Todo parece indicar que la deidad llamada Candamio o Candamius, era un dios de la zona norte peninsular relacionada con el cielo, las tormentas y el trueno. Fue dios de los astures y los cántabros, y muy posiblemente de los pueblos cercanos a estos en su área geográfica.
A Candamius se han encontrado referencias en León, Candela de Ferrar, documentado como Iuppiter Candamius. En el monte Cilda de Palencia, también por influencia dentro del área cántabra, se documenta Iuppiter deus Candamius. Y en Galicia hay un Iuppiter Candiedo, también por influencia cántabra, ya que el firmante de la dedicación al dios fue un cántabro llegado a Galicia del pueblo de los Saleni. En Asturias hay un pueblo llamado Candamo que se supone pudo tomar el nombre de la deidad celtibérica del trueno.
La raíz del nombre de Candamio parece tener el significado en el indoeuropeo Kand “brillar, arder, resplandeciente”. Lo que nos pudiera dar una indicación de su relación con las tormentas, rayos, relámpagos. O según otra interpretación con las cumbres de las montañas nevadas en invierno.
Teniendo en cuenta que era un dios de astures y cántabros, y que las fronteras geográficas y étnicas de estos, no fueron las de las actuales regiones autonómicas de España. Es muy posible que el culto a Candamius se extendiera por buena parte de la provincia de León, y las zonas nortes de Castilla la vieja, antiguas tierras de astures y cántabros respectivamente. Inclusiva puede que fuera una deidad relacionada igualmente con otras tribu del área indoeuropea peninsular aun cuando no se han encontrado aras votivas en su honor. Tal cosa puede ser interpretada siguiendo los topónimos de algunos de los pueblos existentes hoy, como por ejemplo en Avila, donde nos encontramos con un Candeleda. Cuya raíz esta emparentada con Candanedo (Santander), Candiano (laredo), Candanedo, Candán, Candano etc etc.
Sea como fuere su área geográfica de influencia y culto, lo cierto es que parece evidente que Candamius fue una deidad celeste que los romanos emparentaron con el propio Jupiter, su dios padre. Esto nos puede dar a entender que fue la deidad mas importante del panteón de cántabros y astures, quizás asimilándolo en comparativa con una versión primitiva de Odin, Zeus, Júpiter, o Wotan.
Eduardo Peralta Labrador nos comenta el sincretismo entre Júpiter y Candamius:
Según J.M. Blázquez los hispanos indoeuropeos suponían que el cielo era la morada de los muertos y el dominio de la divinidad suprema -representada por el sol-, lo que indica una concepción astral de la otra vida. En la Galia la rueda y la rosácea hexapétala eran el símbolo del Júpiter galo (Taranis). A este respecto R. Lefort des Ylouses y J. J. Hatt han demostrado la ambivalencia de la rosácea, la svástica y la espiral como símbolos del sol y del rayo empuñado por Taranis, divinidad del cielo y de la tormenta. J. M. Blázquez mantiene que las svásticas y las rosáceas que coronan las estelas hispano-romanas representaban también al sol y al rayo, estando asociadas al culto a Júpiter, dios supremo de los cielos y de la tormenta que, por el fenómeno del sincretismo religioso, se asocia al dios supremo de los cielos al que los indígenas daban culto con diferentes nombres en las cumbres de las montañas, tratándose probablemente del Júpiter-Candamio que conocemos por la epigrafía. En el territorio de los astures y de los cántabros se tiene constancia de la existencia de un Júpiter Cantábricus y del culto a Taranis.
Como hemos leído, no solo Candamius era una deidad del cielo y las cumbres de las montañas, sino que ademas era una deidad de las tormentas y los fenómenos de poder asociadas a ellas, los truenos. Es por ello que se le compara o emparenta con la deidad de los galos Taranis, de quien en Asturias y Soria (Numancia) existen representaciones. Siendo así seguramente una versión indoeuropea primitiva del dios Taranis y el romano Júpiter
Es por tanto el dios Candamius un dios celeste, padre, relacionado con la fuerza del trueno, la potencia de las tormentas, la furia celestial, la ira, la energía vital, y la rueda solar como símbolo de energía primaria heroica y salvaje.
