lunes, 13 de septiembre de 2010

Luggones - El Control militar y administrativo

Si bien la justificación esgrimida para la intervención militar romana eran las incursiones de cántabros y astures contra los pueblos aliados de Roma (bandolerismo endémico), detrás de este argumento, se ocultaban razones políticas y estratégicas más profundas. La necesidad de asegurar las fronteras concluyendo la conquista de Hispania, el deseo de eliminar el mal ejemplo de cántabros y astures de independientes e insumisos, o probablemente la rentabilización política por parte de Augusto de una campaña militar victoriosa que en su momento los panegiristas oficiales se apresuraron a glosar. En el año 26 según Paulo Orosio, el César se traslada a Hispania, establece sus reales en Segisama /Sasamón) y dividido en dos cuerpos el numeroso ejército, el de la Tarraconense mandado por Augusto en persona contra los cántabro-astures y el de P. Carisio, legado de Augusto en Lusitania al que se le encomendó el sometimiento de los astures en combinación con la armada de Agripa.
Sorprendidos en un primer momento a lo que parece los cántabros rehuyen la batalla, adoptan la táctica de guerrillas y ya ocultos en lo más profundo de sus bosques sorprenden al ejército romano diezman sus legiones y al decir de Dion Casio llegan a poner en peligro la vida de la imperial persona, que presa del temor y el desánimo ante los inútiles resultados de su grandiosa campaña, se retira no tan gloriosamente a la Tarraconense y Antistio toma el mando.
Más discutida es la intención de controlar los yacimientos de mineral de oro del país, ya que no ha podido demostrarse que los romanos conocieran con anterioridad a las guerras, sin embargo los problemas financieros del Imperio y el comienzo de las labores extractivas tras la pacificación permiten suponer que los móviles económicos no eran ajenos a los planes imperiales.
Sin entrar en pormenores de un conflicto militar que se prolongó a lo largo de una década (29-19), en el 19 las tropas romanas sofocaban las últimas resistencias (exterminio masivo de guerrero jóvenes, y asentamiento de las poblaciones en las llanuras).
El Noroeste peninsular quedó a lo que parece pacificado , aunque la hostilidad de los pueblos sometidos se manifestó posteriormente en esporádicas acciones de rebeldía como la que tuvo lugar en tiempo de Nerón.
Escandón cree que la batalla final se dio en el río Astura antiguo, Astuera hoy, famoso donde dice que hubieron por fin los romanos de vencer la resistencia de los astures y donde él coloca las aras sestianas: “Allí la batalla insigne, y allí las aras sestianas que guían su perpétua evocación”. (Historia monumental del Rey Pelayo y sus sucesores en el trono cristiano de Asturias) Madrid 1.862 (pag. 503).
Augusto dividió Hispania en tres provincias y entre dos de ellas Lusitania y Tarraconense coincidía poco más o menos la división entre cántabros y astures. (Sella, río de la Espasa, ría de Villaviciosa, río Colunga). Cuando después de las guerras entre el 16 y el 13 se reajustara la división anterior, los territorios de astures y galaicos se incluyeron en la Tarraconense, pero desde el punto de vista militar, la zona astur gozó de una organización diferenciada, manteniendo en su suelo a dos legiones.
Con la división en Conventus tal vez en el año 69 “conventus iuridici” Vespasiano al menos el marco de la Asturias actual quedó atribuido a tres conventus: La comarca oriental del Deva al Sella al Conventus Cluniense capital en Coruña del Conde (Burgos), la comarca occidental del Navia al Eo, al Conventus Lucense, capital Lucus Augusti, y la comarca central desde el Sella al Navia , la más amplia al Conventus Asturicense cuya capital era Astúrica Augusta (Astorga). Las fuentes escritas a los indígenas de la comarca oriental asturiana los llaman cántabros, a los de la comarca central astures, y a los de la comarca occidental galaico-lucenses.
Sin embargo esta tripartición que no sustituía sino que completaba la división en provincias no fue definitiva. En el primer cuarto del siglo III, Caracalla estableció la provincia Nova Citerior Antoniniana, agrupando a astures y galaicos aunque el intento no le sobrevivió, finalmente Diocleciano incluyó a ambos pueblos en la provincia de Galaecia que se mantuvo hasta la caída del Imperio.
Los pueblos localizados en la comarca central de la región asturiana “Conventus Asturicense” en la que nos incluimos son los paésicos y luggones o lungones. El pueblo de los luggones o lungones figura en las tablas de Ptolomeo, con su capital en Paleontium, entre los astures Paleontium suele identificarse con Beloncio, pueblo del actual concejo de Piloña, cercano a Infiesto.
Hacia el concejo de Parres, fue hallada una lápida romana en la que se nombra a los luggones, juntamente con los astures. Quizá efeméride de una posible unidad militar romana ya que los indígneas participaron activamente en tropas y cuerpos auxiliares de las legiones romanas.
En el concejo de Villaviciosa existe un ara votiva romana de los lugonnes arganticaenos (En el lugar de Grases fue hallada).
En la línea 5ª y 6ª halla el estudioso Manzanares según Constantino Cabal la palabra arganticaenos (Manzanares Rodríguez: Contribución a la Epigrafía Asturiana I, 1.952, 27)
Según Diego Santos (Epigrafía romana de Asturias pag. 45 y 46) sería:

......OVI / O....TABA / lieno/ Lugo/ni Argan/ticaeni / haec mon/umenta possierunt (posuerunt) Argan/ticaeni.... (trátase de aclarar dentro de los luggones de cuales se trata ).

Su interpretación sería como sigue:

.- “IOVI OTABALIENO LUGGONI ARGANTICAENI HAEC MONUMENTA POSSIERUNT”,

es decir:

“A Júpiter Otabalieno los luggoni Arganticaeni erigieron estos monumentos”,

Lo más seguro en ellas es el “Argam”, que lingüísticamente recuerda los nombres de Argamia y Argamiuca en la Riera de Colunga; esa raíz es fundamental.
Cerca de Oviedo se encuentra la población de Lugones. En concordancia con estos testimonios hay que pensar que el pueblo o tribu de los luggones ocupaba más o menos la zona comprendida entre el río Sella y cuando menos el centro de la región (más o menos zona actual del bable “central”).
Los luggones asturianos no constituían la totalidad de las gentes prerromanas de este nombre, pues también en la zona leonesa se constata su presencia. Existen ciertos motivos para pensar que el la comarca central de la región había otras gentes protohistóricas además de paésicos y luggones que podrían ser unos astures genéricos o unos astures en sentido estricto, pues por una parte ,Estrabón Mela y Plinio, hablan de astures al referirse al sector costero comprendido entre el Sella y el Cabo de Peñas y no de luggones . La lápida a la que hemos aludido nombra claramente equiparándolos como hemos dicho a astures y luggones.

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