A comienzos del siglo II a. C., las distintas tribus constituían una liga o confederación militar, cuya finalidad era la defensa de las ciudades acogidas a la misma. Esta confederación o liga la componían los arévacos, bellos, tittos, lusones y probablemente los pelendones.
La estructura de esta liga, a principios del siglo II, no era estable, sino que funcionaba según las circunstancias, como eran los ataques de los romanos. Parece ser que la liga no tenía ningún poder coactivo sobre las tribus o ciudades que la componían, pues podían adoptar distintas actitudes en la lucha contra los romanos, según las circunstancias. Se sabe que los numantinos tenían guarniciones propias en Malia y Lagni, para reforzar la defensa de la ciudad y preservar la fidelidad de las mismas a los arévacos.
Seguramente la iniciativa de la formación de la liga partiría de los arévacos, que en todo momento es la tribu dominante por su superioridad militar. Es evidente que dentro de la liga había desigualdades, que fueron explotadas por los romanos para conseguir el triunfo en las guerras.
La estructura de esta liga, a principios del siglo II, no era estable, sino que funcionaba según las circunstancias, como eran los ataques de los romanos. Parece ser que la liga no tenía ningún poder coactivo sobre las tribus o ciudades que la componían, pues podían adoptar distintas actitudes en la lucha contra los romanos, según las circunstancias. Se sabe que los numantinos tenían guarniciones propias en Malia y Lagni, para reforzar la defensa de la ciudad y preservar la fidelidad de las mismas a los arévacos.
Seguramente la iniciativa de la formación de la liga partiría de los arévacos, que en todo momento es la tribu dominante por su superioridad militar. Es evidente que dentro de la liga había desigualdades, que fueron explotadas por los romanos para conseguir el triunfo en las guerras.
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