Gesaleico debía estar organizando en cierto sentido su reino en Narbona, al propio tiempo que Teodorico el ostrogodo se preparaba en Italia para lograr sentar en el trono a su nieto y salvar a la vez, en lucha contra los Borgoñones y los francos, la vida misma del reino visigodo. Los visigodos conservaban aún en las Galias las regiones de la narbonense que formaron la Septimania y la Provenza, cuyas ciudades más importantes eran Narbona, Arles y Marsella, respectivamente.
Borgoñones y francos desearon también apoderarse de estas regiones, y Gundebaldo el Borgoñon sitió a Narbona, en donde estaba Gesaleico, y provisionalmente puede decirse, la corte visigoda. La ciudad fue conquistada por el Borgoñon, aunque no parece exacto que Gesaleico la abandonase en el primer momento. Pérdida Narbona, como nos dice San Isidoro con gran vergüenza para Gesaleico y gran matanza de sus hombres, el rey visigodo se trasladó a Barcelona.
El ejército franco Borgoñon se dirige después al Ródano y sitia la ciudad de Arles, que a pesar de la falta de todo auxilio visigodo, resiste extraordinariamente, no obstante los intentos de entrega a traición a los francos, intentos que se atribuían unas veces al obispo católico San Cesáreo y otras a los judíos. Difícilmente hubiese podido resistir tanto la ciudad sin la intervención del ostrogodo Teodorico. Pero no creemos -como a veces se dice- que la intervención del ostrogodo se debiese a un acuerdo ya existente entre Gesaleico y Clodoveo, en virtud del cual éste se comprometió a ayudar a aquel a la conservación de su reino de España, a cambio de la renuncia de toda la Galia. Teodorico intervino contra Gesaleico, y desarrolló una campaña contra los francos y Borgoñones, no porque si hubiera realizado ese acuerdo, sino porque tanto el uno como el otro arrebataban lo que él creía derechos de su nieto Amalarico.
El ejército ostrogodo, mandado por el duque Ibbas, diestramente elegido por Teodorico, ya que no sólo tenía grandes condiciones militares, sino que era católico, logró derrotar al ejército francoborgoñon, liberando a Arles. También Clodoveo levantó el sitio de Carcasona.
Sucedían estos hechos en el año 510. Logró Ibbas recuperar Narbona y en realidad las regiones Septimana y provenzal, antes citadas, que de momento siguieron siendo visigodas, bien que por una confusión explicable, dado el gobierno que hemos de ver ejerció Teodorico en España, la Provenza pasó a ser ostrogoda. Lograda la paz con los francos y Borgoñones, Ibbas se dirigió hacia Barcelona contra Gesaleico, el cual debía comportarse con gran ineptitud política, habiendo incluso dado muerte a Goerico -sin duda el famoso Goyarico de la corte de Alarico II- en su propio palacio de Barcelona, como nos dice la Chronica Caesaraugustana.
Atacado en este mismo año 510 por Ibbas, abandonó Gesaleico su reino, marchando a la corte vándala para pedir ayuda con que recuperar su trono.
La España en visigoda quedó bajo el gobierno de Teodorico a nombre de su nieto, y sin duda, los partidarios de Gesaleico hubieron de intentar su reposición en el trono.
A una sublevación de este estilo debe referirse la muerte del conde Veila en Barcelona, de que nos dan noticia la Chronica Caesaraugustana en el año 510.
En este mismo año 510 debió regresar de África Gesaleico, que según San Isidoro, pretendió únicamente, por temor a Teodorico que se le concediese la Aquitania. Después de estar oculto en ésta parte de las Galias durante un año no completo -acaso hasta después de la primavera del 511- intentó con eventual apoyo de Clodoveo, recuperar su trono; pero fue derrotado por Ibbas, a 12 millas de Barcelona, y puesto en fuga y capturado, y, al fin muerto junto al río Drucucio en las Galias. Sucedió su muerte algunos meses antes de la de Clodoveo, acaecida el 27 de noviembre del 511. El que podemos llamar epitafio de Gesaleico por San Isidoro es bien triste: sicque prius honorem, postea vitam amisit, y así perdió primero el honor y después la vida. No queremos, ya lo hemos dicho, que deba considerarse en modo alguno a Gesaleico como usurpador. El mismo San Isidoro, que tan duramente lo trata parece reconocer su legitimidad ya que sólo desde su muerte comienza a contar los años de reinado de Teodorico en nombre de su nieto Amalarico. Probablemente la muerte de Gesaleico no fue como dice Dahn, en marzo o abril, sino más avanzado el año, ya que Teodorico el 26 de agosto del 526 estaba en el décimo quinto año de su gobierno en nombre de su nieto, según nos dice San Isidoro.
