus del mediterráneo valenciano y catalán en esos remotos tiempos de nuestra historia.

Mitos y leyendas de Cantabria. Los mitos de los antiguos cántabros, base de la mitología "oficial"

Durante semanas hemos podido recorrer, descubrir y disfrutar de un mundo como el cántabro, un mundo que desde su componente mítico nos ha cautivado, revelando muchos de sus más intrincados secretos, resguardados en mitos, dioses, cultos y en un sinfín de rituales. Sí, todo lo que hemos visto es mitología y también religión, pues el límite entre una u otra es realmente pequeño, en ocasiones imperceptible. Durante siglos hemos conocido panteones divinos como el griego, el romano, incluso el céltico o germánico; sin embargo, en nuestra propia tierra poseíamos un inestimable elenco de divinidades, fruto del desarrollo de una sociedad tan especial como la que se formó en la antigua Cantabria en el primer milenio antes de Jesucristo.
Paradójicamente cuando se hablaba de mitología cántabra no eran estos dioses los protagonistas, ni siquiera ahora lo son en un buen número de publicaciones. Si al tratar la mitología griega o latina siempre nos vienen a la cabeza, los maravillosos trabajos de Heracles, los amores de Zeus, o el poder guerrero de Marte, la inteligencia de Atenea..., ¿por qué cuando se habla de la mitología cántabra son únicamente los personajes populares como los conocidos Trasgo, Trenti o Tentirujo, por ejemplo, los que cobran el protagonismo? Por supuesto que estos otros personajillos son realmente interesantes e importantes, y a ellos vamos a dedicar a partir de ahora gran parte de nuestro espacio semanal, no obstante sería demasiado reduccionista limitarnos a ellos cuando nuestros mitos abarcan un sinfin de campos como hemos podido comprobar. ¿Acaso no es ya mítico Laro o Corocotta? Son verdaderos héroes de nuestra cultura y tradición que han de ocupar un importante espacio tanto en la historia como en el mito, porque evidentemente el origen de todos los pueblos está lleno de mitos que con el tiempo se van convirtiendo en históricos, pero que en su germen no son más que leyendas que sirven para dotar de fuertes vínculos a los individuos, creando de esta singular forma las señas de identidad colectivas. ¿O acaso no tienen un ilimitado componente mítico personajes con Don Pelayo, el Rey Arturo o el mismísimo Cid Campeador? Así se forja la historia de los pueblos, y la nuestra también, ¿por qué renunciar a ella e inventarnos nuevos mitos o héroes cuando tenemos los que nosotros y nuestros antepasados hemos generado? Los lugares que abarca la mitología con sus largos tentáculos son realmente vastos, siendo necesarias muchas líneas para escrutar cada uno de ellos.
Espero sinceramente que de esta dilatada travesía por el mundo de los cántabros hayáis extraído conclusiones que os otorguen aún más motivos para disfrutar de todos los aspectos que nuestra querida tierra nos ofrece, como si de un sincero regalo se tratase. Sin embargo, a pesar de lo que estas palabras pudieran parecer, no termina aquí nuestra travesía, ni mucho menos, es éste tan sólo un pequeño descanso para tomar resuello en este extenso camino, con la intención de recapitular y hacer un pequeño balance. El contacto con el mundo de la antigüedad de Cantabria no ha concluido, sino que estamos ante un punto y seguido, pues difícilmente podríamos aventurarnos en el mundo de los personajes que en las próximas semanas serán los protagonistas sin haber conocido algunos aspectos presentes en aquel cercano tiempo pretérito.
Los personajes, de enorme interés, pero no únicos participantes de la mitología cántabra, hunden sus raíces en la tradición que la región arrastra desde los más remotos tiempos. Cuando hojeamos un libro de mitología únicamente cobran importancia seres como los ojáncanos, anjanas o un buen número de brujas, limitándose a presentar leyendas o historias, recogidas en aldeas, o las más de las veces inventadas por los propios autores, historias que pasan a engrosar el capítulo de esos personajes como si de verdaderos relatos fruto de la tradición popular se tratasen. Aunque esto no es malo en sentido estricto, la tradición es la consecuencia de un largo recorrido por las diversas generaciones, las cuales han ido configurando con esmero relatos que en ocasiones se desvirtúan de un plumazo mediante narraciones dedicadas únicamente a niños con intención sólo de entretener y no de formar.
Estos personajillos responden a un formato que encontramos en gran parte de los países europeos de una u otra manera, gigantes y enanos se suceden en una larga lista de nombres que sirvieron para explicar lo inexplicable. Y aunque estos personajes son realmente un punto de enganche para las generaciones futuras, esto no quiere decir que no puedan ser vistos desde un punto de vista evolutivo, al encontrarnos ante los herederos de un buen número de tradiciones míticas. Así, por ejemplo, difícilmente podríamos aventurarnos a entrever el verdadero sentido de una Anjana si no nos remontamos al estudio de las divinidades del mundo antiguo, encontrando en Dana, Diana o el propio Jano referentes de incalculable valor. Sin embargo, estas buenas hadas son representadas como simples objetos de una mitología vacía y simplona, hermana pobre de los grandes panteones mitológicos que ostentan otras sociedades. Pero como podemos acreditar tras un nombre o un personaje como el mencionado se esconde una increíble telaraña de símbolos que quizá den explicación a un sin fin de representaciones que encontramos todavía en el mundo del siglo XX, y que sin duda perdurarán en el del siglo XXI.
Pero si hasta ahora creo han sido interesantes las narraciones que os hemos transmitido, es el momento oportuno para hacer especial hincapié en las ilustraciones que Paco Díaz ha realizado con su particular y singular saber hacer. Mediante estos dibujos todos hemos podido reconocer en imágenes lo que significaban unos mitos, supersticiones o ritos de los que carecemos en buena medida de imágenes o grabados, pero que mediante el certero trazado de Paco hemos podido contemplar con su peculiar e imaginativo punto de vista. La mitología es una palabra dura y que pudiera llevar al abandono de la lectura de una página que tiene como título este epígrafe, sin embargo mediante estos dibujos se contribuye a acercar los sesudos estudios a quienes comienzan a intrincarse en este paraíso mítico. Desde aquí mi más sincero reconocimiento por una labor que continuará ilustrándonos en semanas sucesivas. Ojáncanos, anjanas, trasgos, fiestas, supersticiones, duendes del hogar y del campo, brujas, sierpes, y animales de todo signo, irán llenando estas líneas con un cúmulo de historias que nuestra región y sus habitantes han sabido conservar con especial cariño, y a las cuales no estamos dispuestos a renunciar de ninguna de las maneras. Pero estos personajes no estarán solos, incorporaremos como hasta ahora seres de otros países y culturas que contribuyan a despejar incógnitas y deshacer entuertos, abriéndonos el camino hacia la comprensión y mostrándonos que la diversidad intercultural es un valor añadido para este mundo que nos ha tocado vivir.
Juan Carlos Cabria

Roma Victis

Romanos contra galos

Bastante impresionantes las fotos que nuestro compañero francés Jacques Maréchal nos hizo llegar. Una batalla entre legiones romanas y galos en el norte de Italia. El nivel recreacionista de las legiones romanas, así como de los guerreros celtas es impresionante. Italia cada día despunta mas y mas en el recuerdo histórico de sus héroes. Tristemente y como suele pasar desde hace décadas, en España aun estamos a años luz. No solo en capacidad, si no en intención e interés del pueblo por recuperar una identidad histórica a la que no se sienten vinculados. Los políticos y programas de Tv tienen algo que ver (supongo) en esta perdida de indentidad que sufrimos los hispanicos
Pensar en la cantidad de acontecimientos históricos que tiene nuestro país, y como podrían ser representados con una seriedad y corrección bastante acerada. Y por el contrario como se hacen las cosas en esta península.. es una cosa que personalmente me pone enfermo. Y es que lamentablemente, nunca dejaremos de ser, o al menos estamos en una galaxia muy lejana, de ser un país de vino y pandereta. Y esto es algo de los que nos tenemos que sentir culpables por igual, tanto los del sur, como los del norte... como los del este o el oeste. Por que con total sinceridad, no se libra ninguna de las regiones que componen la nación española

jueves, 27 de mayo de 2010

El Armamento de los Astures

El dardo era el arma más importante entre los cántabros, y seguramente lo fuera entre los astures. Usaban escudos pequeños y redondos, el puñal y la espada corta de antenas, la facalta también se encuentra, esta por influencia de otros pueblos peninsulares, lanzas de estoque, hondas y hachas de doble filo. Practicaban la guerra de guerrillas con gran astucia y valor. En los estrechos valles y empinadas laderas maniobraban magníficamente a caballo, técnica que los romanos no tardarían en usar. Famosos fueron los caballos astures en la antigüedad, así como alguna tropa de caballería de la misma zona.
Usaban barcas de cueros cosidos, como curiosidad que el César, en su campaña de Britannia había aprendido a fabricar barcas de éstas, cuyas quillas y cuadernas eran de madera y lo restante tejido con mimbres y cubierto de cuero y luego las hicieron en España, luchando contra Afranio y Petreyo. Barcas semejantes tenían los lusitanos y sajones, así como los armenios. De moneda usaban trozos de plata cortada, sistema semejante registra César como existente en ciertas partes de Britannia, donde también cortaban trozos de oro. Strabón citando a los dálmatas, considera que éstos tienen en común con otros pueblos bárbaros el desconocimiento de la moneda. Hay que tener en cuenta que no hay demasiados estudios en las zonas donde se asentaban los astures.