Por otro lado, la relación que Candamius tiene con las montañas, no es bajo mi punto de viesta mas que una simple similitud nativa con un elemento sagrado. Candamius vive en las cumbres de las montañas conocidas, por que están próximas a lso cielos. Por que todas las mañanas amanecen cubiertas de nubes, por que en ellas nacen las tormentas, por que son zonas inaccesibles en esos tiempos, y por que en invierno las nieves blancas nunca desaparecen. Lo sagrado de la montaña es lo que vinculo al espíritu de Candamius con las montañas. No significa que el dios viviera en ellas, ya que era una deidad celeste que a buen seguro en la mitología desconocida viviría en algún lugar del lejano y sagrado cielo. Significa que su espíritu, el espíritu del dios, vivían en las montañas ya que estas mostraban parte de los atributos asociados al dios, por ello eran lugares sagrados vinculados al dios del trueno de los astur cántabros.
Respecto al área geográfica de su devoción, como ya hemos dicho queda demostrada únicamente en la zona del norte cantábrico; Asturias (antigua) y Cantabria (antigua). Pero seguramente pueblos limítrofes con estas naciones celtas, y de las que poco o nada conocemos sobre sus deidades, conocían igualmente a Candamius, sino lo tenían entre sus deidades. Turmogos, Autrigones, Bardulos, caristios... fueron pueblos fronterizos y de cultura muy semejante a la de los cántabros Es muy posible que los dioses de ambas naciones fueran semejantes, dado que todos ellos dejaron en país vasco por ejemplo la tradición de estelas decoradas con ruedas solares (lauburu). Símbolos indoeuropeos ajenos al pueblo étnico vasco, y que a su vez utilizaron los cántabros como símbolo celestial del dios Candamius (según Blázquez).
A Candamius se han encontrado referencias en León, Candela de Ferrar, documentado como Iuppiter Candamius. En el monte Cilda de Palencia, también por influencia dentro del área cántabra, se documenta Iuppiter deus Candamius. Y en Galicia hay un Iuppiter Candiedo, también por influencia cántabra, ya que el firmante de la dedicación al dios fue un cántabro llegado a Galicia del pueblo de los Saleni. En Asturias hay un pueblo llamado Candamo que se supone pudo tomar el nombre de la deidad celtibérica del trueno.
La raíz del nombre de Candamio parece tener el significado en el indoeuropeo Kand “brillar, arder, resplandeciente”. Lo que nos pudiera dar una indicación de su relación con las tormentas, rayos, relámpagos. O según otra interpretación con las cumbres de las montañas nevadas en invierno.
Teniendo en cuenta que era un dios de astures y cántabros, y que las fronteras geográficas y étnicas de estos, no fueron las de las actuales regiones autonómicas de España. Es muy posible que el culto a Candamius se extendiera por buena parte de la provincia de León, y las zonas nortes de Castilla la vieja, antiguas tierras de astures y cántabros respectivamente. Inclusiva puede que fuera una deidad relacionada igualmente con otras tribu del área indoeuropea peninsular aun cuando no se han encontrado aras votivas en su honor. Tal cosa puede ser interpretada siguiendo los topónimos de algunos de los pueblos existentes hoy, como por ejemplo en Avila, donde nos encontramos con un Candeleda. Cuya raíz esta emparentada con Candanedo (Santander), Candiano (laredo), Candanedo, Candán, Candano etc etc.
