Y fue precisamente el viento, el que nos daría nuestro primer problema a la llegada. La fuerza casi mitológica, con la que el aéreo elemento azoto la noche de Ciutadilla, bajo las murallas del castillo. Hizo que pensáramos incluso en no montar nuestro campamento. La fuerza de la ventisca era tanta, que incluso arrancaba las piquetas del suelo, soltando nuestra tienda de campaña del siglo XI.
Finalmente y con muchísimo esfuerzo, conseguimos vencer a la naturaleza temporalmente, y amarrar de forma bien sólida la tienda al suelo, gracias a lo cual pudimos descargar nuestro equipo, y pasar noche.
Con nuestra tienda ya amarrada y casi todo nuestro equipo descargado, llegaron nuestros amigos y compañeros de la orden de Calatrava. Los cuales, tras los pertinentes saludos y charlas, se encontraron con el mismo problema. Y es que una vez mas, el fuertísimo viento, impedía que pudieran amarrar y levantar sus pabellones medievales del siglo XIII. Realmente es imposible imaginar de lo que estamos hablando, es algo que solo puedes saber si estas allí. Pero había momentos, en los que ni tres personas sujetando un palo, podían sostenerlo firme o en pie, ya que la fuerza del viento agudizado por las lonas de los pabellones que hacían la labor de velas de barco, era tal, que nos despegaba y arrastraba por el suelo.
Tras muchísimo esfuerzo, y matizo una vez mas lo de muchísimo, con casi todo el campamento medieval implicado en sostener las tiendas y los pabellones de nuestros amigos, conseguimos sujetarlos y levantarlos. Sin ninguna duda había llegado el momento de ir al salón del castillo a cenar.
A la mañana siguiente, tras desayunar, comenzamos los preparativos de lo que seria el desfile por el pueblo. Así pues, Rodrigo y yo Alvar, nos pusimos nuestros hierros y bajamos a la plaza de Ciutadilla, desde donde comenzaríamos el desfile de todos los grupos hacia el atrio de la fortaleza. Un desfile con sorpresa, ya que nuestra misión era emboscar en la plaza de la iglesia a los hospitalarios y calatravos. Y así ocurrió, con la llegada de la orden hospitalaria, yo y Rodrigo, junto con un compañero, increpamos y desafiamos a los caballeros hospitalarios, los cuales formaron y nos atacaron. Nosotros resistimos su ataque, aun cuando eran fácilmente 10 mas que nosotros (solo tres). A esto hay que sumarle el apoyo por sorpresa de la orden de Calatrava, que uniéndose a los hospitalarios, nos atacaron haciéndonos retroceder. Nosotros aguantamos su ataque, aprovechando la estrechez de una callejuela, en la que nosotros tres nos hicimos fuertes durante un tiempo, frente a unos 20 soldados. Pero finalmente no pudimos sostener el ataque de los escudos y nos vimos obligados a escapar.
La siguiente escaramuza fue en el patio del castillo. Donde tras hacer la presentación oficial de los grupos recreacionistas que este año participarían en Ciutadilla 2010. Se paso a pagar la soldada a los mercenarios que habíamos participado en la expulsión de los moros de la zona. El acuerdo no era el que habíamos pactado, y nuestras quejas terminaron en una pelea contra las ordenes militares. Dani del grupo de espectáculos medievales “Lobos negros”, realizo una pelea coreografiada impresionante, junto a Javi su compañero de espectáculo. Tras esto, se produjo una nueva escaramuza en el castillo, donde chocamos nuestros escudos y fuimos desalojados por la orden de Calatrava... Todo quedaba listo para la batalla al atardecer.
La batalla en si, no fue mala. Pero si que pienso que el nivel recreacionista ha bajado este año comparado con el año anterior. No me refiero por el intento de los grupos de ir perfeccionando, ya que ninguno somos perfectos y todos mostramos esfuerzo por acercarnos a nuestras épocas fielmente mejorando cada año. Me refiero al mundo friki, que ahora hace su aparición en festivales medievales. Gente disfrazada de Conan el bárbaro, Xena la princesa guerrera, o Ator el poderoso, y que sinceramente dan una mala imagen de lo que es la recreación histórica. Como su propio nombre indica, es recrear la historia... y tristemente para ellos, Dragones y Mazmorras no es historia, como tampoco lo son los juegos de rol.
Lamentablemente pienso que este año ciutadilla, ha sido como siempre un lugar magnifico, en un paisaje magnifico, con unos compañeros magníficos. Pero el nivel de recreación de este año, ha sido considerablemente mas bajo que el año anterior.
Finalmente y bastante cansados, acudimos a la fiesta de despedida en el salón de la fortaleza. Ya solo nos quedaba descansar bien, ya que a la mañana siguiente partiríamos de regreso hacia Ursalia.
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