Fiestas Calatravas de Alcaudete 2010

A falta del cartel de este año, ponemos el del año pasado

Mitos y leyendas de Cantabria. Celtismo y celtomanía en la mitología cántabra

Durante estas dos últimas semanas nos estamos dando un respiro en el recorrido del amplio abanico de divinidades y cultos que los antiguos cántabros tenían a bien practicar, aunque es éste un paréntesis sólo en apariencia, ya que tanto la influencia del mundo romano como la importante presencia de la cultura celta han tenido en nuestra tierra un encuentro con resultados más que interesantes. La sociedad que hoy día podemos denominar como cántabra y de la que somos directos herederos no es en ningún caso monolítica, sino el resultado de un amplio abanico de influencias de pueblos y sociedades que de muy diversas formas aportaron a nuestro mundo su particular visión. Sin embargo es bien cierto que esos influjos no son tan numerosos como aquellos que encontramos en otras regiones peninsulares. Dos oleadas culturalmente diferentes han sido las que más han moldeado nuestra tierra, la ya mencionada impronta romana, y la más antigua, pero mucho más efectiva, influencia del complejo mundo céltico europeo.
No es mi intención convencer a nadie de la influencia que las gentes célticas han dejado a su paso por nuestra tierra, ya que es más que conocida y admitida por casi todos. Sin embargo, existen voces que desmienten esta relación de Cantabria con el mundo céltico sin aportar tesis de peso. Tampoco es de extrañar que ocurra esto cuando nos situamos ante opiniones que aún desmienten la existencia de un mundo que llamamos indoeuropeo, y del cual emanó gran parte de todo lo que hoy conocemos como cultura occidental. La presencia de esa amalgama de pueblos que denominamos celtas y que se asentaron en nuestra península, sobre todo en el centro y norte peninsular, está más que atestiguada. El norte no se libró de tales ocupaciones, aunque no podemos calificar a estas gentes de celtíberos. Desde comienzos del primer milenio antes de Jesucristo las oleadas de pueblos que llamamos celtas se sucedieron; de esa unión surgieron nuevas sociedades como la cántabra, con un alto grado de indigenismo pero con una extensa influencia de los recién llegados. Esta relación lejos de ir disminuyendo se mantuvo como una constante a lo largo de nuestra amplia historia. El trato, en muchas ocasiones tempestuoso, de los cántabros con sus vecinos celtíberos o con tribus de reconocibles raíces célticas fue constante. Son numerosos los capítulos de nuestra historia en los que nos tropezamos ante hombres de la montaña en lugares celtizados en los que no parecen encontrarse demasiado extraños.
Esta clara vinculación con los pueblos celtas la podemos rastrear a lo largo de un extenso abanico de disciplinas, que entre otros muchos cometidos tienen el de proporcionarnos una herramienta más que útil para clarificar numerosas confusiones: la toponimia, teonimia, hidronimia y antroponimia tienen una labor fundamental. La búsqueda en los nombres de lugares, dioses, ríos, fuentes o de persona de lazos de unión con las raíces originales nos llevan a la conclusión de la más que plausible presencia celta en nuestra tierra.
Sin embargo es la mitología nuestro primer elemento de interés a lo largo de estas líneas, y si bien hemos dicho que la presencia céltica parece indiscutible, mucho más fácilmente podemos defender esta postura ante el mundo de las realidades míticas. Montañas divinizadas al estilo de estos pueblos, ríos con denominaciones que nos remiten directamente a dioses indoeuropeos pero con significativos contenido celta como el paradigmático Deva, diosas madres como pudiera ser la propia Cantabria que nos remite a una sociedad inicial de marcado carácter matriarcal, un extenso abanico de motivos iconográficos de componente céltico en obras como son las estelas gigantes discoideas, dioses de la guerra con base indoeuropea pero con impronta celta, rituales como la cremación y exposición de cadáveres con un alto contenido sacro de ascendencia céltica y un largo etc. Y no podríamos caer en el error de no recordar un sin fin de celebraciones con este ascendente que aún hoy día son la base de las fiestas de numerosos valles de Cantabria. Algunas de ellas ya las hemos mencionado, la vijanera o el primero de Mayo, pero otras muchas las iremos descubriendo a lo largo de este maravilloso viaje con escalas semanales que nos hemos propuesto.
Sin embargo no todo es celta o tiene un sabor o regusto a celta. El mundo que llamamos celta no es algo unívoco. Nos apostamos ante un variado abanico de pueblos con un denominador común, pero con una variedad más que palpable tanto en su comportamiento como en su propio origen antropológico. Actualmente nos hallamos ante un significativo ataque de celtismo, o de celtomanía. Lo celta vende, la etiqueta celta es un reclamo publicitario, de estilo, de marca, además de una moda más que rentable. En diversos lugares de la vieja Europa surgen movimientos para reclamar la denominación de celta para su territorio. Sin duda nada más lejos del rigor que supone el estudio de las señas de identidad de un pueblo, el sucumbir a pasiones y opiniones guiadas por el deseo y no por la certera verdad. Incluso en nuestra tierra se manifiestan como celtas un sin fin de actividades que poco o nada tienen que ver con este mundo de luengos brazos. Como en tantas ocasiones ha de ser el justo medio, que dirían Horacio o Cadalso, el que nos guíe en nuestro camino, y lo que es quizá más importante, en nuestro constante redescubrimiento de la vida. Otorgando el calificativo de celta a todas y cada una de las características de un pueblo de variada formación como es el nuestro, estamos, tal vez sin saberlo, cometiendo el error de enterrar otros valiosos aspectos de nuestra cultura, provocando de nuevo el mismo efecto que a lo largo de tantos años hemos sufrido: la ocultación de la verdadera realidad e importancia histórica de Cantabria. La etiqueta celta no es una patente de corso para rotular todo aquello que deseemos imponer. No es ésta una crítica, sino una reflexión para que podamos darnos cuenta de que Cantabria no necesita de historias inventadas para darla contenido. Nuestra evolución es lo suficientemente interesante e importante como para llenar páginas y páginas de tradiciones, leyendas, mitos y narraciones de historia mítica y real.
Pero no penséis que está todo el pescado vendido en el largo camino que hemos emprendido a través de nuestros más ilustres antepasados. La semana que viene nos acercaremos a un dios con denominación de origen, una divinidad indígena y autóctona, un dios que encontramos venerado sobre una de nuestras más célebres montañas y que da en cierto sentido la verdadera medida de nuestra riqueza mitológica antigua.
Juan Carlos Cabria

miércoles, 26 de mayo de 2010

De marcha en nuestros bosques

El pasado fin de semana algunos de nosotros marchamos al Castillo de Clavijo, en una visita cultural con motivo de la conmemoración de la batalla. Otros por el contrario, decidimos acudir a pasar un día en el campo, disfrutando de la naturaleza y de los bosques de nuestra localidad.
La zona donde solemos acudir es bien conocida por nosotros, lo que se traduce en que las marchas son bastante amenas y poco duras.
A titulo personal diré que soy un enamorado de la naturaleza y los paisajes que rodean la tierra de Ursalia (Madrid). Si todo marcha según lo planeado, en las próximas fechas nos reuniremos para celebrar un “borrador” de un ritual godo. El ritual de clavar la espada y consagrarla al dios de la guerra.

martes, 25 de mayo de 2010

Desperta Ferro, Revista de historia militar y politica de la antiguedad y el medievo

Una nueva revista sobre historia y temática militar al igual que histórico medieval hace su aparición en España. Su nombre, el grito de guerra de los almogavares, Desperta Ferro!!. En su numero cero, incluye un interesantísimo a la par que bien ilustrado articulo sobre la batalla de los campos cataláunicos. Donde los godos vencieron al temido azote de Dios; Atila el huno.
Para conseguir mas información y acceder a su web clikar en la imagen.

Historia de los visigodos


Un nuevo programa de TV alemana, donde tratan el tema de los visigodos, hablando precisamente del importante reino de occidente en Toledo. Decir como dato de curiosidad, que para la grabación de este documental, se contó con la participación del grupo de recreación historica visigodo / vikingo alemán Ulfhednar, y Regnum Gothorum de España.

La religiosidad de los vandalos

Los vándalos adoraban a las divinidades del panteón germánico. Su visión del cosmos describía el universo como un gran combate entre fuerzas nobles e innobles. Los dioses se enfrentan a las fuerzas del mal con la ayuda de los hombres. La idea de una gran batalla que señala el final de los tiempos es uno de los aspectos más originales. No han llegado hasta nuestros dias, los nombres de sus dioses. Aun cuando muy posiblemente, como todos los pueblos germanicos, ellos mismos se pensaran descendientes de un dios padre que origino su raza. Se habla de un dios llamado Marmus, el cual posiblemente fuera una forma diferente tribal del dios Wotan.Las invasiones provocaron una crisis dramática en la sociedad vándala. Por un lado el contacto con el cristianismo en su versión arriana y su adopción por un sector (al principio minoritario) alteró la forma de entender la vida de toda una sociedad. El arrianismo era una secta perseguida por las autoridades romanas. Al contrario que la Iglesia Ortodoxa (Católica) carecía de grandes propiedades, por lo que se sentía más cerca del mensaje original del cristianismo y de los bárbaros en su condición de gentes humildes que nada tienen salvo sus vidas. Su mensaje monofisista es más fácil de comprender que el concepto trinitario de la Iglesia oficial del imperio. La traducción de la Biblia al godo efectuada por Ulfila permite la comprensión de su mensaje para las masas vándalas de lengua óstica. Por otro lado el enfrentamiento entre ortodoxos (católicos) y arrianos dará tintes amargos a la conquista del norte de áfrica y aún más graves tras la creación del Regnum Vandalorum. Genserico y sus sucesores tuvieron que contar siempre con la posibilidad de que los obispos católicos organizaran sublevaciones contra su autoridad o actuaran en connivencia con los enemigos de los vándalos. Nadie sabe hasta qué momento conservaron los vándalos la religión de sus ancestros. Es conocida la indiferencia religiosa que caracterizó el periodo de Genserico, lo que es un indicio de que el gran monarca pudo haber sido pagano. Su sucesor, Hunerico tuvo en su contra a todas las iglesias cristianas de África, pero este dato de por sí no aporta nada. Algunas de las costumbres descritas por Procopio de Cesarea son reflejo de una sociedad demasiado libre. No parece que el cristianismo hubiera calado de forma muy profunda entre los vándalos del siglo VI, aunque la revuelta de Gelimer contra Hilderico estuvo motivada en buena medida por motivos religiosos. Gelimer y su entorno eran arrianos devotos. La ley de Justiniano sobre religiones en la provincia de África data del año 535 y prohíbe expresamente el culto pagano equiparándolo con el arrianismo, el donatismo y el judaísmo. Sin lugar a dudas existe la posibilidad de que un sector amplio de la sociedad vándala se hubiera cristianizado en la versión arriana a lo largo de décadas, mientras otro sector se habría mantenido fiel al paganismo.