Sea como fuere su área geográfica de influencia y culto, lo cierto es que parece evidente que Candamius fue una deidad celeste que los romanos emparentaron con el propio Jupiter, su dios padre. Esto nos puede dar a entender que fue la deidad mas importante del panteón de cántabros y astures, quizás asimilándolo en comparativa con una versión primitiva de Odin, Zeus, Júpiter, o Wotan.
Eduardo Peralta Labrador nos comenta el sincretismo entre Júpiter y Candamius:
Según J.M. Blázquez los hispanos indoeuropeos suponían que el cielo era la morada de los muertos y el dominio de la divinidad suprema -representada por el sol-, lo que indica una concepción astral de la otra vida. En la Galia la rueda y la rosácea hexapétala eran el símbolo del Júpiter galo (Taranis). A este respecto R. Lefort des Ylouses y J. J. Hatt han demostrado la ambivalencia de la rosácea, la svástica y la espiral como símbolos del sol y del rayo empuñado por Taranis, divinidad del cielo y de la tormenta. J. M. Blázquez mantiene que las svásticas y las rosáceas que coronan las estelas hispano-romanas representaban también al sol y al rayo, estando asociadas al culto a Júpiter, dios supremo de los cielos y de la tormenta que, por el fenómeno del sincretismo religioso, se asocia al dios supremo de los cielos al que los indígenas daban culto con diferentes nombres en las cumbres de las montañas, tratándose probablemente del Júpiter-Candamio que conocemos por la epigrafía. En el territorio de los astures y de los cántabros se tiene constancia de la existencia de un Júpiter Cantábricus y del culto a Taranis.
Como hemos leído, no solo Candamius era una deidad del cielo y las cumbres de las montañas, sino que ademas era una deidad de las tormentas y los fenómenos de poder asociadas a ellas, los truenos. Es por ello que se le compara o emparenta con la deidad de los galos Taranis, de quien en Asturias y Soria (Numancia) existen representaciones. Siendo así seguramente una versión indoeuropea primitiva del dios Taranis y el romano Júpiter
Es por tanto el dios Candamius un dios celeste, padre, relacionado con la fuerza del trueno, la potencia de las tormentas, la furia celestial, la ira, la energía vital, y la rueda solar como símbolo de energía primaria heroica y salvaje.
Por otro lado, la relación que Candamius tiene con las montañas, no es bajo mi punto de viesta mas que una simple similitud nativa con un elemento sagrado. Candamius vive en las cumbres de las montañas conocidas, por que están próximas a lso cielos. Por que todas las mañanas amanecen cubiertas de nubes, por que en ellas nacen las tormentas, por que son zonas inaccesibles en esos tiempos, y por que en invierno las nieves blancas nunca desaparecen. Lo sagrado de la montaña es lo que vinculo al espíritu de Candamius con las montañas. No significa que el dios viviera en ellas, ya que era una deidad celeste que a buen seguro en la mitología desconocida viviría en algún lugar del lejano y sagrado cielo. Significa que su espíritu, el espíritu del dios, vivían en las montañas ya que estas mostraban parte de los atributos asociados al dios, por ello eran lugares sagrados vinculados al dios del trueno de los astur cántabros.
Respecto al área geográfica de su devoción, como ya hemos dicho queda demostrada únicamente en la zona del norte cantábrico; Asturias (antigua) y Cantabria (antigua). Pero seguramente pueblos limítrofes con estas naciones celtas, y de las que poco o nada conocemos sobre sus deidades, conocían igualmente a Candamius, sino lo tenían entre sus deidades. Turmogos, Autrigones, Bardulos, caristios... fueron pueblos fronterizos y de cultura muy semejante a la de los cántabros Es muy posible que los dioses de ambas naciones fueran semejantes, dado que todos ellos dejaron en país vasco por ejemplo la tradición de estelas decoradas con ruedas solares (lauburu). Símbolos indoeuropeos ajenos al pueblo étnico vasco, y que a su vez utilizaron los cántabros como símbolo celestial del dios Candamius (según Blázquez).
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