Los astures, ocupaban una parte considerable de la provincia de León, la mayor parte de Asturias, desde Sella a la sierra del Rañadoiro por el oeste, por el este del Sella los cántabros y por el oeste los albanos, (tribu que poseía un princeps propio, considerándola así como fuera del grupo de los galaicos).
Vida económica: la recolección de frutos naturales es una de las formas más primitivas de la vida económica, y los astures, así como los demás pueblos del Norte, basaban su existencia en ella. Durante las dos terceras partes del año usaban como alimento fundamental la bellota, que secaban primero, triturándola después, la molienda, y con la harina hacían un pan que se conservaba durante largo tiempo. Pero al lado de lo que producían los frutos naturales hay que contar con la agricultura, que en aquellas latitudes tenía un carácter muy diferente al que pudiera tener en el sur o entre los vacceos.
Suponemos que las tierras cultivables en época prerromana serían de pequeña extensión y que sacarían de ellas algo de cebada, que se consumiría en fabricar cerveza en gran parte, de algunas especies de trigo muy primitivas y de lino. Con esto se explicarían las incursiones de los astures y cántabros a los territorios del Sur, de los vacceos, donde el colectivismo había producido un gran desarrollo de la agricultura. Cuando fueron dominados por los pueblos romanos, éstos intentaron cambiar su sistema de vida, haciendo que los hombres intervinieran en los trabajos del campo y en la minería, ordenándoles bajar de las alturas en que vivían y situándolos en las llanuras. La carne de cabra, así como la de cerdo parece tener gran importancia, pero ni el cerdo ni la cabra son animales de pueblos ganaderos fundamentalmente. La caza se practicaría como deporte, se sabe que cuando llegaron los romanos había tres tipos de caballos, dos emparentados con el actual asturcón, uno de los valles y otro más pequeño de las montañas, y uno cebrado al que daban caza, probablemente un equino autóctono, aunque este se estigio al poco de la conquista romana.
Estructura familiar: dentro del régimen materno se explican muy bien las referencias a las normas de derecho materno que contienen Estrabón mismo y otros autores que estudiaron la cuestión del matriarcado. El geógrafo Amasia, dice, que entre los cántabros el hombre dotaba a la mujer, las hijas heredaban y eran las que daban mujer a sus hermanos. El sistema que presenta Estrabón parece, uno de los más exageradamente matriarcales que pueden conocerse, donde no sólo la herencia y la constitución de la familia se rigen matrilinealmente, sino que también la mujer es la propietaria, a diferencia de otros pueblos llamados matriarcales, en los que la residencia matrilocal supone preponderancia de la familia de la mujer, más que dominio de ésta misma, es decir, la autoridad del tío materno en la organización familiar, que aparece en forma de vestigios en los pueblos patriarcales de la antigüedad. En la región cantábrica notó Schulten que hay alguna que otra lápida de época romana con estas características, siendo en Asturias y León donde más abundan.
La autoridad paterna no es inconciliable con todas estas normas jurídicas, sobre todo tratándose de problemas morales. Tal autoridad, en lo referente a los cántabros, está atestiguada por Estrabón, según la cual, en la guerra que fueron vencidos por Augusto, un padre ordenó a su hijo que le diera muerte a su madre, hermanos y hermanas, antes de ser esclavizados por Roma.
Pero hay algo que en si mismo acaso sea más significativo para el que estudia la herencia paterna: la costumbre de la "covada", en la que el hombre, cuando su mujer da a luz, cumple una serie de preceptos, como acostarse con su recién nacido, resaltando sus relaciones y derechos. La afirmación de que todos los montañeses del Norte se casaban como los griegos, resulta enigmática. Schulten sostiene que significaría casarse con una sola mujer.
Vida económica: la recolección de frutos naturales es una de las formas más primitivas de la vida económica, y los astures, así como los demás pueblos del Norte, basaban su existencia en ella. Durante las dos terceras partes del año usaban como alimento fundamental la bellota, que secaban primero, triturándola después, la molienda, y con la harina hacían un pan que se conservaba durante largo tiempo. Pero al lado de lo que producían los frutos naturales hay que contar con la agricultura, que en aquellas latitudes tenía un carácter muy diferente al que pudiera tener en el sur o entre los vacceos.
Suponemos que las tierras cultivables en época prerromana serían de pequeña extensión y que sacarían de ellas algo de cebada, que se consumiría en fabricar cerveza en gran parte, de algunas especies de trigo muy primitivas y de lino. Con esto se explicarían las incursiones de los astures y cántabros a los territorios del Sur, de los vacceos, donde el colectivismo había producido un gran desarrollo de la agricultura. Cuando fueron dominados por los pueblos romanos, éstos intentaron cambiar su sistema de vida, haciendo que los hombres intervinieran en los trabajos del campo y en la minería, ordenándoles bajar de las alturas en que vivían y situándolos en las llanuras. La carne de cabra, así como la de cerdo parece tener gran importancia, pero ni el cerdo ni la cabra son animales de pueblos ganaderos fundamentalmente. La caza se practicaría como deporte, se sabe que cuando llegaron los romanos había tres tipos de caballos, dos emparentados con el actual asturcón, uno de los valles y otro más pequeño de las montañas, y uno cebrado al que daban caza, probablemente un equino autóctono, aunque este se estigio al poco de la conquista romana.
Estructura familiar: dentro del régimen materno se explican muy bien las referencias a las normas de derecho materno que contienen Estrabón mismo y otros autores que estudiaron la cuestión del matriarcado. El geógrafo Amasia, dice, que entre los cántabros el hombre dotaba a la mujer, las hijas heredaban y eran las que daban mujer a sus hermanos. El sistema que presenta Estrabón parece, uno de los más exageradamente matriarcales que pueden conocerse, donde no sólo la herencia y la constitución de la familia se rigen matrilinealmente, sino que también la mujer es la propietaria, a diferencia de otros pueblos llamados matriarcales, en los que la residencia matrilocal supone preponderancia de la familia de la mujer, más que dominio de ésta misma, es decir, la autoridad del tío materno en la organización familiar, que aparece en forma de vestigios en los pueblos patriarcales de la antigüedad. En la región cantábrica notó Schulten que hay alguna que otra lápida de época romana con estas características, siendo en Asturias y León donde más abundan.
La autoridad paterna no es inconciliable con todas estas normas jurídicas, sobre todo tratándose de problemas morales. Tal autoridad, en lo referente a los cántabros, está atestiguada por Estrabón, según la cual, en la guerra que fueron vencidos por Augusto, un padre ordenó a su hijo que le diera muerte a su madre, hermanos y hermanas, antes de ser esclavizados por Roma.
Pero hay algo que en si mismo acaso sea más significativo para el que estudia la herencia paterna: la costumbre de la "covada", en la que el hombre, cuando su mujer da a luz, cumple una serie de preceptos, como acostarse con su recién nacido, resaltando sus relaciones y derechos. La afirmación de que todos los montañeses del Norte se casaban como los griegos, resulta enigmática. Schulten sostiene que significaría casarse con una sola mujer.
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