Mitos y leyendas de Cantabria. El sacrificio, via de unión con la divinidad

Las relaciones que el hombre mantiene con la divinidad son muy diversas. Los intentos por conectar con el mundo de los dioses van desde la propia oración hasta el desarrollo de un sin fin de ritos. Entre todo este elenco de actividades que ponen al hombre en relación con lo sacro encontramos un protagonista muy destacado: el sacrificio. Desde tiempo inmemorial el hombre consideraba que su situación ante los dioses era sin lugar a dudas lo bastante precaria como para intentar aplacar la ira de aquellos a quien consideraba como verdaderos guías de su destino. Se estimaba que el hilo de la vida estaba totalmente sometido a la voluntad divina, por lo que era necesario estar a bien con la divinidad ante la realización de cualquier tipo de actividad. Uno de los principales vínculos de unión con el mundo de la religiosidad ha sido aquél que suponía al ser humano un verdadero esfuerzo personal, lo que se interpretaba como un significativo empeño por agradar a las fuerzas celestes. La precaria situación del hombre ante la naturaleza le obligaba a no enfurecer todavía más a poderes que no podía controlar, ni en muchas ocasiones entender.
El sacrificio constituye un trabajo de inestimable valor por situar al hombre al lado de los dioses y no frente a ellos, en una confrontación en la que los mortales poco tienen que ganar y sí mucho que perder. En este sentido el sacrificio tiene muchas caras, un buen número de formas y un amplio espectro gradual. Cada divinidad exige un tipo de sacrificio, y cada actividad va ligada a un ritual. Cuanto más elevada sea la empresa que se quiere realizar o por la cual se desea agradecer el buen resultado, mayor ha de ser la ofrenda que se llevará a cabo. Un sacrificio ha de constituir para el oferente un verdadero derroche pecuniario acorde con su condición, de no ser así poco útil va a resultar éste.
Las sociedades antiguas hicieron del sacrificio un infalible ritual que unía indefectiblemente al hombre con los poderes divinos. El maravilloso y complejo mundo de los cántabros no escapa a esta práctica. Algunas de las principales noticias que a través de los autores grecolatinos conocemos nos remiten a la práctica de sacrificios. Como hemos podido ver a lo largo y ancho de muchas semanas, es nuestro pueblo heredero de una compleja sociedad en la que el rito evolucionó al mismo tiempo que se fue complicando el tipo de sociedad. Los cántabros fueron una colectividad que pusieron especial énfasis en la lucha guerrera, lo que como ya hemos comentado, no tiene que ser considerado símbolo de primitivismo o barbarie. Al tener la actividad bélica un tremendo peso y requerir un gran esfuerzo, el ritual y sacrificio que conlleva tienen que gozar de un alto grado de importancia. Es el combate un contínuo contacto con la negra parca, un deambular por los límites del abismo; vida y muerte se entrelazan de manera inexorable. La propia actividad guerrera de los cántabros nos invita a pensar en ella como un sacrificio del guerrero en beneficio de un estilo de vida que no quisieron abandonar. La propia actitud con la que los cántabros se presentaban ante el combate indica que el miedo no se encontraba en su particular diccionario, especialmente ante la idea de la llegada a un Más Allá en el que unirse a la gloria de sus aguerridos y gloriosos antepasados. La misma muerte es un sacrificio por su pueblo. La exposición de los cadáveres de los caídos en el campo de batalla para que las aves carroñeras los acompañen al otro mundo es un significativo ejemplo del sacrificio entendido a la manera de este pueblo. Era la denominada devotio, un singular sacrificio, una práctica mediante la cual las cofradías guerreras unían su destino al de su guía o jefe.
A través de los relatos de los historiadores conocemos esta práctica entre los cántabros, gentes que prefirieron inmolarse en la lucha antes que sobrevivir a su caudillo. Tampoco obviemos que las madres cántabras prefirieron sacrificar a sus hijos antes que caer en las manos de los invasores.
Una de las actividades más conocidas entre las tribus cántabras es aquella que dio fama a una tribu como la de los concanos, transmitida por medio de los imperecederos versos de un excelente poeta como Horacio:
Utcumque mecum vos eritis, libens
insanientem nauta Bosphorum
temptabo et urentis harenas
litoris Assyrii viator,
visam Britannos hospitibus feros
et laetum equino sanguine Concanum,
visam phaeretratos Gelonos
et Scythicum inviolatus amnem.
Odas III 4.v29-36.
(Siempre que vosotros estéis conmigo, con gusto afrontaré como navegante la locura del Bósforo, y como caminante las abrasadoras arenas de la Costa Asiria, veré a los Britanos, feroces con los forasteros y al Concano que le agrada la sangre del caballo, iré a ver a los Gelonos que llevan aljaba y al río Scitia, indemne.)
Los concanos bebían sangre de caballo lo que a los romanos, además de chocante, les parecía un significativo signo de barbarie, aunque quizá no eran los poderosos latinos los más ejemplares para adjudicar calificativos a otras gentes. Esta práctica de los concanos ha de ser vista como un rito sacrificial más que como una práctica alimenticia para recetas de gastronomía, que han apuntado algunos autores. Era el caballo uno de lo principales exponentes del poder cántabro, ineludible compañero de sus guerreros, lo que hace que sea un ser verdaderamente querido y apreciado. Esta importancia implica que su sacrificio sea especialmente relevante. El sacrificio de caballos o de machos cabríos estaba destinado especialmente al dios de la guerra, quien no en vano aglutinaba gran parte del ritual. Sin embargo, de los testimonios de otros pueblos como los celtas o los germanos, que en cierta medida tienen gran relación con las actividades de los cántabros, podemos considerar que el sacrificio humano no ha de ser desestimado en absoluto. Un pueblo que ponía tal énfasis en la guerra y en la conservación de un estilo tan particular de vida, no es extraño que llevara al extremo el sacrificio ritual. Entre los celtas encontramos en el arte numerosas representaciones que nos muestran la práctica de las cabezas cortadas procedentes fundamentalmente de los prisioneros hechos en las numerosas contiendas.
Juan Carlos Cabria

domingo, 23 de mayo de 2010

Die Goten. La aventura de los godos

Interesante video de la TV alemana, donde se narra la aventura de los godos desde su salida en barcos hacia una tierra desconocida a la que llamaron Gothiscanza, hasta su llegada a la Gothia occidental, España. Especial atención merece para nosotros, a partir de minuto 9 del video. Donde se puede apreciar del alemán, como el narrador hace mención al dios godo Gaut comparándolo con Odin. Igualmente, muy destacable la representación que en el video se hace de los rituales ceremoniales godos, los cuales hemos estado tratando con anterioridad. Precisamente hablando del sacrificio humano a los árboles ya tratados por Jordanes en su Gética.
Lamentablemente para los castellano hablantes, unicamente disponemos del video en aleman.
Una autentica pena, que el recuerdo de los que fueron primeros fundadores de la unidad peninsular bajo una misma corona. Los que fueron primeros monarcas de la historia de Hispania. Los que a posteriori serian abuelos y antepasado;s del Cid, de Pelayo, de Fernán González, de Sancho el Grande de Navarra, de Wifredo el velloso. Una pena que estos viejos hombres germanos, interesen tan poco a la políticamente correcta España del multiculturalismo y las tres culturas. Lamentablemente, nunca en este país, veremos documentales sobre los que fueron orígenes de los diferentes reinos medievales. No sea que descubramos el pan germanismo entre los ibéricos, y eso suponga un cambio en nuestra mentalidad hacia un pan europeismo, y no hacia un pan “mediterranismo cultural”. Demasiado encauzado en las ultimas décadas en despertar nuestro interés y admiración por eso que han llamado Al-Andalus.

