El hacha es sin ninguna duda un arma menos glamorosa que la espada, mas vinculada a la nobleza pudiente desde sus orígenes. Pero muchísimo mas brutal a la hora de combatir. Para empezar, concentra toda la potencia del golpe en un punto concreto, lo que ya de por si la hace ser un arma de temer. Igualmente la facilidad de fabricarla, hizo de este arma, una defensa de los campesinos y pobres muy eficaz en la lucha durante la edad media.
Romanos, y griegos no utilizaron de forma constante las hachas, mas que para cuestiones puntuales y en algunos casos relacionadas con el simbolismo religioso. Su irrupción en Europa, llega grosso modo, con las invasiones germánicas. Pueblos estos, que quizás por un atraso cultural muy acentuado, si lo comparamos con la Europa Mediterránea de la época. Encontraron en el hacha el arma perfecta, económica y salvaje para sus incursiones. Dejando como ya hemos dicho, las espadas (mucho mas caras), para nobles y caudillos militares. Podríamos decir en consecuencia, que la espada era un arma de nobles, y el hacha un arma de pobres.
A continuación, vamos a describir una forma sencilla de crear un hacha de combate a una mano, muy usadas hasta finales del siglo XI y principios del XII.
Como es natural, lo indispensable para este caso, es tener una cabeza de hacha de la época. Es fácil encontrar piezas sueltas en diferentes tiendas de internet, especializadas en armas de combare “battle ready”. Nuestro consejo es que no os dejéis impresionar por el tamaño. Buscar principalmente un arma cómoda, de poco peso, y de fácil manejo. El daño será igualmente considerable sea nuestro arma grande o pequeña. Con la diferencia notable, de que cuanto mas pesada sea el arma, mas nos costara utilizarla, mas nos cansaremos, mas limitaremos nuestro movimiento, y mas nos costara defender y atacar en una batalla o combate de larga duración.
Una vez comprendido esto, y habiendo elegido una cabeza para nuestro arma adecuada a nuestra movilidad y fuerza. Solo nos queda encontrar un palo que se adapte igualmente a nuestras posibilidades y deseos de combate.
Hemos de tener en cuenta que un hacha con un palo demasiado corto, nos obliga a acercarnos mas al enemigo en un combate cuerpo a cuerpo. En ese momento, el arma corta es mas eficaz que el arma larga. Pero únicamente en formación y combate de grupo. Los celtas por ejemplo, fueron inutilizados por los romanos, cuanto estos combatían en formación. Dado que sus espadas largas no tenían movilidad al luchar cientos de hombres agrupados. Por el contrario los gladius romanos, mas cortos, eran de fácil manejo acuchillando entre sus escudos.
Nuestra recomendación es que busquéis un tamaño medio (dependiendo de vuestra altura). Capaz de manteneros a distancia del enemigo, a la vez que poder luchar y golpear en la proximidad sin demasiado peligro ni incomodidad. Un tamaño medio para nuestras hachas, pueden ser de 83 cm a 90 cm. Podéis comprar un listón de madera redondeado en cualquier tienda de maderas de vuestra zona.
Una vez tenéis el palo y la cabeza, únicamente tenéis que acoplarla. Hay dos opciones. O bien compráis un palo de tipo (baseball). Es decir, mas estrecho por abajo que por arriba. Para impedir que la cabeza del hacha salga despedida. O bien utilizáis cuñas para ensanchar la madera, e impedir igualmente que la cabeza del arma salga despedida. Una vez comprendido esto, solo nos queda encajar la cabeza del hacha a martillazos. Cuanto mas nos cueste, mejor.
Con el arma ya introducida y asegurada, procederemos a asegurarla mucho mas. Clavar clavos de una ferretería seria útil para un arma actual, pero no es histórico. Por tanto recomendamos abrir la parte superior del stick de madera con una sierra. E introducir una cuña de madera igualmente, obligando así a ensancharse la parte superior del palo. Lo que impedirá que la cabeza de nuestro arma salga proyectada en un combate.
Con la cabeza del hacha ya bien asegurada, procederemos a proteger el palo. Es frecuente que un golpe en el escudo contrario de canto, pueda romper nuestro arma. Lanzando el fragmento de esta contra la cara de nuestro enemigo. Esto puede ocasionar grabes heridas. Por tanto, es necesario proteger la parte superior del arma con algún material que evite que la madera pueda quebrarse. Una pieza de cuero cosida con hilo encerado, o bien una cuerda de esparto, nos servirá. De esta forma protegeremos la parte superior de nuestro arma de los cortes de las espadas, y de los posibles golpes contra el escudo enemigo. Evitando si llegara el caso, que el palo se fragmentara y perdiéramos el arma por completo.