También en la Chronica Caesaraugustana se lee que gobernó quince años.
Borgoñones y francos desearon también apoderarse de estas regiones, y Gundebaldo el Borgoñon sitió a Narbona, en donde estaba Gesaleico, y provisionalmente puede decirse, la corte visigoda. La ciudad fue conquistada por el Borgoñon, aunque no parece exacto que Gesaleico la abandonase en el primer momento. Pérdida Narbona, como nos dice San Isidoro con gran vergüenza para Gesaleico y gran matanza de sus hombres, el rey visigodo se trasladó a Barcelona.
El ejército franco Borgoñon se dirige después al Ródano y sitia la ciudad de Arles, que a pesar de la falta de todo auxilio visigodo, resiste extraordinariamente, no obstante los intentos de entrega a traición a los francos, intentos que se atribuían unas veces al obispo católico San Cesáreo y otras a los judíos. Difícilmente hubiese podido resistir tanto la ciudad sin la intervención del ostrogodo Teodorico. Pero no creemos -como a veces se dice- que la intervención del ostrogodo se debiese a un acuerdo ya existente entre Gesaleico y Clodoveo, en virtud del cual éste se comprometió a ayudar a aquel a la conservación de su reino de España, a cambio de la renuncia de toda la Galia. Teodorico intervino contra Gesaleico, y desarrolló una campaña contra los francos y Borgoñones, no porque si hubiera realizado ese acuerdo, sino porque tanto el uno como el otro arrebataban lo que él creía derechos de su nieto Amalarico.
El ejército ostrogodo, mandado por el duque Ibbas, diestramente elegido por Teodorico, ya que no sólo tenía grandes condiciones militares, sino que era católico, logró derrotar al ejército francoborgoñon, liberando a Arles. También Clodoveo levantó el sitio de Carcasona.
Sucedían estos hechos en el año 510. Logró Ibbas recuperar Narbona y en realidad las regiones Septimana y provenzal, antes citadas, que de momento siguieron siendo visigodas, bien que por una confusión explicable, dado el gobierno que hemos de ver ejerció Teodorico en España, la Provenza pasó a ser ostrogoda. Lograda la paz con los francos y Borgoñones, Ibbas se dirigió hacia Barcelona contra Gesaleico, el cual debía comportarse con gran ineptitud política, habiendo incluso dado muerte a Goerico -sin duda el famoso Goyarico de la corte de Alarico II- en su propio palacio de Barcelona, como nos dice la Chronica Caesaraugustana.
Atacado en este mismo año 510 por Ibbas, abandonó Gesaleico su reino, marchando a la corte vándala para pedir ayuda con que recuperar su trono.
La España en visigoda quedó bajo el gobierno de Teodorico a nombre de su nieto, y sin duda, los partidarios de Gesaleico hubieron de intentar su reposición en el trono.
A una sublevación de este estilo debe referirse la muerte del conde Veila en Barcelona, de que nos dan noticia la Chronica Caesaraugustana en el año 510.
En este mismo año 510 debió regresar de África Gesaleico, que según San Isidoro, pretendió únicamente, por temor a Teodorico que se le concediese la Aquitania. Después de estar oculto en ésta parte de las Galias durante un año no completo -acaso hasta después de la primavera del 511- intentó con eventual apoyo de Clodoveo, recuperar su trono; pero fue derrotado por Ibbas, a 12 millas de Barcelona, y puesto en fuga y capturado, y, al fin muerto junto al río Drucucio en las Galias. Sucedió su muerte algunos meses antes de la de Clodoveo, acaecida el 27 de noviembre del 511. El que podemos llamar epitafio de Gesaleico por San Isidoro es bien triste: sicque prius honorem, postea vitam amisit, y así perdió primero el honor y después la vida. No queremos, ya lo hemos dicho, que deba considerarse en modo alguno a Gesaleico como usurpador. El mismo San Isidoro, que tan duramente lo trata parece reconocer su legitimidad ya que sólo desde su muerte comienza a contar los años de reinado de Teodorico en nombre de su nieto Amalarico. Probablemente la muerte de Gesaleico no fue como dice Dahn, en marzo o abril, sino más avanzado el año, ya que Teodorico el 26 de agosto del 526 estaba en el décimo quinto año de su gobierno en nombre de su nieto, según nos dice San Isidoro.
También en la Chronica Caesaraugustana se lee que gobernó quince años.
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