Comparación de ritual entre los vikingos de Suecia, y los antiguos Godos

“Cada nueve años una gran ceremonia se sostiene en Uppsala. Las personas traen sacrificios de todas las provincias suecas. El rasgo más penoso de esta fiesta es que los cristianos también participan en los sacrificios y marcan así su retorno al paganismo. Animales y humanos se sacrifican por igual, y sus cuerpos se cuelgan en los árboles de un bosquecillo sagrado que está adyacente al templo. Los paganos creen que el bosquecillo se ha hecho sagrado a través de la muerte y la putrefacción de las muchas víctimas que han colgado allí. Un cristiano de setenta y dos años me informó que él había presenciado estos sacrificios personalmente. Los paganos cantan muchas plegarias y conjuros diferentes durante estos rituales, pero éstos son tan viles que no diré nada más sobre ellos”.
Adamn de Bremen - Cronista y geografo sajon (1050 - 1081)

"Los Godos siempre aplacaban a este Dios con el culto más salvaje (a causa de que las ofrendas hechas a él eran las muertes de los cautivos), convencidos que la manera apropiada de aplacar al señor de la guerra era por derramamiento de sangre humana. Se consagraron las primeras porciones de botín a él, y también a él se colgaron armas capturadas en troncos de árbol como ofrendas; de hecho, los Godos se imbuyeron más fuertemente con un sentido de religión que otras gentes, debido al hecho de que sus ofrendas devotas se dirigieron aparentemente a su propio patriarca tribal".
Jordanes, Getica 5,39

NdE - ( Las evidencias entre los dos rituales, son mas que evidentes. Máxime cuando entre ambas descripciones, habían transcurrido unos cuantos años).

De la religión de los godos precristianos. Comparacion del templo de Uppsala (Suecia), con las tradiciones paganas godas.

“Los suecos tienen un templo bien conocido en Uppsala, no lejos de Sigtuna y Björkö. Se sitúa al nivel de la tierra, rodeado por montañas. Un grán árbol con extensas ramas está cerca del templo. Hay también una fuente cerca donde los paganos hacen sacrificios humanos. Una cadena dorada rodea el templo completamente, y su tejado, también, esta cubierto con oro”.

“El templo alberga las estatuas de tres Dioses:

Thor toma la posición central, con Wotan y Frey en ambos lados. Thor, según sus creencias, gobierna el aire con sus truenos, relámpagos, vientos, lluvia, y buen tiempo. Él es retratado llevando un cetro, tal como nuestras personas retratan a Jove.

Wotan (qué significa "el furioso") gobierna la guerra y tiene la habilidad de proteger a los humanos contra sus enemigos. Él se retrata con armadura y armas, tal como nuestra gente retrata a Marte.

Frey gobierna en la paz y el placer. Su estatua está labrada con un inmenso falo”.

“Los suecos también rinden culto a sus héroes del pasado a quienes ellos han dotado de inmortalidad debido a sus grandes hechos”.

“Los sacerdotes paganos en Suecia le ofrecen sacrificios a Thor si las personas están amenazadas por plaga o hambre; a Wotan para la victoria en las guerras; y a Frey para la felicidad en el matrimonio”.

“Cada nueve años una gran ceremonia se sostiene en Uppsala. Las personas traen sacrificios de todas las provincias suecas. El rasgo más penoso de esta fiesta es que los cristianos también participan en los sacrificios y marcan así su retorno al paganismo. Animales y humanos se sacrifican por igual, y sus cuerpos se cuelgan en los árboles de un bosquecillo sagrado que está adyacente al templo. Los paganos creen que el bosquecillo se ha hecho sagrado a través de la muerte y la putrefacción de las muchas víctimas que han colgado allí. Un cristiano de setenta y dos años me informó que él había presenciado estos sacrificios personalmente. Los paganos cantan muchas plegarias y conjuros diferentes durante estos rituales, pero éstos son tan viles que no diré nada más sobre ellos”.

Descripción del Templo en Uppsala, según Adam de Bremen

En la anterior descripción del templo en Uppsala, se pueden ver ciertas semejanzas con respecto a las prácticas religiosas de los Godos, según Jordanes; tanto el culto a los antepasados, como el colgar las ofrendas en árboles son caracterísicas que comparten ambos pueblos. Los documentos antiguos hablan también de un Dios Godo llamado Enguz, presumiblemente Ingvi. Además, un antiguo documento romano, llamado “La pasión de San Sabba”, habla de como al final de su periodo pagano los Godos llevaban consigo una Deidad de madera en un carro. Éste era llevado entre todos los Godos, y a éstos se les exigía venerarlo como un símbolo de lealtad a la antigua religión, ya que los cristianos comenzaban a ganar conversos entre los Godos en esos tiempos. Athanarico, el jefe de la tribu goda de los Tervingios (que mas tarde serian conocidos como los Visigodos), impulsó esta práctica. Los sacerdotes Godos llevaron estas estatuas cúlticas a través del Danubio mientras ellos huían de los Hunos en el 375. En esta epístola se describe un "banquete cúltico", donde todos compartían comida consagrada al Dios representado en la estatua del carro. Este carro haria de "altar portátil".
Esta descripción resulta muy familiar si la comparamos con la descripción de Tácito del culto a Nerthus de algunos pueblos germanos ingvaeónicos:

“...Los Reudignos, Aviones, Anglos, Varinos, Eudoses, Suardones y Nuitones están cercados y amparados de ríos y de bosques. Ninguno de ellos, tiene en particular cosa notable. Todos en común adoran a Nerthus, que significa la Madre Tierra, la cual piensan que interviene en las cosas y negocios de los hombres y que entra y anda en los pueblos. En una isla del Océano hay un bosque llamado Casto, y dentro de él un carro consagrado cubierto con una vestidura: no es permitido tocarle sino a un sacerdote. Este conoce cuándo la Diosa está en aquel secreto, y con mucha reverenda va siguiendo el carro, que tiran vacas. Son días alegres y regocijados y lugares de fiesta todos aquellos donde tiene por bien llegar y hospedarse. Y no tratan de cosas de guerra, ni toman las armas, y todo género de ellas está encerrado, y solamente se conoce y ama la paz y quietud, hasta que el mismo sacerdote vuelve la diosa a su templo, harta y cansada de la conversación de los hombres. Y luego se lava en un lago secreto el carro y la vestidura, y la misma diosa, si así lo quisieres creer. Los esclavos sirven en esto, los cuales traga luego el mismo lago: de donde les viene a todos un oculto terror y una santa ignorancia de que pueda ser aquello que ven solamente los que han de perecer”.

- Tácito, Las costumbres, sitios y pueblos de la Germania, XL

Existe otra fuente, el Flateyjarbók que explica como Gunnars þáttr hacia una ceremonia parecida, pero con el Dios Frey. Ya que se sabe que los Godos veneraban al Dios Engus (identificado como Ingwi Frey), es muy posible que el Dios representado en el carro de los Godos haya sido él; sin embargo no hay que descartar a Nerthus y a Freya como posibles candidatas.
En cuanto a la evidencia del antiguo mito asociado con el culto de Gaut, el Gutasaga (Saga de Gotland), puede relacionar la historia del éxodo godo original de Gotland, y puede conservar algunos elementos de leyenda Gótica antigua. Según el cuento, Gotland, la isla en el mar báltico, estaba hechizada por poderes sobrenaturales que causaban que se elevara todas las tardes y se sumergiera todas las mañanas de nuevo. El primer hombre en llegar a la isla fue Þjelvar. Él trajo el primer fuego y lo llevó alrededor de la isla. Este acto de santificación acabó con el incesante hundimiento y alzamiento de la isla. Este mito viene de una de las patrias góticas originales y tiene alguna base en la realidad, ya que los geólogos saben actualmente que la isla ha subido y hundido muchas veces.
La saga de Gotland sigue para decir:

“Y Þjelvar tenía un hijo llamado Hafþi. Y Hafþi tenía una esposa llamada Huitastierna. Éstos fueron las primeras personas en establecerse en Gotland. La primera noche que durmieron juntos, ella tuvo un sueño en el que se entrelazaban tres serpientes en su seno, y le parecía a ella como si se arrastraran fuera de éste. Ella le contó a su marido Hafþi sobre este sueño, y él explicó el sueño así: “Todo se une por medio de anillos, y esta tierra se habitará. Y nosotros tendremos tres hijos.” Y les dio nombres antes de que ellos nacieran: “Goti poseerá Gotland, el segundo será Greip y el tercero, Gunnfjon”. Después ellos dividieron Gotland en tres partes, tal que Greip, el más viejo, obtuvo la parte del norte, Goti obtuvo la parte en el medio, y Gunnfjon, el más joven, obtuvo la parte del sur”.

El padre fundador de Gotland Goti no es otro más que Gaut (Gutan), el fundador antiguo, padre de los Godos. Snorri, la Edda Mayor y casi toda otra evidencia nos permite identificar a Gaut claramente como Wódan.
Los ultimos siglos de los Godos como pueblo pagano los vivieron en las estepas de Rusia y Ucrania, habitada por diferentes pueblos escitas (indoeuropeos de la rama persa); no es imposible pensar que tuvieron cierta influencia de estos pueblos en su cultura y religión (de hecho, por lo menos un pueblo de las estepas siguió a los visigodos hasta españa: los alanos). A continuación, un extracto del renombrado experto en Godos alemán Herwig Wolfram nos habla sobre los ostrógodos y su relación con los pueblos escitas:

"... Cassiodoro [el escritor romano, aprox. 490-583 DC] se corrige mencionando a los Ostrogotha donde al final del tercer siglo la monarquía Ostrogoda de los Amali empezó probablemente. Se ha dicho debidamente que "en cuanto la monarquía se hace más claramente visible, lleva todos los rasgos de una monarquía militar". Bajo su reinado la escitización de los Godos orientales es completada: los lanceros acorazados que cubrían distancias increíbles y luchaban a lomo de caballo; la práctica de la caza con halcones; el chamanismo; la adopción por los Amali [el clan real] de las vestiduras reales Sassanias; para abreviar, el estilo de vida de las gentes iraní-turcas de la estepa se volvió parte del mundo gótico. Este mundo es gobernado por Ermanaric, el gran rey del ejército Ostrogodo/Greutungio. Sus conquistas y la magnitud de sus dominios hacen pensar en una comparación con Alejandro. Ermanaric cometió suicidio (aprox. 376 DC) porque su contienda contra los Hunos acabó en derrota. No es imposible, de hecho es muy probable, que la muerte de Ermanaric tuviera un carácter ritual y puede ser considerado el acto final del rey."
Antonio Orlando Leyton Sanchez

viernes, 21 de mayo de 2010

Atak Moravian Na Wiślan. Alta edad media, siglos IX al XI

Wieland el herrero godo

Mas he aquí que el atlético Randolfo adelantad a caballo a sus compañeros y ataca de improvisto a Waltario, golpeándolo debajo del pecho con la lanza de hierro. Y si la coraza, forjada por Wieland, no hubiera detenido el golpe, la lanza hubiese penetrado en las vísceras del héroe.