Como podéis ver, el hacha es un arma bastante fácil de fabricar. Y el cual nos servirá para tener un arma mas o menos histórica usada con diferentes modelos de cabeza, en la casi totalidad de la edad media europea hasta el siglo XII. Donde las armaduras de los caballeros, obligaron al diseño de nuevas armas de ataque.
Romanos, y griegos no utilizaron de forma constante las hachas, mas que para cuestiones puntuales y en algunos casos relacionadas con el simbolismo religioso. Su irrupción en Europa, llega grosso modo, con las invasiones germánicas. Pueblos estos, que quizás por un atraso cultural muy acentuado, si lo comparamos con la Europa Mediterránea de la época. Encontraron en el hacha el arma perfecta, económica y salvaje para sus incursiones. Dejando como ya hemos dicho, las espadas (mucho mas caras), para nobles y caudillos militares. Podríamos decir en consecuencia, que la espada era un arma de nobles, y el hacha un arma de pobres.
A continuación, vamos a describir una forma sencilla de crear un hacha de combate a una mano, muy usadas hasta finales del siglo XI y principios del XII.
Como es natural, lo indispensable para este caso, es tener una cabeza de hacha de la época. Es fácil encontrar piezas sueltas en diferentes tiendas de internet, especializadas en armas de combare “battle ready”. Nuestro consejo es que no os dejéis impresionar por el tamaño. Buscar principalmente un arma cómoda, de poco peso, y de fácil manejo. El daño será igualmente considerable sea nuestro arma grande o pequeña. Con la diferencia notable, de que cuanto mas pesada sea el arma, mas nos costara utilizarla, mas nos cansaremos, mas limitaremos nuestro movimiento, y mas nos costara defender y atacar en una batalla o combate de larga duración.
Una vez comprendido esto, y habiendo elegido una cabeza para nuestro arma adecuada a nuestra movilidad y fuerza. Solo nos queda encontrar un palo que se adapte igualmente a nuestras posibilidades y deseos de combate.
Hemos de tener en cuenta que un hacha con un palo demasiado corto, nos obliga a acercarnos mas al enemigo en un combate cuerpo a cuerpo. En ese momento, el arma corta es mas eficaz que el arma larga. Pero únicamente en formación y combate de grupo. Los celtas por ejemplo, fueron inutilizados por los romanos, cuanto estos combatían en formación. Dado que sus espadas largas no tenían movilidad al luchar cientos de hombres agrupados. Por el contrario los gladius romanos, mas cortos, eran de fácil manejo acuchillando entre sus escudos.
Nuestra recomendación es que busquéis un tamaño medio (dependiendo de vuestra altura). Capaz de manteneros a distancia del enemigo, a la vez que poder luchar y golpear en la proximidad sin demasiado peligro ni incomodidad. Un tamaño medio para nuestras hachas, pueden ser de 83 cm a 90 cm. Podéis comprar un listón de madera redondeado en cualquier tienda de maderas de vuestra zona.
Una vez tenéis el palo y la cabeza, únicamente tenéis que acoplarla. Hay dos opciones. O bien compráis un palo de tipo (baseball). Es decir, mas estrecho por abajo que por arriba. Para impedir que la cabeza del hacha salga despedida. O bien utilizáis cuñas para ensanchar la madera, e impedir igualmente que la cabeza del arma salga despedida. Una vez comprendido esto, solo nos queda encajar la cabeza del hacha a martillazos. Cuanto mas nos cueste, mejor.
Con el arma ya introducida y asegurada, procederemos a asegurarla mucho mas. Clavar clavos de una ferretería seria útil para un arma actual, pero no es histórico. Por tanto recomendamos abrir la parte superior del stick de madera con una sierra. E introducir una cuña de madera igualmente, obligando así a ensancharse la parte superior del palo. Lo que impedirá que la cabeza de nuestro arma salga proyectada en un combate.
Con la cabeza del hacha ya bien asegurada, procederemos a proteger el palo. Es frecuente que un golpe en el escudo contrario de canto, pueda romper nuestro arma. Lanzando el fragmento de esta contra la cara de nuestro enemigo. Esto puede ocasionar grabes heridas. Por tanto, es necesario proteger la parte superior del arma con algún material que evite que la madera pueda quebrarse. Una pieza de cuero cosida con hilo encerado, o bien una cuerda de esparto, nos servirá. De esta forma protegeremos la parte superior de nuestro arma de los cortes de las espadas, y de los posibles golpes contra el escudo enemigo. Evitando si llegara el caso, que el palo se fragmentara y perdiéramos el arma por completo.
Como podéis ver, el hacha es un arma bastante fácil de fabricar. Y el cual nos servirá para tener un arma mas o menos histórica usada con diferentes modelos de cabeza, en la casi totalidad de la edad media europea hasta el siglo XII. Donde las armaduras de los caballeros, obligaron al diseño de nuevas armas de ataque.
No hay comentarios:
Publicar un comentario