Con estas palabras, el autor del cantar de Waltario, destaca lo divino de la coraza del héroe. Wieland es el herrero de la mitología germánica, que como ICARO, escapo de la prisión gracias a unas alas que el fabricó. Aparece en varios poemas épicos de tradición germánica, además de en Waldere.
El autor habla con retórica, aludiendo a Wieland como forjador de la coraza del godo, para destacar lo magnifico de la pieza. No se puede hablar de que Wieland, fuera el herrero mitológico del folklore godo. Pero si podemos afirmar, que los godos conocían el mito pan germánico del herrero divino, el cual fue incorporado al menos a unas de sus sagas, la de Waltario.
Ana Mª Jimenez Garnica anotaciones sobre el cantar de Waltario

Recomendando un libro. Sombras de mariposa. La epopeya de Leovigildo, rey de los visigodos

El año 572, el joven Wilya, hijo natural del difunto rey Liuva, es acogido en la corte visigoda de Toledo por su tío, el rey Leovigildo. Lisiado por un accidente infantil, Wilya se enfrenta a su inferioridad para alcanzar el sueño de convertirse en guerrero. A su pesar, participará en los turbulentos acontecimientos del reino: la rebelión del primogénito Hermenegildo, las campañas militares contra vascones, suevos y francos, la abjuración de Recaredo de la fe arriana y los levantamientos armados que esta decisión provoca. Todo ello le llevará a ser privilegiado protagonista en la creación del nuevo reino bendecido por la religión romana.
Esta apasionante novela, una verdadera epopeya goda, sumerge al lector en un tiempo casi olvidado en el que las intrigas palaciegas, las luchas de poder y los enfrentamientos entre pueblos y facciones religiosas estaban a la orden del día. Reyes astutos, guerreros feroces, monjes filósofos y mujeres valientes guían al lector por un mundo en el que todos los días se jugaba una partida por el honor y la vida.

La caja de los guerreros. Hallada en Arjona una necrópolis ibera del siglo I antes de Cristo

El excepcional patrimonio ibero de la provincia de Jaén cuenta con un nuevo referente: una necrópolis del siglo I antes de Cristo, descubierta en el municipio de Arjona. El pieza fundamental de este importante hallazgo es la llamada caja de los guerreros, una urna cineraria de tamaño reducido, de forma cúbica y realizada en piedra arenisca. En sus cuatro paredes laterales se representan escenas de luchas entre dos guerreros, que aparecen en distintas actitudes, a pie y con espada o a caballo y con lanza.
En su interior, según los primeros resultados del estudio realizado por forenses de la Universidad Complutense de Madrid, había restos de un hombre y una mujer, que fueron cremados a una temperatura no superior a los 800 grados, algo habitual en la cultura ibera. Por algunos huesos que no se quemaron completamente, se sabe que la mujer era de aspecto grácil, mientras que el varón era de complexión fuerte y atlética.
La caja de los guerreros llegó ayer al Museo Provincial de Jaén de la mano del alcalde de Arjona, José Puentes, y en pasará a formar parte de la colección del futuro Museo de Arte Ibero que en la actualidad construye la Consejería de Cultura. El descubrimiento de esta necrópolis se produjo de forma casual como consecuencia de las fuertes precipitaciones que en el último invierno han afectado al yacimiento de la Cuesta del Parral de Arjona, una ciudad que durante el Imperio Romano fue conocida con el nombre ibero de Urgavo o Urgao.
El Centro Andaluz de Arqueología Ibérica (CAAI) se vio obligado a promover una intervención, realizada entre febrero y mayo, que ha permitido recuperar más de una veintena de enterramientos, en su mayor parte colectivos, que se fechan en el siglo I antes de Cristo y que muestran ritos de cremación de clara tradición ibera, según indicó el director del CAAI, Arturo Ruiz.
Los arqueólogos consideran que el valor de la urna cineraria y del resto de tumbas se debe a que pertenecen al ibero tardío, periodo final de esta civilización del que apenas se conocían restos similares, ya que la mayoría de necrópolis aparecidas son del siglo IV antes de Cristo.

"Lo importante", subrayó Arturo Ruiz, "es que los elementos romanos no se notan". "Todo el concepto de la muerte es todavía ibero y se siguen utilizando las inscripciones iberas y no en latín, a pesar de que la llegada de los romanos se produjo dos siglos antes". Para el director del Centro Andaluz de Arqueología Ibera, este hallazgo supone un cambio respecto a las esculturas funerarias aristocráticas de los yacimientos de Cerrillo Blanco de Porcuna o El Pajarillo de Huelma. "Se pone de manifiesto una democratización de la imagen en la que todo el mundo empieza a representarse".

De los enterramientos destaca también una cámara, de mayor tamaño, de cuidada mampostería, con acceso por escaleras y un rico ajuar. Los resultados de esta investigación se darán a conocer los días 17 y 18 de junio en Arjona en una reunión internacional.

Asi fueron nuestros celtas

«Los vacceos (pueblo de Occidente) ultrajan los cadáveres de los muertos por enfermedad, ya que los consideran que han muerto cobarde y afeminadamente, y los entregan al fuego; pero a los que han perdido la vida en la guerra, los consideran nobles, valientes y dorados de valor y, en consecuencia, los entregan a los buitres, porque creen que estos son animales sagrados».
Claudio Eliano, Natur. anim., X, 22.

jueves, 20 de mayo de 2010

Mitos y leyendas de Cantabria. La impronta romana en nuestra mitología

A lo largo de muchas semanas hemos podido comprobar todo lo que el mundo de la península itálica ha aportado a la cultura que hoy podemos denominar como cántabra o montañesa. Algunas de las aportaciones son de verdadero interés, mientras que otras no son de relevancia. No podemos obviar la influencia de los conquistadores romanos en la cultura regional, influencia que se extiende en diversos campos, como es evidente para todos aquellos que todavía sean capaces de discernir la verdadera realidad histórica y cultural de nuestro país. Aunque éste no es el lugar ni el momento, no puedo evitar mencionar la progresiva demonización de idiomas como el latín y el griego, verdaderos vehículos de conocimiento y no simples idiomas muertos, sino malheridos. En cada uno de los rincones de nuestras casas, de nuestras ciudades y de todas y cada una de nuestras vidas existe una huella indeleble de aquel mundo que partió de una mísera aldea y que supo extender sus brazos a lo largo y ancho del universo conocido. Puede que prefiramos omitir esta influencia y dedicarnos en exclusiva a una modernidad que debe más de lo que pudiera parecer a la antigüedad que nos grita cada día con más fuerza, ese será nuestro problema.
La mitología y religión de nuestros antepasados, incluso de nosotros mismos, no es toda ella heredera de este mundo itálico, sin embargo persiste en esta maravillosa sociedad un sustrato que ha perdurado y que se ha transformado a lo largo del tiempo. Nuestros mitos, como estamos viendo, nos son puros, inmaculados y únicamente herederos de ellos mismos, nada más lejos de la realidad; las influencias exteriores que recibieron son numerosas y enriquecedoras. El elemento celta es patente y evidente, y será motivo de comentario en días venideros. Por supuesto que el componente indígena y autóctono, es decir propio de los habitantes de la vieja Cantabria, es muy importante y digno de mención, configurando gran parte de las singularidades de nuestros cultos y creencias. Pero con todo, el principal elemento unificador de las culturas europeas y por lo tanto de la mitología, es el indoeuropeo. Este sustrato indoeuropeo engloba todas estas influencias, y por supuesto es también el primer configurador del panteón latino. El poder que Roma ejerció sobre nuestra sociedad, especialmente a partir de la conquista, llevó a identificar numerosos de nuestros dioses autóctonos con los latinos y griegos que de una u otra manera tenían parecidas atribuciones. No es de extrañar que denominemos a muchos de nuestros dioses indígenas cántabros con el término romano, a falta del nombre montañés. La carencia de escritura propia de nuestros antepasados así como su debilitamiento progresivo tras la conquista, ha llevado al conocimiento de nuestros ancestros principalmente de la mano de los escritores latinos y griegos. La criba que ha supuesto la pluma de estos autores, ha hecho que conozcamos nuestro propio mundo desde una mirada en ocasiones ajena e interesada. De ahí que sea necesario leer entre líneas y sonsacar en la medida de lo posible la verdadera realidad que se esconde tras cada uno de los renglones que configuran nuestra mitología.
La permeabilidad de la cultura romana, unida a la fácil asimilación de los dioses de los pueblos conquistados, ha facilitado la tarea de recuperar, en parte, la verdadera religión y mitología indígena. Júpiter, Marte, los dioses manes, Neptuno, Apolo, la galorromana y céltica Epona son, entre otros, los ejemplos más plausibles de la mezcolanza de las culturas que tuvieron lugar en Europa y concretamente en La Cantabria. Sin embargo esta influencia es menos profunda de lo que parece, es decir, considero que el poder igualatorio y homogeneizador que supuso la conquista romana en el territorio de Cantabria y en su cultura fueron menos intensos de lo que algunos estudiosos han mostrado. Especialmente porque los testimonios con los que contamos son fundamentalmente de origen o influencia romana, no existiendo, por ejemplo, inscripciones indígenas en idioma autóctono.
El influjo ha progresado y se manifiesta también en las diversas celebraciones que hoy día son protagonistas de nuestras tierras y que hunden sus raíces en el mundo indoeuropeo, pero que sobre todo tienen un buen punto de referencia en las numerosas fiestas que los pragmáticos romanos celebraban sin medida.
Las abundantes estelas que conservamos en la región y fuera de ella, en este caso me refiero a las no discoideas gigantes, son de grafía latina, pero de realización en muchos casos indígena, lo que propicia la adaptación en algunos aspectos de los montañeses. Sin embargo, no es descartable que estas gentes utilizaran las mejores herramientas de los conquistadores para inmortalizar sus creencias o para dar a su manera el último adiós a los difuntos. Mientras que la epigrafía es romana la iconografía, es decir los grabados y dibujos, son autóctonos en un porcentaje muy elevado, si bien con las influencias indoeuropeas antes mencionadas.
Uno de los mejores testigos de la unión y comunión de las prácticas de cántabros y romanos es el culto que ambas sociedades practicaron en torno a las aguas, por ejemplo. Los testimonios que encontramos son numerosos, quizá la pátera de Otañes sea un fiel testigo de esta práctica por parte de los romanos que vivieron en nuestra tierra. Aunque hablamos de cierta influencia de lo romano en nuestra sociedad antigua, no es menos veraz que los pueblos por los que los romanos pasaron dejaron su impronta en ellos. Los cántabros no fueron menos y sus particulares divinidades pasaron a enriquecer el panteón romano, no olvidemos el templo que Augusto dedicó a Júpiter Tonante tras estar a punto de poner fin a sus días un rayo en nuestras tierras.
Aunque no tenía previsto hacer un paréntesis en esta narración, no tengo más remedio que mostrar el entusiasmo que ha supuesto para mí la lectura de un libro que trata el mundo de nuestros antepasados desde un punto global e integral. Cada una de las páginas destila conocimiento y erudición, además de cercanía y un lenguaje de fácil comprensión. En Los Cántabros antes de Roma, editado por La Real Academia de la Historia, su autor, Eduardo Peralta, presenta un verdadero ejemplo de trabajo riguroso para todos los que con mejor o peor fortuna nos dedicamos a la investigación de este mundo antiguo. Aunque no solemos hablar con tanta extensión de libros en este espacio, quienes os acerquéis a su lectura comprobaréis que no exagero al estimar que esta obra es un punto de inflexión en el estudio general de los Cántabros. Desde la obra de Echegaray, Los Cántabros, no he conocido otra de tal interés. Este estudio será desde hoy mismo un punto de referencia imprescindible para todos los que amamos esta tierra. Parte de las ideas que el libro ofrece en asuntos religiosos y mitológicos ya las habéis podido conocer a lo largo de algunas de las páginas de la REALIDAD, puesto que por diversos caminos las conclusiones de su estudio coinciden con lo poco que hayamos podido aportar hasta ahora a este fascinante mundo mitológico. Desde aquí nuestra más sincera felicitación a Eduardo Peralta.
Juan Carlos Cabria

miércoles, 19 de mayo de 2010

Asi fueron los alanos

Uno de los pueblos menos conocido en la época de las invasiones bárbaras de España, fueron los Alanos. Los guerreros alanos, llegaron a la península junto a sus eternos aliados los vándalos. Como guerreros los alanos demostraron ser una fuerza muy poderosa. Sus habilidades como jinetes y arqueros fueron alabadas por los chinos en al época de los Han. Amiano Marcelino en sus historias, comenta la gran estatura y la fiereza de sus ojos. Otros escritores romanos, describen como acudian a la guerra con canticos y gritos en lengua extranjera. Siempre a lomos de sus caballos. Cortando las cabelleras de sus enemigos muertos en batalla, y colgandolas de sus monturas. Los alanos estaban acostumbrados a luchar a caballo, una influencia de guerra, muy poco frecuente en el Mediterráneo, y a su vez de clara influencia oriental.
El origen de los alanos, esta en los pueblos procedentes de la meseta de la actual Irán. Un pueblo indoeuropeo, emparentado con los sármata que años después poblarían algunas zonas del este de Europa, llegando incluso a la actual Polonia. Poco o nada se conoce de los dioses alanos, aun cuando posiblemente su mitología, estuviera fuertemente influenciada por los germanos. Recordemos que a la entrada a la península eran aliados de los vándalos desde hacia ya largo tiempo. Lo que hacia complicado su diferenciación a simple vista, como bien apunta el escritor Javier Pampliega en su libro los germanos en España. El reino Alano en la península ibérica fue de los mas extensos, llegando desde algunas zonas de la meseta central, Cartaginensis en época romana, hasta la Lusitania. A pesar de esto, el pueblo alano fue aniquilado por el visigodo. En el 418 el rey Adhax, fue muerto en batalla por los godos del rey Walia, lo que supuso la destrucción del reino alano en la península. Los supervivientes se refugiaron en el regnun de los vandalos de la zona meseta norte . Su rey Gunderico el vandalo, ostento el titulo de rex vandalorum et alanorum. Cuando los vandalos silingos y asdingos desaparecieron, el legado alano desapareció con ellos.
Su aportación a la cultura hispánica es casi nula y completamente desconocida. Se sabe mas de su historia, que de ellos. Únicamente el historiado Hidacio aporto algo de información sobre las costumbres de estos bárbaros. Se supone que no poblaron las ciudades romanas que dominaron, prefiriendo asentarse en campamentos en la meseta o bosques, desde donde gobernarían el territorio conquistado por las armas.

Vikingos rusos - alta edad media

martes, 18 de mayo de 2010

La religión de los godos precristianos

Esta es una recopilación de datos historicos recopilados por historiadores contemporaneos a los Godos sobre sus practicas religiosas precristianas. Existen muchos datos sobre el pueblo Godo a su llegada a las fronteras romanas, pero son pocos los datos que revelan los rituales que seguian antes de convertirse al cristianismo arriano. Una de las fuentes que revela algo el culto Godo es Jordanes, en su Getica:

Los Godos no tuvieron ninguna falta de hombres para enseñarles sabiduría. Por consiguiente, ellos siempre fueron más educados que casi todos los otros bárbaros, y casi eran como los griegos, según Dio, quién escribió historias y anuarios sobre ellos en griego. Él dice que entre ellos los nobles de quienes sus reyes y sacerdotes eran escogidos, se llamaban Tarabostesei originalmente, luego Pilleati ("usuarios de la gorra ceremonial de fieltro”). Los godos eran tan famosos que las personas dijeron una vez que Marte, quien la licencia poética llama el dios de la guerra, hubo nacido entre ellos. Esto es por qué Virgil escribe del padre Gradivus (Marte), "quién gobierna sobre los campos Geticos".

"Los Godos siempre aplacaban a este Dios con el culto más salvaje (a causa de que las ofrendas hechas a él eran las muertes de los cautivos), convencidos que la manera apropiada de aplacar al señor de la guerra era por derramamiento de sangre humana. Se consagraron las primeras porciones de botín a él, y también a él se colgaron armas capturadas en troncos de árbol como ofrendas; de hecho, los Godos se imbuyeron más fuertemente con un sentido de religión que otras gentes, debido al hecho de que sus ofrendas devotas se dirigieron aparentemente a su propio patriarca tribal".
Jordanes, Getica 5,39-41
De acuerdo a Jordanes, los Godos le realizaban sacrificios a un Dios de la guerra (no especifica cual, pero posiblemente haya sido Woþans o Tius, ya que existen evidencias que los Godos veneraban a estos Dioses, bajo el nombre de Gutan), de una forma muy extendida entre los germanos: colgando sus ofrendas en arboles, de preferencia uno considerado sagrado. A falta de más información al respecto, debemos recurrir a otras fuentes que nos den alguna luz sobre el tema.
El origen de los Godos puede decirnos mucho de sus costumbres religiosas: Si hacemos caso a la clasificación de los germanos según Tácito (aunque algunos estudiosos utilizan estas clasificaciones para los germanos occidentales solamente), los Godos serían Hermiones o Irminones (como los burgundios y lombardos, entre otros), si consideramos su ubicación inicial cerca de la actual Polonia; más, si consideramos su tierra natal en el sur de Suecia, serían Ingaevones o Ingvaeones, (como los Anglos, jutos, etc).
Referente a los Irminones, según Nennius (donde los nombres aparecen más bien corruptos respecto a otras fuentes), Mannus, el padre de todas las tribus germanas, tiene tres hijos, uno de ellos llamado Armenon (Irminon). Éste tiene a su vez cinco hijos, llamados Gothus, Valagothus, Cibidus, Burgundus, y Longobardus de donde provienen los Godos, Valagodos, Cibidi, Burgundios y Lombardos.
Referente a los Ingvaeones, Neugio (Ingvi, el Dios de la fertilidad) tiene tres hijos llamados Vandalus, Saxo y Boganus, de donde provienen los Vándalos, Sajones y Bogari. Aparte de esto, es importante hacer notar que varios pueblos “ingvaeonicos” tenian cultos a los Wanes (como Nerthus e Ingvi). Si comparamos el ritual de colgar armas en los arboles de los Godos con las practicas de Uppsala la vieja, podriamos facilmente asociar ambos cultos. Esto confirmaria una vez más que los Godos son un pueblo ingvaeonico proveniente del sur de Suecia (aunque es posible tambien que las prácticas religiosas de Uppsala hayan sido traidas tardíamente por pueblos germanos que emigraron del sur).
Antonio Orlando Leyton Sanchez

Die Ritter des deutschen ordens. 14 y 15 de Agosto

La batalla de las Naciones - Rusia - Baja edad media

lunes, 17 de mayo de 2010

La religión de los antiguos godos.

En la moderna historiografía, el cristianismo entre los godos antes del año 376 es tratado con tan poco interés, como fue por los romanos contemporáneos, quien se centraron en la brillante y particular vestimenta que portaban los sacerdotes y sacerdotisas Odinistas Godas ,sobre las imágenes de los Dioses del pueblo godo y como éstos adornaban sus santuarios de culto, sobre las imágenes de los Dioses llevados en procesión sobre un carro por todo el territorio y sus cuadrigas sagradas conducidas por Ciervos. Los intentos de conversión has sido considerados tan solo como iniciativas aisladas y solas se podrían haber dado entre prisioneros capturados a los romanos. Los restos de la población romana local, {1-166.} Y entre los Godos de los estratos sociales más bajos. Los arqueólogos, están llegando mas lejos, buscando en las tumbas Godas, la clase de evidencia material que antes de 376 es extremadamente rara, incluso en los extremos más exteriores de la frontera con el imperio romano.
Sin embargo, ciertos aspectos de los lugares de enterramiento situados, no pueden ser explicados por el creciente aumentos de la estratificaci ón social ocurrida en la sociedad Goda del siglo IV. En el curso del siglo IV, la comida pagana y las bebidas oferentes en los rituales religiosos, fueron cada vez mas escasas, en muchas tumbas de la época fueron notables sus ausencias, consecuentemente unido a estos detalles a la vez que pasaba el tiempo había mas y mas tumbas alineadas en la dirección Oeste-Este, y solo contenían artículos de ropa. Las manos de los difuntos están dispuestas sobre su pecho, una costumbre que fue adoptada al final del imperio romano a lo largo de la región del Danubio, esto es una reminiscencia de los cultos orientales que se difundieron a través del la parte oriental del imperio, aunque no sabemos si tienen que ver algo con el culto arriano, posiblemente se debió a una influencia del Mitraismo que fue con más la religión mas común dentro de las legiones romanas, incluso los enterramientos cristianos no se sustrajeron a ésta práctica inusual dentro de la Iglesia.
Habiendo sufrido las derrotas a manos de los romanos en 367 y 369, Athanarico comenzó su campaña de re-Odinización del pueblo Godo. El que ésta campaña tuviera lugar, indica por sí misma el alcance que tenía la penetración del cristianismo dentro de la estructura social Goda.
Entre 369 y 372, la casta guerrera Goda, unidos a sus aliados de otras tribus germánicas, como los Hérulos, mayoritariamente y resto de componentes Escitas, comenzaron una campaña para detener la agresión cristiana al pueblo Godo. Como resultado de la misma se produjeron incendios de iglesias y exilios temporales, de las personas más reticentes.
Los pocos grupos cristianos consistían en prisioneros de guerra romanos y grupos de godos indigentes, que fueron susceptibles al nefasto proselitismo cristiano, que calaba siempre sobre los grupos sociales más bajos. Hubo nombres godos en los das campos de los cristianos represaliados por esta traición a su pueblo, tanto de la secta católica como arriana. Los llamados “martwre” –mártires- fueron los máximos jerarcas de la Iglesia, tanto católica, como arriana y algún comerciante convertido a esta religiones. Sin embargo esta proporción bajaba en el ejército y la nobleza germánica., personas que solo estuvieron presentes de una manera extremadamente débil en las primeras comunidades cristianas, al contrario que en los otros pueblos germánicos, donde la nobleza fue la primera que se pasó a la religión de la intolerancia...
Después del año 332 como consecuencia de la poderosa derrota inflingida par Constantino el Grande, y el tratado de paz posterior una sucesión de misiones religiosas fueron enviadas a los Godos .Esto incluía {1-167.} a los católicos (Eytikes), Sectarios (Audius) y arrianos (Wulfila), es obvio que la misión arriana, fue la que mas éxito tuvo a la hora de convertirlos a fe del desierto y ejerció mas influencia dentro de la sociedad goda. Su contribución histórica más importante es la traducción al idioma Godo de la Biblia, a través del griego.
Los Obispos hicieron su aparición (aipiskaupu): Wulfila, Godda, (cuyo nombre que proviene de gudja, significa sacerdote), junto con otros cuyos nombres no han sobrevivido hasta nuestros días
Los sermones (gahanseins) de los misioneros-predicadores (merjands), fueron dejando su fruto: Comunidades monásticas e iglesias fueron fundadas, así como “casas de Dios” (gudhus: guth = ‘Dios’, hus = ‘Casa’), fueron erigidas al final de este periodo, la quema de incienso (thoimiama) formaba parte fundamental del ritual oficiado por aquella época. La congregación estuvo dirigida por un diácono (diakanus) y el presbítero (praizbwtairei).Varios términos del lenguaje godo fueron aplicados a los clérigos cristianos (gudjinassus). Los Papas podrían haber designado presbíteros o un joven sacerdote, los sacerdotes comunes fueron designados como “hombre sagrado” (weiha) u “hombre de dios” (gudja). Toda clase de iglesias deberían haber sido erigidas en los territorios de la nación goda. Es conocido que al principio, los servicios religiosos fueron mantenidos en carpas provisionales de madera y cubiertas de piel de bestias, y que durante la campaña anti-cristiana de Athanarico todas las iglesias fueron quemadas,tanto las primitivas como las que estaban mas asentadas después del año 350.
Es de suponer que la acción de las misiones, dentro del pueblo Godo no cayera en saco roto y se produjeran un cierto número de conversiones al cristianismo. En el curso de la primera ola de persecución, in 347-348, muchos cristianos, tanto hombres, como mujeres fueron conminados a rechazar la fe extraña (‘multorum servorum et ancillarum Cristi gloriosum martirium)
Auxentius 75, 27.
Wulfila mismo fue obligado a abandonar Gotia con un gran grupo de seguidores (‘cum grandi populi confessorum)
Auxentius 75, 29.
Tanto fué así que los descendientes de esta comunidad, sus descendientes constituyeron una comunidad religiosa en Moesia, en el siglo VI.
La campaña pagana de Athanarico estuvo salpicada por tensiones políticas domesticas, pero no llegaron a todas los rincones del imperio Godo. S e dio el singular caso, en el verano de 378, el arriano Fritigerno pudo despachar a un presbítero cristiano:
Ammianus Marcellinus, Rerum gestarum, 31: 12, 8., como embajador al emperador Valente.
Para arrojar luz a todo esto, es difícil entender por que, hasta que ahora, recientemente, investigadores han descartado reiteradamente las posibilidades que por el siglo IV vivieran en Gotia una razonable cantidad Godos cristianos, perteneciendo a varias sectas, católicos, arrianos, etc. Existe una hipótesis, que en el tratado de federación con el imperio Romano en 382, una de sus cláusulas, era que los Godos pasaran a se nominalmente cristianos, una vez se encontraran dentro de los limes del imperio romano. Lo que sí fue seguro, fue que en el 390 que la Iglesia Romana declaró a los Godos como”herejes arrianos”. Esto es confirmado por el hecho que una parte considerable de los Godos que invadieron el Imperio en 376 eran cristianos arrianos.
Los objetos de culto devocionales— Un Cuenco de bronce, un brazalete, también de bronce y un monograma de bronce de Cristo con una inscripción votiva, descubiertos en 1775 en el remoto valle de Beretalom—deben haber estado cerca de una iglesia.
Juzgando por la forma del donarium, todo este tesoro debería haber estado escondido durante la campaña anticristiana de Athanarico. El epígrafe de la “tabula ansata” EGO ZENOVIVS VOTVM POSVI, fue hecho en Sirmium o Aquileia, en el mismo taller de fabricación que el Chrismon (el monograma de Cristo), para el original cliente Ilirio. Ni este objeto ni las vasos de bronce que fueron enterrados a lo largo de la dacia, nos dice que el culto cristiano estuviese plenamente arraigado entre la población goda. El símbolo de cristo y las vasijas rituales fueron elementos esenciales del servicio religioso cristiano y fueron guardados en las iglesias -en este caso- probablemente guardados en la pequeña capilla de un misionero quien habría llevado consigo esta serie de artículos devocionales para el culto. En cualquier caso, el mensaje cristiano fue fundamentalmente universal, en el siglo IV, como hoy, la iglesia intentó borrar las particularidades inherentes a cada pueblo, para fundirlos todo en un crisol homogéneo, donde una cultura globalizada, sustituyera la riqueza y los matices de cada pueblo,
El importante papel jugado in la antigua religión Goda por Bandejas de comida comunitarias (mammo) o carne sacrifical (hunsl), una práctica que los cristianos consideraron sacrílega (usweihs) e indigna a los ojos de su absoluto Dios, es evidente este hecho, que procede no solo de los restos de las tumbas sino también de la historia de la pasión de Sabae. El consumo ritual {1-169.} De platos de carne bendecidos (tibr), comida bendecida obtenida después del sacrificio de sangre (Blotan) fue una fiesta especial (dulths), esa fiesta tuvo sus normas no escritas y su significado sagrado que unía a la comunidad entera.
Si consideramos que la ausencia en las tumbas de comida procedente de ritos paganos (haithna) que se celebraban en las fiestas que tenían lugar durante los funerales paganos (gabaur), debe significar un cambio fundamental en la actitud y el vivir la fe en aquellos últimos tiempos de paganismo. Los cánticos en los funerales paganos fueron prohibidos solo en los Concilios de Toledo en el siglo VI, ya durante el establecimiento el reino Godo de Hispania, pero es posible que fueran sustituidos por los salmos cantados (psalmon), que fueron oídos mas y mas frecuentemente en los entierros Godos (usfilh, gafilh), como parte de esa incorporación al cristianismo de los ritos paganos seculares godos, ahora practicados dentro del cristianismo. Esta sustitución de los antiguos ritos pero bajo otros nombres, nos muestran como éstos salmos son un ejemplo mas de la pervivencia del paganismo tradicional, dentro de la nueva fe monoteísta.
En los santuarios paganos, los bosques sagrados, (alhs), y templos (galiuge stada), las representaciones de los Dioses, (galiug, galiogaguth), eran llevadas peridicamente en un carro sagrado. Los Paganos (haithnano), tenían sus lugares sagrados (hunslastaths) sus sacerdotes y sumos sacerdotes (ufargudja).
Para los Godos paganos el día de Thor-Donar (Jueves) fue día de descanso, la veneración de ésta deidad es atestiguada por amuletos de bronce, plata y hueso con la forma de hachas y mazas. La inscripción rúnica del brazalete de oro de Pietroasa indica un culto al Dios Godo (Wotan-Gutan) La escritura misma (gameleins), fue la ciencia secreta y sagrada de los sacerdotes Godos paganos. (runa = ‘secreto’). Por desgracia y hasta este momento no se han encontrado en excavaciones arqueológicas, otras reliquias de la antigua religión Goda
La creencia en la resurrección del cuerpo (para el que existen en Godo dos términos lingüísticos: urrists y usstass) se propagó con las religiones orientales y el cristianismo y desde el siglo III y IV, en adelante, el enterramiento de los cuerpos llegó a ser el corolario compulsivo de esta creencia.
La práctica de la cremación del cuerpo (Purificación) fue inspirada por las antiguas creencias en un mundo inmortal poblado por espíritus.
Las tumbas por cremación, Godas, así como romanas, atestiguan la supervivencia de ésta antigua Fe.

Acerca de los astures

"Los astures, por este tiempo, descendieron con un gran ejército de sus nevadas montañas. Y no era a ciegas que aquellos bárbaros emprendían el ataque sino que, poniendo su campamento junto al río Astura, dividiendo el ejército en tres columnas, se preparaban para atacar a un mismo tiempo los tres campamentos romanos. Y hubiera habido una lucha cruenta y dudosa (...) de no ser por la traición de los brigecinos que avisaron a Carisio y éste actuó con su ejército (...) La poderosa ciudad de Lancia acogió los restos del ejército en derrota y se luchó en ella tan encarnizadamente que, cuando tomada la ciudad los soldados reclamaban que se la pegase fuego, a duras penas pudo conseguir el general que se la perdonase para que, quedando en pie, fuese mejor monumento para la victoria romana que incendiada".
Floro

Mitos y leyendas de Cantabria. Jano, un dios indoeuropeo en nuestra tierra

Jano, quizá a muchos les suene este nombre, y lo asocien con algunas montañas o colinas de nuestra región, si es así, no yerran en su visión. En Cantabria este nombre, o el de Jana, se halla indiscutiblemente asociado a varias montañas, algunas de ellas con una alta carga de simbolismo. El término jano procede en un principio de la voz Fanum, “lugar sagrado”, que con el tiempo fue derivando en otras acepciones. Pese a ser una deidad indoeuropea, no es menos cierto que será en Roma en donde se desarrollará una mayor veneración, convirtiéndose en un importante dios romano y centro de culto en numerosos momentos del año. En la palabra Jano, Ianus en latín, es reconocible la raíz indoeuropea que podemos identificar como “tránsito”, “paso hacia otro lugar”; este significado se encuentra íntimamente ligado con la personalidad del dios y con los atributos que posee. La característica más significativa en la representación del aspecto de este dios, es su carácter doble, es el bien y el mal, lo nuevo y lo viejo, y sobre todo, doble en su aspecto, ya que siempre se le presenta como un personaje bifronte, con dos caras: una imberbe y otra barbuda. Esta dualidad le confiere una extensa visión, ya que no sólo conoce y ve el presente, sino que fundamentalmente rememora el pasado y observa el futuro desde su atalaya omnipresente. No en vano, es llamado varias veces geminus.
Esta admirable propiedad de visión se puede entender perfectamente si nos detenemos un poco en el calendario, que como estamos comprobando a lo largo de muchas semanas, es fuente ingente de información sobre el mundo mítico. Al parecer el tiempo pasa, pero los dioses permanecen o se transforman, y en el cómputo del tiempo tenemos un certero testimonio. El primer mes del año, tal y como hoy se ha constituido el calendario, es enero. Este mes en Latín vienen derivado de Ianua, “puerta”, y así enero es la puerta, el comienzo y la entrada del año, más reconocible en la terminología que adopta este mes en inglés, January, o en leonés, Janero. El antroido es un momento crucial de paso, de tránsito entre lo que se fue y lo que llega, pasado y futuro se conjugan en estas fechas, y es el propio Jano quien preside este cambio. Además este dios es quien apadrina todas las calendas del año, es decir, todos los primeros días de cada uno de los meses del calendario. No eran pocos los rituales en los que al comienzo se invocaba a esta divinidad.
Sí, todo eso está muy bien, pero alguien dirá que qué pinta este dios en un recorrido por los mitos y las leyendas de Cantabria. Pues ,sencillamente, es una divinidad que de una u otra manera se encuentra representada en la región de forma bastante elocuente, una de ellas es la toponimia o quizás teonimia. Son numerosos los montes y montañas que llevan este nombre u otro procedente, por evolución, de él, por ejemplo, Soano, Suano, Jano en Iguña con unos nada despreciables 1.288 m., el pico Jano en Liébana con una altura aún mayor, 1.446 m., Montehano en Santoña, Pico de la Jana en Valdeolea, Castro de la Jana en Unquera, Peña Jana en Potes, y algunos otros enclaves, que además de ser centro de estudio por su denominación y simbolismo, son parajes dignos de recorrer a pie por su belleza. Es sin duda el Pico Jano, que domina el Valle de Iguña, el que cuenta con una leyenda más emocionante, incluyendo la que sitúa en el pico a la propia diosa Venus que desde allí observa vigilante la región.
Todos y cada uno de estos nombres nos remiten a montañas o picos, lo cual nos muestra, que la sacralización de la orografía de Cantabria es muy profunda y ha sobrevivido a lo largo de los siglos. Por otro lado nos situamos ante un dios que parece ubicarse, casi en exclusiva, en las alturas, y así acontece no sólo en nuestra tierra, sino que en la misma Roma una de sus principales colinas, quizá la más sacralizada y origen de la ciudad, es el Janículo, “la colina de Jano”, consagrada al culto del dios. Realmente no es una coincidencia, más bien la constatación de que es un dios asociado con las montañas, lo que nos indica su gran importancia, porque aquellas divinidades con especial relevancia se situaban en las cimas. Si Jano es un dios que se desarrolló en Cantabria como en otros lugares o si es una importación procedente de Roma, es difícil de decir, posiblemente, sería oportuno adoptar una postura mixta, ya que también en los territorios de influencia céltica hallamos un paralelo derivado del dios original. Algunos estudiosos unen las divinidades Jano y Diana, planteando para ambas un mismo origen. Diana es interpretada como D-ianus, evidenciando así una variante femenina que se uniría a las diosas madres del mundo céltico, en especial Dana. Otra de las particularidades con la que nos encontramos al rememorar a este dios y su historia es la que le pone en contacto con el territorio de lo bélico.
Al evocar la guerra, este dios se nos acerca en cierta medida a Cantabria. Jano poseía un templo en el Janículo, erigido en su honor en virtud de una leyenda que le situaba como salvador de la ciudad, ya que en la guerra de los romanos con los sabinos cuando ya la ciudadela se veía perdida, el dios hizo brotar un manantial de agua caliente que puso en fuga a los aterrorizados atacantes. Tras levantar el templo, las puertas de éste permanecieron siempre abiertas mientras en los dominios romanos hubiera algún conflicto. Antes del imperio del divino Augusto, únicamente dos veces había sido cerrado el templo de Jano, signo de paz, sin embargo el propio emperador se vanagloriaba de que durante su prolífico gobierno hasta tres veces se clausuraron sus puertas, una de ellas tras la finalización de la conocidas guerras cántabras y la conquista de nuestra tierra, lo cual supuso un verdadero alivio para los orgullosos romanos que se habían visto ridiculizados por un pueblo, supuestamente bárbaro, de la lejana Iberia.
Pero no termina aquí nuestra relación con el dios, puesto que en la festiva Vijanera, desarrollada en Cantabria durante tanto tiempo y en tantos valles, es este dios, en cierta medida, el protagonista. Jano es quien da nombre a la fiesta, asociando su nombre con la dualidad de su aspecto. También los romanos tenían unas fiestas denominadas Januarias. Estas festividades las abordaremos mucho más detenidamente cuando tengan lugar.
Así es este dios, el elocuente y perspicaz Jano. Y como dice una frase de Varrón:
Penes Ianum sunt prima, penes Iovem summa.
(Jano preside todo lo que comienza, Júpiter todo lo que termina.)
Juan Carlos Cabria